Esta misma película se vivió en los años 1990 y 2015, en nuestro país.

Por estos días nuevamente, pretenden aplicar la misma receta de flexibilización laboral (recientemente a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia).

Son muchas las modificaciones que se impulsan con relación a legislaciones laborales argentinas, la que pueden ser detalladas en otro momento de manera específica.

Lo que la clase trabajadora debe comprender, es que el actual gobierno nacional y algunos gobiernos provinciales que comparten está mirada anti obrera, vuelven a la carga en contra de la clase trabajadora.

Fundamentalmente con acuerdos salariales a la baja, con quita de derechos laborales, con una mega devaluación que licuó como nunca salarios (y jubilaciones), con la promoción de legislación laboral nueva que claramente es regresiva, en algunos casos hasta confiscatoria y sobre todo absolutamente Inconstitucional por donde se las analice.

Para que entendamos mejor.

Estamos frente a gobiernos que buscan instalar de alguna manera, un modelo de esclavitud laboral moderna del siglo XXI.

Quieren trabajadoras y trabajadores prácticamente descartables, con salarios de hambre, con pluri empleo (es decir, para poder subsistir hay que conseguir más de un trabajo), cada vez con menos derechos y con más obligaciones.

Esta es la mirada de gobiernos declarados abiertamente anti obreros  , que hoy tenemos en nuestra Nación.

Ante este cuadro de situación, necesitamos una dirigencia sindical absolutamente independiente de la política partidaria, que no tenga condicionamiento alguno para luchar por sus afiliadas y afiliados, que no solo haga respetar las Constituciones Nacional (y provincial que corresponda), sino que también los marcos legales laborales actuales, y sobre todo los propios Convenios Colectivos de Trabajo.

Si bien contamos con muy buenos dirigentes gremiales que son orgullo de sus propias bases, también hemos tenido casos de algunos, que han resignado por ejemplo artículos de sus  Convenios Colectivos de Trabajo con las patronales y en desmedro de su propia representación sindical (lo que de alguna forma, los transforma en traidores a su propia clase).

Estamos en tiempos, en los que la clase trabajadora y su dirigencia, no deben dar un solo paso atrás ante los embates de ningún gobierno, en contra de los trabajadores.

Estamos en tiempos, en los que debe prevalecer la unidad, la solidaridad y la lucha contra estos modelos nefastos, que pretenden que los trabajadores sigan siendo la variable de ajuste.

Estamos en tiempos, en los que gobiernos anti obreros (pero también antiperonistas), quieren llevarse por delante marcos legales nacionales e internacionales, que son protectorios de quienes trabajan en la República Argentina.

Estamos en tiempos, en los que no solo las Centrales Obreras Nacionales y Provinciales, todas las organizaciones sindicales, y fundamentalmente las actuales generaciones de trabajadoras y de trabajadores, deberán estar a la altura de las circunstancias no solo por ellos, sino también por las próximas generaciones (sus hijos y sus nietos).