La histórica fábrica de caramelos Lipo, al borde del abismo: seis meses con pago fraccionado de los sueldos y hay paro por tiempo indeterminado

Más de 100 operarios paralizan la producción en la planta de Lanús ante el reiterado incumplimiento en el pago de haberes. El conflicto visibiliza el impacto de la recesión libertaria en la industria alimenticia del conurbano sur.

Sabado, 17 de mayo de 2025 20:31

La fábrica de caramelos Lipo, ubicada en Remedios de Escalada Este, partido de Lanús, se convirtió en el epicentro de un nuevo conflicto laboral que pone en evidencia el deterioro del entramado productivo en el conurbano bonaerense producto de la recesión inducida por el gobierno libertario de Javier Milei. Desde el pasado martes 7 de mayo, más de 100 trabajadores mantienen paralizada la producción y realizan una protesta por tiempo indeterminado en la puerta de la planta, ubicada sobre la calle Guarracino al 2300.

El motivo de la medida es el incumplimiento en el pago de los salarios correspondientes al mes de abril, una situación que, según denuncian, se viene repitiendo desde hace más de medio año.

“Hasta hoy solo cobramos el 50% del sueldo. No es la primera vez que pasa. Desde hace seis meses nos pagan de forma fraccionada y ya no se puede sostener”, explicó uno de los operarios, que pidió preservar su identidad.

De símbolo golosina a conflicto gremial

Lipo, fundada en 1969 como un emprendimiento familiar, supo posicionarse como un emblema del sector alimenticio con una producción que supera los dos millones de caramelos diarios, incluyendo sus reconocidas líneas ácidas. Sin embargo, hoy enfrenta una profunda crisis que sus trabajadores atribuyen tanto a mala gestión como a una intención deliberada de precarización.

Aunque la firma aún figura bajo la titularidad de los hermanos Matías y Mariela Lipovetzky, desde el gremio aseguran que actualmente la mayor parte del paquete accionario está en manos de un grupo inversor encabezado por Osvaldo Iglesias, exgerente de Metropolitano S.A., empresa involucrada en un escándalo por presunto fraude con subsidios del Tren Roca en los años 2000.

Audiencia en Trabajo y propuesta empresarial bajo análisis

Este jueves se realizó una audiencia de conciliación en la sede del Ministerio de Trabajo bonaerense en Lanús, donde la empresa ofreció una propuesta: abonar parte del salario este viernes y el resto el miércoles siguiente, a cambio de un acuerdo para compensar con horas de trabajo futuras las jornadas no laboradas por faltante de materia prima.

Además, Lipo propuso otorgar un día pago sin prestación de tareas cuando se repita esa situación. La propuesta fue trasladada a una asamblea general de trabajadores, pero según adelantaron fuentes sindicales, no convence a la mayoría del personal. La protesta y el cese de actividades continúan mientras se define la respuesta colectiva.

Intervención oficial y cuestionamientos

Desde el Ministerio de Trabajo provincial confirmaron la presencia de un inspector que constató el atraso salarial y labró el acta correspondiente. Sin embargo, los trabajadores consideran que la empresa dilata las soluciones y mantiene una actitud evasiva. Hasta el momento, no hubo comunicación oficial por parte de Lipo, y su sitio web se encuentra inactivo, al igual que sus redes sociales.

“Nosotros vemos que el producto sigue saliendo a la calle. Está en los kioscos, en los mayoristas, incluso hay envoltorios en inglés. Sabemos que exportan. No hay transparencia. Lo único que pedimos es cobrar lo que nos corresponde por ley”, manifestaron desde el sector de producción.

La situación de fondo: caída industrial y precarización regional

La crisis de Lipo se suma a una ola de conflictos laborales que afecta con fuerza al cordón industrial del sur del conurbano. Casos como el de la fábrica Dánica en Llavallol (cerrada desde enero), la paralización de actividades en NS de Monte Grande por deudas salariales, y la quiebra de la gráfica Morvillo en Avellaneda, que dejó 200 familias en la calle, reflejan una misma lógica: ajuste, informalidad y abandono empresarial.

En todos los casos, las excusas se repiten: caída de ventas, aumento de costos y falta de insumos. Pero del otro lado, los trabajadores denuncian que las pérdidas siempre recaen sobre ellos, mientras los empresarios eluden responsabilidades y se retiran sin rendir cuentas.

Una planta simbólica en pie de lucha

La fábrica Lipo ocupa 8.000 m² productivos y cuenta con otros 11.000 m² para almacenamiento, desde donde se despacha toda la producción. A pesar de la difícil coyuntura, los trabajadores mantienen la unidad y la organización a través del Sindicato de la Alimentación (STIA), bajo el Convenio Colectivo 244/94, y aseguran que no bajarán los brazos.

“No pedimos aumentos ni nada por fuera del convenio. Solo que nos paguen en tiempo y forma. Queremos seguir trabajando, pero con dignidad”, concluyeron desde la planta.

TEMAS DE NOTA