En el que se volvió un dramático y muy cuestionable clásico e los miércoles, otra vez las fuerzas de seguridad reprimieron la marcha de los jubilados, que cada semana se acercan a las inmediaciones del Congreso para reclamar por su situación salarial y social. como está sucediendo desde inicios del año, la decisión del Ministerio de Seguridad de no permitir el corte del tránsito termina con un ataque directo a los manifestantes, que sufren las consecuencias de un operativo represivo sin contemplaciones. En este último caso, la Gendarmería, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria atacaron a los manifestantes, aplicando el violento protocolo “anti piquetes” de la ministra Patricia Bullrich. Esta realidad se sigue extendiendo en todas las protestas, tato sindicales como sociales, y tiene este año números alarmantes. Según se supo, en cinco meses del 2025, las distintas fuerzas del orden hirieron más personas que en todo el 2024. Según datos de la Comisión Provincial por la Memoria, unas 1.231 personas resultaron heridas en manifestaciones en solo cinco meses del 2025. Esto marca “un fuerte contraste contra las 1.216 personas heridas en todo 2024”.
En menos de 5 meses, agregó el informe de la entidad al que tuvo acceso Data Gremial, “las fuerzas de Seguridad ya produjeron más heridos que durante todo el 2024”. Desde los diversos sectores que surgen esta política, afirman que a un año y medio de iniciada la gestión libertaria “parece ya haberse instalado como una pieza central del sistema”.
Según la Comisión Provincial por la Memoria, “hay claramente una decisión política de reprimir. Y sobre todo, de a quiénes hay que reprimir. Ya que cada vez se va más cómo las víctimas terminan siendo periodistas y fotógrafos”.
El caso de Pablo Grillo, atacado por un gendarme y herido con un disparo en la cabeza, es emblemático según la entidad, que recordó que a varias semanas del incidente “sigue internado y con operaciones constantes para poder recuperar la normalidad”. “Otro dato importante es que crecieron las detenciones: hubo 98 el año pasado y este año ya son 132. Y crecieron a pesar de que ahora las manifestaciones son más chicas. La represión está siendo cada vez más selectiva, dirigida especialmente a quienes intentan mostrar la violencia”, afirmó el reporte. Y se añadió: “Nosotros relevamos en el momento mismo de los hechos, que suelen darse en un contexto de mucho caos. También hacemos asistencia. Y un dato que muestra un problema grave es el rol de la justicia: que debería ser la principal llamada a intervenir para evitar este avasallamiento de derechos, pero no está actuando”.
Ante esto, la comisión y otras entidades de derechos humanos buscan involucrar a la justicia en esta pelea contra la precesión. “El año pasado presentamos 22 denuncias; este año llevamos 15. El problema es que se cometen muchos delitos y no hay poder judicial que enfrente esta situación”, recalcaron.
Este miércoles en las inmediaciones de Plaza de los dos Congresos, los efectivos de seguridad mantuvieron a los manifestantes sobre la vereda de los alrededores del Congreso, donde el tránsito fue interrumpido por el vallado, e incluso alcanzaron con gases lacrimógenos a los fotoperiodistas que cubrían en la zona. Los jubilados volvieron a movilizarse hoy para reclamar un aumento en los haberes, la restitución de los medicamentos gratuitos del PAMI y contra el veto del presidente Javier Milei a la ley que establecía un incremento en los ingresos del sector.
Protección
En este contexto, y como marcó el informe de la Comisión Provincial de la Memoria, los trabajadores de prensa están muy expuesto a la represión policial. Por eso, esta semana el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) entregó elementos de protección para realizar la cobertura de los eventos. “Ante la sistemática represión a la prensa en movilizaciones, en particular en las manifestaciones de jubiladas y jubilados de los miércoles, y la profundización que se dio con la detención arbitraria de dos fotógrafos afiliados que registraban frente al Congreso, junto a ARGRA convocamos y realizamos una reunión abierta para debatir nuevas acciones de defensa”, dijo el gremio mediante un comunicado. Participaron trabajadores de prensa y de otros gremios de la comunicación que realizan tareas en las calles.
Desde SIPREBA les reclamaron a las empresas de medios para que entreguen kits de seguridad para quienes cubren manifestaciones. Asimismo, se revolvió avanzar en la compra de estos mismos elementos por parte del sindicato para facilitarlos a medios autogestivos y periodistas freelance. “Esa gestión la compartimos con FATPREN y ARGRA, con el apoyo de la Federación Internacional de Periodistas”, recalcaron. Cada kit de protección que adquirimos contiene máscara, filtros multigas, prefiltros, contenedores de filtros y antiparras anti astillas. “Estas acciones se incluyen en las diferentes estrategias colectivas que articulando de forma permanente para cuidarnos ante la represión, defender nuestro trabajo prensa, la libertad de expresión y el derecho a la información”, concluyó SIPREBA.
Deterioro social
El aumento de la represión llega en momentos que aumenta el malestar por las condiciones sociales y laborales, en un contexto de recesión. Esto queda claro en un reciente trabajo del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la CTA Autónoma, que explicó que “la dinámica de los indicadores sociolaborales durante el primer año y medio del gobierno de La Libertad Avanza presentó un comportamiento muy marcado: un fuerte deterioro a lo largo del primer semestre de 2024 y luego una estabilización que, en algunos casos, permitió recortar una parte de dicho retroceso”.
A fines de 2024, destacó el trabajo, “habríamos entrado en una tercera etapa, marcada por un estancamiento del empleo y los salarios en niveles que, en términos generales, se encuentran por debajo de los valores de 2023”. Más aún, “en los primeros meses de 2025 volvió a registrarse una caída del salario real, en el marco de un aumento de la inflación y una decisión del Gobierno Nacional de no homologar las paritarias que superen determinada pauta no escrita, que rondaría el 1 por ciento mensual”.
En el segundo semestre de 2024 (últimos datos oficiales) la pobreza y la indigencia se ubicaron en niveles similares a los de los años 2020/23 (INDEC). El 38,1 por ciento de la población se encontraba por debajo de la línea de la pobreza y el 8,2 por ciento en situación de indigencia. “En los niños, niñas y adolescentes los datos son peores: la pobreza y la indigencia se ubica en el 52,7 por ciento y 12,3 por ciento respectivamente”, alertó el trabajo, al que tuvo acceso Data Gremial. En el primer trimestre estas variables “podrían haber presentado una leve mejoría, aunque nada indica que el nuevo piso vaya a ser perforado de manera sostenible en el corto y mediano plazo”.