Un grupo de unos 80 obreros de la construcción contratados por Benito Roggio decidió interrumpir sus tareas en la obra del acueducto de Punta Lara, en reclamo por falta de pago, el incumplimiento de acuerdos laborales y las “malas condiciones” en que realizan su trabajo. Según denuncian, la empresa los presiona, incluso con amenazas de despido, para que reanuden las labores a pesar de que sus reclamos nunca obtuvieron respuestas firmes. La medida de fuerza permanece hasta tanto se concreten los pagos adeudados y se aseguren condiciones dignas para todos los trabajadores.
Contexto de la obra
La intervención de Punta Lara forma parte del Plan Hídrico Integral para el Gran La Plata, bajo la órbita del gobierno de la provincia de Buenos Aires. El proyecto contempla la construcción de una nueva planta potabilizadora junto con acueductos para incrementar notablemente la producción y distribución de agua potable en la región
Según declaraciones oficiales, la obra representa una de las más importantes de la provincia: con una inversión de alrededor de 147.000 millones de pesos, incluye estación de bombeo, cisternas, cañerías, y busca beneficiar a más de 855.000 habitantes de los municipios involucrados.
En un recorrido realizado en junio de este año por el ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, acompañados por autoridades locales y de la empresa responsable del servicio, Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA), se puso en valor la obra como estructural para garantizar el acceso al agua potable en la región.
El conflicto laboral opaca parada técnica
El reclamo de los trabajadores expone una paradoja fuerte: mientras la obra se promueve como un hito estructural para el desarrollo del sistema hídrico bonaerense, su ejecución está atravesada por tensiones laborales con la empresa adjudicataria Benito Roggio, que afectan a los trabajadores que llevan adelante semejante obra estratégica.
Según versiones de los trabajadores, el paro no afecta a todos los frentes de la planta sino a la obra de la “toma de agua” en Punta Lara —una parte esencial del acueducto. Reclaman el pago de salarios adeudados, cumplimiento de compromisos contractuales y condiciones mínimas seguras para desarrollar la obra.
A su vez, denuncian que la empresa recurre a medidas de presión, con amenazas de despido ante la persistencia del conflicto. Hasta el momento, no hubo respuestas concretas.
Llamado a soluciones inmediatas
Desde el sector sindical y los trabajadores afectados reclaman una solución urgente: pago inmediato de los salarios adeudados, regularización de las condiciones de trabajo, cumplimiento de acuerdos laborales y garantía de estabilidad sin amenazas de despido.
Una respuesta positiva permitiría no sólo reanudar los trabajos con normalidad, sino también evitar mayores demoras en una obra que representa una mejora estructural para el servicio de agua potable en una amplia región bonaerense.