Desde la asunción de actual presidente Javier Milei, se aumentó la pobreza en la República Argentina.

Llevaron a una destrucción masiva del poder adquisitivo de los trabajadores, de los jubilados y de los sectores más vulnerables, producto de las decisiones de devaluar casi el 120% la moneda nacional, y de liberar toda la economía (quedando la misma prácticamente en su totalidad en precios a valor dólar), mientras tanto los salarios y las jubilaciones se pagan en pesos.

Este Gobierno Nacional, triplicó la inflación mensual (con relación a los números de inflación mensual, que tuvo el gobierno nacional anterior), producto de sus medidas económicas.

Asimismo, presentó un DNU y un Proyecto de Ley Ómnibus, que pretenden en conjunto implementar una suerte de reforma Constitucional encubierta, pero además buscan modificar marcos legales laborales, normativas de alquileres, hasta los Códigos Civil y Penal, entre muchas otras cosas más.

Es evidente, que el Congreso Nacional es un obstáculo para los planes del Poder Ejecutivo.

Desde la asunción del actual Presidente, el mismo solo ha demostrado a través de innumerables declaraciones, su profundo desprecio tanto por el Congreso, como por la democracia.

Acusó de coimeros a los Diputados Nacionales, manifestó que de no salir sus iniciativas legislativas iba a fundir a los Gobernadores, entre otras cosas.

Llama poderosamente la atención, que no se le haya puesto un límite a un Mandatario Nacional, que pretende llevarse puesta toda la institucionalidad a cualquier precio, y que diera la impresión que aspira a tener casi la suma del poder público, para dejar así de ser un Presidente de la democracia y pasar a convertirse en un Monarca.

También es altamente alarmante y preocupante, la actitud servil y colaboracionista, de Legisladoras y Legisladores Nacionales que dicen ser de la oposición (pero que en sus discursos y acciones parecen ser integrantes del bloque oficialista), quienes esta semana en Diputados acompañaron con su voto para la aprobación en general, del Proyecto de Ley Ómnibus.

Este mismo Gobierno Nacional integrado por la casta, desde que asumió no tomó una sola medida a favor del pueblo.

Por el contrario, todo lo que hizo fue en contra del pueblo, pero sí favoreció notablemente a los sectores ricos y millonarios (no solo nacionales sino también extranjeros).

Hay que hacerle entender a los políticos argentinos, que el pueblo no le firma cheque en blanco a ningún gobernante.

El hecho de tener un triunfo electoral, no le da el derecho a quienes gobiernan, de hacer lo que les parezca a su antojo y sobre todo poner en riesgo la Patria, empeorar la vida a la gente y en muchos casos hasta arruinarla.

Todo tiene un límite, y hay quienes ya lo están cruzando hace rato.

Para ello, el sistema Republicano establece la división de poderes, entre otras cosas, para el debido control entre ellos mismos.

Hasta ahora el único poder de la República que ha controlado y que puso freno a la voracidad destructiva del Poder Ejecutivo, ha sido el Poder Judicial.

El Poder Legislativo en el Congreso, está haciendo hasta ahora, el triste papel de una suerte de escribanía de lujo para los caprichos y antojos del Poder Ejecutivo. No controla. No genera equilibrio entre los otros poderes.  No debate conforme lo establece el propio reglamento interno. No se ajusta a la hora de votar, a las disposiciones de nuestra propia Constitución Nacional (pudiendo quedar encuadrados muchos de nuestros representantes allí, en el caso de apoyar las delegaciones de facultades legislativas al Poder Ejecutivo prohibidas en nuestra propia Carta Magna, como infames traidores a la Patria, con las consecuencias penales correspondientes para ellos).

Dice nuestra Constitución Nacional expresamente: Art. 29.- El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.

El pueblo argentino, no va a permitir que se ponga en riesgo la Patria por parte de ningún gobierno de turno.

El pueblo argentino va seguir defendiendo la plena vigencia de la Constitución Nacional, y el funcionamiento de todos los poderes de la República.

El pueblo argentino, va a seguir defendiendo la soberanía nacional, la soberanía de nuestros recursos naturales, y nuestra independencia como Nación (no permitiendo ser sometidos por otra u otras Naciones Extranjeras, como si fuéramos una colonia).

Ningún gobierno va cambiar la idiosincrasia del pueblo argentino, nuestra cultura, nuestras costumbres, y nuestra identidad.

Tampoco vamos a permitir como pueblo, que ningún gobierno de turno le saque el pan de la mesa a las familias argentinas, que se castigue a los jubilados, o que se quiera flexibilizar el trabajo nacional. No vamos a permitir que nos conviertan en esclavos modernos del Siglo XXI.

No vamos a permitir que nos conviertan esclavos de un sistema perverso, en donde unos pocos se benefician del hambre y de los padecimientos de la mayoría de las argentinas y argentinos.

Personalmente, siento vergüenza de la dirigencia legislativa cordobesa colaboracionista del actual gobierno nacional. No nos representan para nada. Nadie sabe para quien están votando, ya que a los cordobeses solo nos va a terminar perjudicado más de lo que hasta ahora lo han hecho, tanto con este proyecto de Ley Ómnibus, como con el DNU correspondiente.

Ojalá el peronismo de Perón y de Evita, vuelva a decir presente en esta Nación.

Basta de dirigentes disfrazados de peronistas que van en contra de la propia Doctrina, que van en contra de los trabajadores y de los jubilados.

Las propias bases peronistas de todo el país, tienen el deber de trabajar desde ahora en adelante, la reconstrucción y de la renovación dirigencial de norte a sur y de este a oeste, tener en las próximas elecciones legislativas y ejecutivas, las mejores mujeres y los mejores hombres que se voten en internas abiertas y obligatorias.

Basta de dirigentes elegidos a dedo.

Los mejores gobiernos en la Argentina, fueron, son y serán peronistas.

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