Nuestro país cuenta al día de hoy con dirigentes sindicales que hace más de veinte años ininterrumpidos ocupan cargos de Consejos Directivos Gremiales.

Esta situación muy poco favorable para las trabajadoras y los trabajadores, en algún momento debería ser revertida, por medio de una modificación de la Ley 23551 (Asociaciones Sindicales); como así también hacer lo propio, en los Estatutos Orgánicos Sindicales, para que los mandatos en todos los sindicatos sean por tiempo determinado.

Desde la Agrupación 29 de Mayo del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba (que integro), junto a otras afiliadas y afiliados en actividad y jubilados, elaboramos y presentamos a nuestras autoridades sindicales, un proyecto de modificación de nuestro Estatuto Orgánico Sindical, que entre otras cosas, prevé el fin de las reelecciones sindicales indefinidas. No se proscribe en dicha iniciativa, absolutamente a nadie.

Nosotros proponemos, que el Consejo Directivo tenga cuatro años de mandato y la posibilidad de una sola reelección. 

En este caso, posteriormente deberían dejar todos sus miembros un período de alternancia, es decir no podrían por cuatro años presentarse otra vez, pero pasados los mismos, sí.

 Lo bueno, es que consideramos saludable para el gremio, la periodicidad en los cargos, promover así la democracia sindical, y que quienes durante años ocupar cargos sindicales, vuelvan nuevamente a trabajar a sus sectores de trabajos respectivos, junto a las bases que han representado durante años. Es una forma de recordar, desde donde se viene y a quienes se deben en función.

Si miramos para atrás y en retrospectiva, son muy pocos sindicatos, los que han obtenido nuevos logros trascendentales para sus representadas y representados.

Un claro ejemplo, es la CGT.

En los últimos veinte años, la dirigencia sindical de esta histórica Central Obrera Nacional, no ha obtenido una sola conquista de peso para quienes trabajan y para los jubilados.  La inmensa mayoría de los trabajadores en esta Nación, tienen salarios que se ubican por debajo de la canasta básica familiar.

Los salarios han sido diezmados por la inflación elevada que se viene sufriendo desde hace tiempo, y sin una sola marcha de la CGT exigiendo medidas para bajarla.

Millones de argentinas y argentinos, trabajan en la informalidad total.

Millones de argentinas y argentinos, no consiguen empleo.

Los jubilados de la mínima nacional, tienen ingresos que los ponen en situación de indigencia  dependiendo en la mayoría de los casos de la ayuda de la propia familia, para poder sobrevivir.

¿Dónde está la CGT?

¿Para qué están allí entonces?

 

Permanecer demasiado tiempo en cargos (en estos casos sindicales), tarde o temprano termina desgastando la propia gestión, y por ende con el tiempo, esas conducciones que nada consiguen para las trabajadoras y trabajadores de esa actividad.

Otro factor que viene incidiendo de forma altamente negativa, es la pérdida de independencia política partidaria en miles de sindicatos.  Hay dirigentes sindicales que resignan planes de lucha, resignan salario, resignan derechos y conquistas laborales adquiridos, solo para congraciarse con políticos de turno. Algunos de ellos, prestan las propias instalaciones sindicales, para que allí se realicen actos partidarios en época electoral.

En muchos Estatutos Orgánicos Sindicales, se dispone la prohibición expresa que existe, de perder la independencia política partidaria en esos Sindicatos, pero parecieran que las mismas no cumplieran en primer lugar, por las propias autoridades del sindicato.

Hay una generación de dirigentes sindicales argentinos, que cumplió su ciclo.

Hay quienes tuvieron una gran gestión.

Otros, fueron un verdadero fracaso.

Pero algunos de ellos, incluso habiendo cumplido su edad jubilatoria, se resisten a dejar los cargos y pretenden volver a postularse a otro período más (lo que es inviable, porque vulnerarían así disposiciones de sus propios Estatutos Orgánicos Sindicales y de la propia Ley).

Quizás sea tiempo, de que las nuevas generaciones encolumnadas en diferentes agrupaciones internas, entiendan que el bienestar del gremio en su conjunto, se encuentra por encima de las aspiraciones de cargos de algunos de sus principales referentes, y comprender que el liderazgo no se predica con las palabras, sino con los hechos concretos.

Hay sindicatos históricos, que hoy demandan un recambio dirigencial y además generacional, para que las bases puedan salir del pozo en el que la dejaron algunos.

Hoy la historia, y los ojos de las compañeras y de los compañeros, observan a ciertos referentes de sindicatos que pretenden llegar a la conducción.  Hablo de las nuevas generaciones.  En base a sus acciones quedarán sin lugar a dudas como personas que supieron demostrar llevar adelante actos de grandeza cuando más se necesitaron, y otros, simplemente quedarán como los eternos serviles de turno de quienes se quieren atornillar a los cargos,  sin importarles el daño que vienen haciendo.