Con la premisa de una “reunión amigable” con el empresariado cordobés, Mauricio Macri expuso ante la Bolsa de Comercio el día después de la fallida indagatoria judicial por el supuesto espionaje ilegal a los familiares de las víctimas del ARA San Juan.
Macri dijo que una prioridad del próximo gobierno, que él entiende será de Juntos por el Cambio, será la eliminación de impuestos que frenan inversiones y “una reforma laboral que permita la creación de empleos” (N. de R: algo que la experiencia fáctica dicta que no sucedió en ningún lugar del mundo.
“Un alambrado alto no permite que la gente entre al mercado laboral”, dijo Macri para ejemplificar sus ideas: “Hay una carrera de diputados para ver quién pone más impuestos”, dijo y cosechó una ovación. “Necesitamos reglas de empleo modernas, no podemos seguir discutiendo la ley de la gravedad”, y sumó un segundo aplauso al hilo.
“En nuestros cuatro años no se iba nadie de la Argentina, volvían”, tiró Macri en una frase que mantuvo el aplausómetro al rojo vivo. Empoderado, Macri dijo que el Gobierno nacional se “cagó en la libertad de la gente” durante la pandemia. “Paradójicamente, por la pandemia no se fueron más chicos. Ojalá el 14 de noviembre los convenzamos de quedarse”, agregó.
Salió jugando: “Hay que pensar la unidad monetaria del Mercosur”, lanzó como idea al aire, y focalizó que en el nuevo relato debe aparecer la idea de que “el empleo está cerca”. Pidió que desde el 15 de noviembre, Juntos por el Cambio se abogue a construir esa narrativa y las ideas que la coalición espera llevar si regresa al poder.
El intento frustrado y la obsesión
Cabe recordar que durante su Gobierno, Macri intentó impulsar una reforma laboral pero fue frenada por el accionar del sindicalismo en las calles. De hecho, el “test” para tantear la posibilidad de imponerla fue la reforma previsional que el gobierno de Cambiemos apenas pudo concretar tras graves hechos de violencia, que incluyeron hasta represión a dirigentes sindicales y legisladores opositores.
Desde entonces, a un Macri cada vez más cuestionado y debilitado políticamente no le dio el tiempo en lo que restaba de su Presidencia para tratar de concretar su sueño precarizador.