Héctor Recalde: “El presidente de la Nación tendría que dictar un DNU dando un aumento de salarios fijo”

Con esta entrevista, que contiene dos partes, el Grupo Ongaro y Data Gremial inician un ciclo de conversaciones políticas que tienen por objeto fomentar el debate, la formación y la militancia. El primer invitado es el Dr. Héctor Recalde, militante histórico del peronismo, especialista en Derecho del Trabajo, abogado de la CGT y del MTA, diputado nacional (m.c.), actual director de YPF, entre muchos otras responsabilidades y cargos que ha ejercido a lo largo de su vida.

PARTE II

Héctor Recalde ha pasado por todos los estadios políticos del peronismo, desde sus inicios, Constitución del 1949 mediante siendo un niño o un adolescente al momento del derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955, hasta hoy y la actual interna del Frente de Todos que inesperadamente dio lugar en días recientes a la designación de la nueva ministra de Economía de la Nación. Sobre esto, nuestro entrevistado opinó a través de Twitter: “¡Excelente la designación de Silvina Batakis como ministra de Economía! No estaría mal que resuelva, así lo deseo, un aumento de salarios con una suma fija, recursos para el mercado interno, comenzando por los asalariados más rezagados”. Sobre la conductora del Movimiento Peronista Cristina KIrchner nos comentó: “Estoy estudiando los discursos de Cristina. No solamente el último, recorto de los diarios las cosas que dijo, porque hay que estudiarlos. No es fácil reproducir lo que ella piensa y dice. Las grandes directrices sí, pero para hilar fino hay que estudiarla”.

Durante la entrevista nos mostró un librito editado por el Sindicato de Obreros Curtidores de Walter Correa que reúne discursos de Perón y el sindicalismo justicialista: “Tiene algunas frases que tienen plena vigencia, como siempre. Yo soy un privilegiado en ese sentido porque estuve personalmente con el general Perón hace muchísimos años, ustedes no habían nacido, en 1965. Y tuve cuatro reuniones de trabajo y no en Puerta de Hierro sino en las oficinas de Jorge Antonio en Madrid”, expresó.

Recalde siempre estuvo del lado de los sindicatos combativos, como con la CGT Brasil de Saúl Ubaldini o el MTA de Alicia Castro (Aeronavegantes), Juan Manuel Palacios (UTA) y Hugo Moyano (Camioneros), que lucharon en contra de las políticas neoliberales de Menem. Por eso dice lo que piensa sin dudar desde su vocación política y como experto en Derecho del Trabajo: “Es imprescindible prorrogar la prohibición de los despidos. Continúan las causas y en algunos sectores se agravaron. Los despidos injustificados son una violación a los derechos humanos e incluso vulneran el art. 75 inc.19 de la Constitución Nacional”.

Álvaro Erices: ¿Qué pensás de los recientes dichos del juez de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz respecto de la frase de Evita: “Donde existe una necesidad nace un derecho”?

Héctor Recalde: Sí. No tenía necesidad de decirlo. ¿Vos creías que era peronista Rosenkrantz? Es un viejo gorila, la verdad, con todo respeto. Me llamó incluso Horacio Verbitsky. Todos pensamos que la frase es de Evita, pero no encontré dónde la dijo; tampoco Horacio, pero bueno… Lo dijo Evita.

Federico Mirkin: Está popularizado…

HR: Ya está en manos del pueblo… andá a sacársela.

AE: Hablando de la Constitución Nacional, ¿Qué pasa con la participación en las ganancias de los trabajadores?

HR: Está en el 14 bis. Mirá, la única experiencia que hubo en ese sentido –mucho más grave para la patronal que esta– fue el laudo gastronómico. El laudo gastronómico nace porque no se pudo firmar convenio en 1945 y lauda Perón. El tema es que la propina era denigrante para los trabajadores, entonces les da una participación no en las ganancias… en las ventas. ¿Te das cuenta? Las ventas es lo que paga el cliente, es mucho peor que las ganancias del empleador. Después vino la dictadura cívico-militar y la derogó. A mí me extraña que el gremio no haya reclamado la puesta en vigencia de un derecho que fue conculcado. Y entre paréntesis, también como autocrítica, tenemos más de 20 leyes laborales que fueron sancionadas modificando o derogando normas por la dictadura cívico-militar. Yo presenté más de 900 proyectos de ley, muchos incluyeron a estas que estamos hablando. Habré sacado 50 exagerando. Es poco, pero soy el que más sacó. Salvo una compañera que me empató, Ivana Bianchi, de San Luis. Me parece que lo que está sucediendo ahora es que se aporta poco debate parlamentario de ideas. 

FM: En cuanto a la recomposición salarial, mencionaste de hacerlo por decreto o una ley que se debata para que quede sobre el tapete la postura de cada bloque…

HR: ¡Claro! Que queden estampillados contra el pueblo los que votan en contra.

FM: Se corre el riesgo también de que no tenga difusión porque sabemos que los medios están en poder de un grupo muy minúsculo…

Para eso está la militancia. Perón lo decía: “Teníamos todos los medios en contra y ganamos”. Hay que militar, hay que invitar a la participación. Hay que hacer esto, lo que ustedes están haciendo es muy bueno; la difusión, no porque esté yo, difundir las ideas y las cosas. Mucho mejor si estoy yo (risas).

FM: En el hipotético caso que en las próximas elecciones haya un cambio de signo político…

HR: Que perdamos…

FM: Sí. Y teniendo en cuenta que ya hubo un antecedente de persecución a líderes sindicalistas, a abogados laboralistas, ¿Creés que estamos preparados para esa lucha?

HR: Si perdemos la elección, en primer lugar, hay que analizar por qué perdimos y en base a analizarlo, seguir militando para evitar las causas que hicieron que no ganemos. La autocrítica tiene que servir para corregirse no para dividir. Porque si unidos cuesta trabajo, imagínate divididos. Por eso hay que cuidar la unidad. Siempre digo que estoy dispuesto, en aras de la unidad, a comerme algunos sapitos; incluso elijo los condimentos para poder tragarlos mejor. Y mi límite es que no me voy a tragar cocodrilos, pero sapitos me puedo tragar.

FM: Así como mencionaste que tenés que comerte algunos sapitos, ¿Cuál es tu postura y qué pensar del caso de Milagro Sala?

HR: Yo no sé si no está al alcance del presidente de la Nación un indulto. Yo la fui a visitar a Milagro Sala cuando estaba con prisión domiciliaria. La obra que hizo en Jujuy es impresionante. La destruyeron, eh. Morales destruyó la obra como si pudiera destruir la Memoria, pero algo logró… Para mí es una mancha para la democracia y la República lo que está pasando y sigue pasando con Milagro Sala. No hay perdón de Dios.

AE: Sería al estilo de lo que hizo el expresidente Cámpora cuando asumió, ¿No?

HR: Vos sabés que yo era amigo de los hijos de Héctor J. Cámpora. Uno de los hijos, el mayor, se llamaba Héctor Pedro, como yo, y el otro Carlos, éramos vecinos, además. O sea que cuando ustedes hablan del “tío” para mí era tan familiar… Y ahí fungía también otro compañero que falleció, el Bebe Righi, que fue procurador y estábamos todos en la “Agrupación de Abogados Peronistas”.   

AE: Con Mario Kestelboim también…

HR: ¡Mario fue el decano nuestro! Y hablaban del Grupo Ongaro ustedes recién, ¿No es cierto? Bueno, yo tuve relación con Ongaro. Es más, hubo varias reuniones. Ongaro venía a la CGT, sobre todo con Ubaldini, yo fui hermano de Ubaldini desde el principio hasta el final; con alguna diferencia política en un momento dado, debo decirlo…

AE: ¿Se puede saber cuál?

HR: Y… cuando Saúl acepta ir a la Cámara de Diputados con Menem. Eso. Pero, bueno, Saúl era Saúl, viste… Sobre todo, porque en el 92 él tiene que dejar… lo dejan afuera de la CGT cuando hacen una reunión en Parque Norte. Y en ese momento los únicos que nos quedamos en la CGT, en Azopardo 802, fuimos el “Bocha” Palacios, que era secretario general de UTA y yo, porque nos parecía que era una “entregada”. A propósito de esto hace unos viernes atrás me invitaron los compañeros que tienen una lista opositora de UTA, ahí a San Vicente, porque conocen todas estas historias. Pero con el “Bocha” Palacios, Ubaldini y Moyano, se creó el MTA, el Movimiento de Trabajadores Argentinos…

AE: Y Alicia Castro…

HR: ¡Claro! Yo fui abogado de Alicia, soy amigo. Fui abogado de la Triple A, que era la buena, la Asociación Argentina de Aeronavegantes.

AE: Con el Grupo Ongaro una vez organizamos una charla con el “Gringo” Amichetti y nos dio una clase sobre qué significa el Sindicalismo de Liberación, de la cual también participó el querido compañero Lorenzo Pepe…

HR: El “Gringo” es uno de los mejores oradores que tiene el Movimiento Obrero. Y yo estoy en el Instituto en el que está Lorenzo Pepe. Hace días me reuní con él. Él saca estos libros (del Instituto Nacional Juan Domingo Perón); este se llama “Temas de Doctrina”, soy miembro ahí en la calle Austria de la Capital Federal, cerca de Las Heras.

AE: Sí, el Instituto Perón. En ese lugar participaste en octubre de 2021 en la mesa central de nuestro acto político como Grupo Ongaro…

HR: Sí.

AE: En esta línea de Sindicalismo de Liberación, de Walter Correa, de Amichetti, de Palazzo, hace poco pasó algo en la UOM: Antonio Caló ya no es más el secretario general. ¿Qué opinión te merece la asunción de Abel Furlán?

HR: Me pareció una de las mejores renovaciones que tuvo el Movimiento Obrero. Y fijate que en la asamblea donde se discute se presenta Caló. Tengo mucho respeto por Caló, eh. Y yo soy amigo de Abel Furlán. Fuimos diputados juntos, trabajamos juntos, nos escribimos, nos hablamos. Me pareció la incorporación de uno de los mejores dirigentes sindicales que hay hoy.

AE: ¿Qué se te viene a la mente con la figura de Raimundo Ongaro?

HR: Era el ideal de dirigente sindical: un tipo capaz, coherente, lúcido, informado y formado. Dirigentes sindicales hubo muchos, no podés nombrarlos a todos, pero para mostrar pluralidad ideológica déjame que te mencione a Agustín Tosco también. Es más, la Avenida de Circunvalación de Córdoba que lleva su nombre, es nacional esa ruta, fue un proyecto mío. O sea que “obras son amores”, no es que yo de “piripipí…”. Era impresionante en Ongaro las bases que tenía, los zapatos, los pies, debería calzar 45, 46, más o menos... era grandote. Por varias razones lo miraba hacia arriba, por el tamaño y la admiración. La Federación Gráfica Bonaerense sigue manteniendo la tradición de Ongaro con Amichetti, el actual secretario general.

AE: Es de esperar que podamos ver una CGT más movilizada en su conducción, sería bueno ver eso…

HR: Nadie duda que sería bueno verlo, ¿Tenés largavista?

FM: Quizás sea un refuerzo de la renovación de las cúpulas de los sindicatos y ver nuevas caras, nuevas voces…

HR: Incorporar nuevos dirigentes es bueno, por supuesto. Vienen con más ganas, viste. En el interior tenemos dirigentes excelentes. Yo tengo bastante contacto con la CGT de Ushuaia, por ejemplo. Son compañeros de primera. Hay que militar, me parece que ahí está la llave.

AE: ¿Qué es lo que más te preocupa acerca de la actual situación que viven las y los trabajadores argentinos?

HR: Yo soy un tipo optimista por naturaleza, pero a veces tenés bajones, cuando ves que la realidad es dura, ver cómo está sufriendo nuestro pueblo, hay hambre y hay pobreza por ingresos, el laburante formal que se supone que tiene derechos y no llega a fin de mes… flaco, qué está pasando. Y el déficit que tenemos hoy como como gobierno es en la distribución, ahí fallamos. Yo hace mucho tiempo, seis, siete meses, y ahora se está replicando eso, había planteado que el presidente de la Nación tendría que dictar un DNU dando un aumento de salarios fijo, veinte, treinta, cincuenta mil, lo que los recursos den. Porque a diferencia de la porcentual, la fija favorece más a los de abajo. Ahora hay otros compañeros, dirigentes sindicales, escuché a Yasky, a Palazzo, y a otros más plantearlo. O sea que hay que insistir en eso. Porque ahí comienza el círculo virtuoso, más allá de las consecuencias políticas. Cuando vos ponés dinero en el bolsillo de nuestros trabajadores y trabajadoras, jubilados y jubiladas, no abren un plazo fijo, no abren una cuenta en el exterior… consumen, ahí comienza el círculo virtuoso.

AE: Totalmente. Bueno, tengo otra pregunta…

HR: ¡Upa!

AE: Si fueras ministro de Trabajo…

HR: Yo no voy a ser ministro de Trabajo jamás.

FM, AE, HR: (Risas).

HR: No voy a ser ministro de Trabajo nunca.

AE: Viendo las recientes renovaciones en el gabinete nacional, hipotéticamente, si fueras nombrado ministro de Trabajo de la Nación, ¿Cuáles serían las primeras medidas que tomarías?

HR: Como no voy a ser ministro nunca las pensé, pero acá tenés: 1) Reglamentar la participación en las ganancias; 2) Disminuir la jornada de trabajo; 3) Establecer un aumento generalizado de suma fija; 4) Voy a invadir otro Ministerio, pero utilizaría mucho la Ley de Abastecimiento, esa que aplica multas y sanciones muy serias a los empresarios que se hacen los vivos como ese chistoso (Federico Braun) de La Anónima que dijo que “remarca” todos los días. Ese es un instituto que está vigente hoy. Entonces también es una herramienta para el Ministerio de Trabajo. Después puede haber algunas otras cosas más que se pueden hacer, pero no pensé en ocupar el Ministerio.