Trabajadores de Molinos Río de la Plata denuncian inicio de plan de despidos masivos y recortes salariales en la planta de Esteban Echeverría

La comisión interna cuestionó el “doble discurso” de la empresa, que pese a pertenecer a la familia Pérez Companc, una de las más ricas del país, pretende mantener los niveles de producción con menos personal. Estado de alerta por los 200 puestos de trabajo de la fábrica.

Sabado, 24 de mayo de 2025 20:07

La Comisión Interna de Molinos Río de la Plata, en la planta ubicada en Esteban Echeverría, denunció el inicio de un plan de despidos masivos y reducción salarial que calificaron como ilegal y peligroso para la salud de los trabajadores. Según advirtieron, la empresa pretende mantener los niveles de producción con menos personal, lo que pondría en riesgo tanto la seguridad operativa como los derechos laborales básicos.

“Quieren producir lo mismo con menos gente y eso lo pagaremos con hambre de las familias de los operarios despedidos y con la salud de quienes sigan trabajando. No lo vamos a permitir”, expresó Luciano Greco, delegado de la comisión interna, al rechazar el ajuste patronal.

La resistencia de los trabajadores

En asambleas, los trabajadores decidieron rechazar la extorsión empresarial y mantenerse firmes en defensa de los 200 puestos de trabajo que actualmente sostienen la planta.

Greco también cuestionó el “doble discurso” de la empresa, que pese a pertenecer a la familia Pérez Companc, una de las más ricas del país según la revista Forbes, avanza con medidas que afectan a quienes producen su riqueza.

Desde el sindicato STIA – Filial Buenos Aires acompañan el reclamo de la comisión interna, y aseguran que el hostigamiento comenzó el pasado 9 de mayo, cuando representantes de la empresa iniciaron reuniones con pequeños grupos de operarios para advertirles que, por la supuesta “caída de ventas”, se ven obligados a reducir personal y quitar adicionales salariales de convenio.

El impacto del ajuste laboral

El conflicto se da en un marco general de ajuste y flexibilización laboral impulsado por el Gobierno de Javier Milei, lo que, según denunciaron, está siendo aprovechado por Molinos para evadir responsabilidades ante la ART, no denunciar accidentes laborales y desconocer licencias por enfermedad.

Pese al pedido formal para que se garantice la estabilidad del plantel, el pasado miércoles 21 la empresa ratificó la decisión de avanzar con los despidos y con la eliminación unilateral de derechos laborales.

“No estamos dispuestos a poner en riesgo las necesidades de nuestras familias”, afirmaron los trabajadores, que se declararon en estado de alerta y movilización.

La crisis en la industria del sur del conurbano

La situación en Molinos Río de la Plata no es un caso aislado. En el sur del conurbano, la crisis industrial golpea a múltiples sectores. Un ejemplo emblemático es el de la tradicional fábrica de caramelos Lipo, ubicada en Lanús. Tal como reflejó Data Gremial, la empresa enfrenta una severa deuda salarial, lo que ha llevado a meses de incertidumbre para sus trabajadores.

Según denunciaron delegados gremiales, Lipo no sólo adeuda salarios, sino que también ha incumplido con el pago de aportes previsionales y mantiene una política de precarización laboral que amenaza la subsistencia de la planta. "Estamos hablando de una empresa histórica que, como muchas otras, está siendo asfixiada por un contexto económico que favorece los ajustes y la flexibilización en lugar de proteger la producción nacional", expresó un dirigente local.

La falta de políticas que incentiven la reactivación industrial está llevando al límite a empresas y trabajadores. En este marco, los casos de Molinos y Lipo se transforman en símbolos de una crisis que afecta no solo al empleo, sino también al tejido social de la región.