Datos del tercer trimestre de 2022: sigue bajando la desocupación pero se mantiene alto el empleo informal

El último informe elaborado por el Indec en base a la Encuesta Permanente de Hogares expone el panorama del crecimiento de los puestos de trabajo que se contrapone con los salarios bajos y un alto porcentaje de empleo no registrado.

Los nuevos datos oficiales sobre empleo nuevamente exponen una baja en la desocupación durante el tercer trimestre de 2022 pero en un escenario complejo de bajos salarios y una cifra alta de empleo no registrado.

Se trata de un informe elaborado por el Indec en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre del año pasado. Si bien se detectó una baja del desempleo desde el 7,9% al 6,7% respecto a igual período de 2021, continúa siendo alto el número de trabajadores informales: alcanza al 38,4% de la población urbana.

El relevamiento también desagregó el impacto de la baja del desempleo a lo largo y ancho del país. La tasa de desocupación, así, es mayor en Buenos Aires (8,7%), Catamarca (7,3%) y Salta (6,6%).  San Luis, en cambio, registra las mayores cifras de empleo.

Crece la actividad, pero no los sueldos

Asimismo, el estudio también da cuenta que hubo una suba en la tasa de actividad, que trepó del 45,6% al 46,4%. Es una nueva fotografía del mercado de trabajo de la Argentina que muestra una fuerte recuperación desde la pos pandemia pero un persistente problema en la distribución del ingreso debido a la alta inflación que se registra en los últimos años.

Si bien hubo un importante repunte del empleo industrial, la mayor cantidad de puestos de trabajo se explican por el crecimiento en la cantidad de monotributistas y de los informales. Este fenómeno explica que haya más trabajo pero con salarios magros. La baja calidad del empleo viene siendo analizada por el ministerio de Trabajo, que impulsa programas de capacitaciones y estímulos para el blanqueo laboral.

Asimetrías por sexo, zona geográfica y modalidades de contratación

En este contexto, el informe detectó también una preocupante brecha salarial por género, por provincia y, claro, por la forma de contratación.

Con todo, concluyó que el ingreso medio de un trabajador registrado en relación de dependencia o monotributista para este período fue de $102.247 mientras que el ingreso medio de los informales alcanzó los $44.214. Es decir, que un empleado “en blanco” ganó más del doble que uno no registrado.

El mayor problema, como vienen advirtiendo incluso desde distintos sectores del Frente de Todos, es la distribución del ingreso. Hoy la canasta básica, que pone un piso a la línea de pobreza, casi alcanza los $170 mil. Se trata del principal desafío que tiene el oficialismo: crear condiciones para aminorar el ritmo de los precios y que, así, mejore el poder de compra de los trabajadores en el año electoral en el que se juega su continuidad en el poder.