Históricamente se denominó a la República Argentina “El granero del mundo".

Hubo momentos de la historia de esta gran Nación, en los que estuvimos ubicados entre los primeros países del mundo.

Con el devenir de los años, pasaron gobiernos de distinto signo político partidario.

Asimismo, las políticas llevadas adelante por los mismos (de forma directa o indirecta), fueron contribuyendo para llegar a la inaceptable situación social y económica que se padece en la actualidad.

Un país en el que su pueblo sufre hambre (especialmente los niños y adultos mayores).

Un país con un elevado número de personas pobres (casi el 50%) y de personas indigentes (casi el 10%).

Un país con más beneficiarios de planes sociales, que personas con trabajo registrado.

Un país con la mitad de sus trabajadores no registrados (viviendo en la informalidad total).

Un país que no le garantiza el derecho a la vivienda a sus habitantes.

Un país con una economía dolarizada, mientras que los salarios y jubilaciones son pagados en pesos.

Un país que le cobra “impuesto a las ganancias" aún, a quienes trabajan y a quienes se han jubilado.

Un país con una enorme mochila fiscal para el pueblo que debe elegir entre pagar impuestos o comer.

La clase política en su conjunto (oficialismos y oposiciones), han fracasado (todos).

Quizás haya llegado el momento de elegir otra dirigencia política en las futuras elecciones, y dar por finalizado el capítulo de una generación de políticos que nos han llevado a esta grave situación.

¿Cómo se justifica que el pueblo argentino pase hambre siendo el granero del mundo, y produciendo alimentos para más de cuatrocientos millones de personas en todo el mundo?

No podemos aceptar más, que ningún gobierno argentino no le asegure el alimento al pueblo, mediante verdaderas políticas de Estado que así lo permitan.

¿Cómo se justifica haya personas sumergidas en la pobreza o en la indigencia, producto de la falta de trabajo fundamentalmente?

Siendo la Argentina, uno de los 10 países del mundo con mayor territorio, y con innumerables recursos naturales, sumado a la posibilidad de abrir nuevas fábricas, industrias, y pymes, se puede avanzar en un ambicioso programa para alcanzar el pleno empleo, como ya lo hicieron otros Estados.

El Ministerio de Trabajo de la Nación también, debería articular acciones concretas con el acompañamiento de todos los Sindicatos, para empezar a combatir seriamente el empleo no registrado en todo el territorio nacional, de norte a sur y de este a oeste. Para ello, sería importante que, entre otras cosas, se avance en el otorgamiento de simple inscripciones gremiales a muchos gremios que han cumplimentando todos los requisitos para lograrlo, y que hace tiempo están paralizadas.

Las argentinas y los argentinos necesitamos políticos eficientes, que trabajan en nuestra agenda y necesidades, y que entiendan que desde el cargo que ocupan, deben gestionar y gestionar para mejorar nuestra vida.

Lamentablemente, vemos que hay dirigentes políticos más alineados con los grandes sectores empresariales y del poder económico nacional (que con los del pueblo que dicen defender...). 

Por ejemplo, recientemente hubo casos de candidatos a diputados nacionales que, para congraciarse con los sectores derechosos argentinos, impulsan proyectos de reforma laboral que van en contra del pueblo trabajador, de las leyes laborales de nuestro país, de la Constitución Nacional y de Tratados Internacionales. 

Dan vergüenza ajena, y siguen usando políticas que ya fracasaron en el pasado, y que fracasaran nuevamente.

Queremos que el actual gobierno nacional, tome nota de los resultados electores de la última elección, en donde el pueblo no apoyó a la oposición.  El resultado electoral, mandó el claro mensaje al Presidente, de que por acá no va la cosa.

Esperemos que definitivamente empiecen a corregir el rumbo, para sacar a la República Argentina del nefasto lugar en el que hoy se encuentra y para poner de pie a un país que hace años vive de rodillas.