Ya cerraron 30.000 pymes industriales y pronostican que otras 30.000 bajarán la persiana en 2025 con el rumbo económico de Milei

En el último año se perdieron 75.000 puestos de trabajo en pymes industriales. En el sector industrial en general, la Unión Industrial Argentina advierte que actualmente se pierden 15.000 empleos por mes.

Lunes, 04 de agosto de 2025 19:30

La industria argentina atraviesa una de sus peores crisis. Desde 2024 ya cerraron 30.000 pymes industriales y se perdieron 70.000 empleos. Industriales advierten que, si continúa la apertura importadora, la falta de crédito y la caída del consumo, podrían cerrar otras 30.000 empresas antes de fin de año. El ajuste repercute directamente en los trabajadores: suspensiones, reducción de jornadas y pérdida de poder adquisitivo.

La industria nacional está en terapia intensiva. Desde enero de 2024 hasta enero de 2025, cerraron 30.000 pequeñas y medianas empresas industriales en todo el país, lo que provocó la pérdida directa de 70.000 puestos de trabajo. Los datos surgen de un informe del Observatorio IPA (Industriales Pymes Argentinos) y de declaraciones de los principales referentes del sector manufacturero.

La situación no se estabilizó: al contrario, se agravó. Según el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappalini, desde marzo se pierden entre 1.000 y 1.500 empleos industriales por mes, un goteo constante que amenaza con profundizarse si no hay un cambio de rumbo en la política económica.

"Las empresas están al límite": importaciones y caída del mercado interno

Daniel Rosato, presidente de IPA, fue categórico: “Hay sectores que están atravesando una crisis severa por la caída del mercado interno. El ingreso masivo de productos importados que reemplazan a los nacionales significa despidos, suspensiones y cierres. Esto se va a intensificar y va a ir in crescendo”.

La situación de las pymes es asfixiante. A la competencia desleal de productos extranjeros se suma la imposibilidad de financiarse. Las tasas de interés llegan hasta el 70% anual. Las empresas no pueden acceder a créditos ni cubrir gastos corrientes. Para los bancos, las pymes ya no son sujetos de crédito”, explicó Rosato.

La falta de acceso al financiamiento se traduce directamente en recortes: reducción de turnos, menos horas de trabajo, achicamiento de planteles. “El ajuste dentro de una pyme se da en todos los niveles y siempre termina afectando al trabajador. Se cobra menos, se trabaja menos y se compra menos”, advirtió.

El efecto dominó de una política que expulsa producción nacional

La combinación de caída del consumo interno, tarifas elevadas, presión impositiva, falta de crédito y apertura indiscriminada de importaciones generó un escenario devastador para la industria nacional.

Incluso sectores que parecían blindados, como energía, petróleo y minería, están reduciendo su demanda a proveedores nacionales. “Ya traen todo de afuera, hasta componentes básicos. Las fábricas locales quedaron fuera de juego”, sostuvo el titular de IPA.

Esto no solo golpea a los industriales, sino que amenaza con dejar sin trabajo a cientos de miles de operarios. “La economía real que vivimos los que producimos está en crisis. Y cuando la vean reflejada en las estadísticas, para muchas fábricas será tarde”, alertó Rosato.

El peor pronóstico: otras 30.000 pymes podrían cerrar en los próximos meses

El panorama es alarmante. Según el análisis del Observatorio IPA, de no haber un cambio de rumbo en el segundo semestre del año, podrían cerrar otras 30.000 pymes industriales en lo que resta de 2025. Y con ellas, se destruirían hasta 300.000 puestos de trabajo en total.

Los sectores más afectados ya muestran señales de colapso: textil, calzado, autopartes, metalurgia, bienes de capital, papeleras, fabricantes de herramientas y envases. “Todos los envases vienen importados. Ya no se produce ni eso”, describió Rosato.

Frente a este escenario, muchas pymes optaron por reconvertirse en importadoras para sobrevivir. Pero eso implicó también despedir buena parte del personal y abandonar la producción nacional, una tendencia que desarticula la matriz industrial del país.

Señales de alarma para una industria que pide auxilio

A pesar del crecimiento interanual del 5% del EMAE en mayo, desde IPA advierten que se trata de un rebote estadístico. “El crecimiento beneficia al sector financiero, no a la industria. La actividad manufacturera sigue estancada, y el consumo interno está en mínimos históricos”, señalaron.

La situación de la industria argentina exige medidas urgentes. Desde IPA enumeran las claves para revertir el colapso: bajar las tasas de interés, mejorar la competitividad, reducir la presión impositiva, revisar la política de importaciones y resolver el problema del costo energético y laboral, incluyendo el impacto de los juicios laborales.

“Hoy se destruyen más empleos de los que se crean. Y el impacto se ve con fuerza en la industria, la construcción y el empleo público. La señal que esperamos aún no llegó”, cerró Rosato.

 

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