La Argentina es peronista

En esta columna, el abogado laboralista Carlos Emanuel Cafure sostiene que no debemos resignarnos a vivir sometidos y sumergidos en la pobreza y recordó que “los mejores días en nuestro país fueron, son y serán peronistas”.

Por Redacción

11 de marzo de 2024

No debemos resignarnos a vivir sometidos y sumergidos en la pobreza, por las nefastas políticas de ajuste económico que el actual gobierno nacional implementa sobre el pueblo, a quién considera la casta. No debemos resignarnos, a que cada día nuestros salarios y jubilados, sigan perdiendo poder adquisitivo como consecuencia del retiro total del Estado, para evitar los escandalosos abusos que hacen por estos tiempos, los formadores de precio. No debemos resignarnos, a que nuestro poder adquisitivo siga siendo diezmado, por las acciones políticas de un gobierno nacional que no gobierna a favor del pueblo, sino que diera la sensación que gobierna en contra del propio pueblo.

No debemos resignarnos, a perder ni un solo derecho o conquista laboral, que costaron sangre, sudor y lágrimas a generaciones de argentinas y argentinos. No debemos resignarnos, a que quieran flexibilizar el trabajo, y eliminar derechos establecidos en Convenios Colectivos de Trabajo, con la intención de establecer un modelo de esclavitud laboral moderno del siglo XXI aquí.

No debemos resignarnos, a que no se puedan reconvertir todos los planes sociales en trabajo registrado. Solo el trabajo dignifica al ser humano. No debemos resignarnos, a perder el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda, el derecho a la salud, a la educación y a la seguridad. No debemos resignarnos, a perder el derecho a la libertad. No debemos resignarnos, a perder el derecho a la movilidad social ascendente, y el derecho a la justicia social. No debemos resignarnos, a que se sigan cerrando Empresas Estatales estratégicas por parte de gobiernos de derecha, que quieren rematar todo lo que puedan del Estado a su alcance. No debemos resignarnos, a dejar de luchar por la permanente reindustrialización de nuestro país.

La República Argentina, no debe ser solo un modelo de país agroexportador. El desarrollo permanente de nuestra industria nacional, debe ser una política de estado para siempre, sin importar quién gobierne. No debemos resignarnos, a que quienes dicen ser nuestros representantes, como son concejales, legisladores, diputados, senadores, intendentes, gobernadores y el propio presidente, no representen nuestros intereses, y representen otros, o se manejen arbitrariamente como si fueran los dueños de muchas decisiones, pasando por encima los derechos y las necesidades de la ciudadanía.

No debemos resignarnos, a que quieran quitarnos hasta nuestras tradiciones como son el mate, el asado del fin de semana con la familia, y muchas otras cosas más. No debemos resignarnos, a qué nos sigan agobiando con tarifazos, aumentos de combustibles y en los precios de la canasta básica familiar, con total desprecio por la situación social que se vive en la calle.

No debemos resignar nuestro nacionalismo, nuestro amor a la Patria, nuestro amor a nuestra soberanía nacional, y a la defensa de nuestro territorio y de nuestros recursos naturales. No debemos resignarnos, a que ningún gobierno pretenda quitarnos nuestros sueños, nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos.

Es por ello que no debemos bajar los brazos, y menos ahora. Estamos ante un momento de la historia, en donde necesitamos como una de las prioridades, refundar el peronismo de norte a sur, y de este a oeste. Eso se va a lograr, democratizando el partido político en todos los distritos, y volviendo a las internas partidarias, para que surjan allí las mejores y los mejores candidatos, que representen los principios y la doctrina justicialista. Basta de dirigentes a dedo.

Vengo de familia peronista, del peronismo histórico. Mi padre siempre me enseñó, que para ser peronista no se necesita siempre tener un cargo. El peronismo se hace con acciones concretas, desde que uno se levanta y hasta que uno se acuesta. Los mejores días en nuestro país fueron, son y serán peronistas. La Argentina es peronista, más allá del enojo popular con dirigentes que dijeron ser peronistas y que demostraron no serlo de verdad. El tiempo demuestra siempre, qué dirigentes son peronistas, y qué dirigentes se disfrazan de peronistas.

 

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