Una empresa de rebozados en Córdoba cerró sus puertas sin previo aviso ni causa justificada, despidió a todos sus trabajadores y advirtió que no posee fondos para pagar las indemnizaciones a los empleados, lo que implica un duro golpe a la economía de la provincia mediterránea.
Se trata de la compañía Una Mila, de la firma Vaca Sociedad Anónima, ubicada en la localidad de Colonia Tirolesa, a 33 kilómetros al noroeste de la capital.
Al respecto, desde el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), Carlos Ferreyra, puntualizó que la compañía “venía con incumplimiento” y por ese motivo, desde el gremio trataron de intervenir para dilucidar la verdadera situación financiera de la planta, pero no les detallaron nada sobre ese tema.
La situación fue realmente sorpresiva, dado que todos los obreros recibieron la citación para concurrir a la fábrica, pero, a través de la intermediación de un escribano, les notificaron las cesantías. "En otro momento, se buscaba consensuar con los sindicatos y los trabajadores para poder encontrar una solución al tema y hoy, directamente, se toma esta resolución de despedirlos de esta manera", profundizó.
Asimismo, precisó que "se están quedando 12 empleados en la calle, es una planta chica, pero tiene un abanico de clientela bastante importante".
Manifestación en la puerta de la planta
Todos quedaron desvinculados sin previo aviso y sin ninguna causa aparente, por lo que ahora el principal reclamo, no sólo es por las fuentes laborales, sino también el monto de las respectivas indemnizaciones. El representante sindical, afirmó que, si bien los echaron sin causa, ahora los dueños de la firma no contarían con el dinero para abonar las indemnizaciones. Ya hubo una instancia de conciliación ante el Ministerio de Trabajo.
En este sentido, informó: “Fuimos a la audiencia en el Ministerio de Trabajo, donde nos informaron que no cuentan con el dinero de la indemnización. Ante eso, los trabajadores y el sindicato decidieron manifestarse”. Y recalcó la intención de "bregar por el diálogo con el dueño de la empresa".
“Es un abuso más de los que se vienen cometiendo en este país con respecto a cómo actúan con los trabajadores”, opinó Ferreyra.
“Derechos avasallados”
Además, calificó como “un atropello” por parte de la empresa, ya que ni siquiera utilizaron las instancias de diálogo para tratar de solucionar el problema.
“Debería ser fundamental que empecemos a tomar conciencia de no permitir este tipo de atropellos, porque hoy vemos que los derechos de los trabajadores son cada vez más avasallados”, puntualizó.
Desde el STIA continuarán reclamando el pago de las indemnizaciones, para luego seguir negociando que un futuro comprador de la empresa pueda retomar a los obreros.
Las medidas de fuerza continuarían en la puerta de planta, al aguardo de alguna posibilidad de acuerdo que beneficie a todas las partes involucradas.
Como se mencionó en varias notas de Data Gremial, la industria alimenticia sufre un duro golpe en la gestión del presidente Javier Milei, debido a la bajas en el consumo y en el ingreso indiscriminado de productos importados.