El conflicto entre los trabajadores de Caromar y la empresa sumó este jueves un nuevo capítulo, luego de la audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. En un contexto tenso —marcado por la ruptura previa del diálogo por parte de la firma— el encuentro dejó al menos un primer gesto de acercamiento.
En la reunión participaron los empleados acompañados por el Sindicato de Empleados de Comercio de Mar del Plata y Zona Atlántica (SECZA) y los representantes legales de Caromar. Gracias a las gestiones sindicales, se consiguió un acuerdo parcial que permitirá a los trabajadores percibir sus salarios y el medio aguinaldo correspondiente al mes en curso, un reclamo urgente que mantenía en vilo a las familias afectadas por el cierre de la sucursal marplatense.
Cuarto intermedio y una fecha clave
El Ministerio dispuso un cuarto intermedio hasta el 16 de diciembre, fecha en la que la empresa deberá presentar una propuesta concreta sobre las indemnizaciones para los trabajadores despedidos.
Desde el SECZA señalaron que mantendrán el acompañamiento “en cada instancia del proceso” y reafirmaron su compromiso de defender los derechos de todos los empleados involucrados en el conflicto.
Mientras tanto, el futuro de los puestos de trabajo y el cumplimiento de las obligaciones patronales siguen siendo los puntos centrales a resolver en una disputa que continúa abierta.
Un cierre sorpresivo que desató un conflicto mayor
La clausura intempestiva del local de Caromar en la Avenida Presidente Perón 1950 —con 15 trabajadores despedidos de un día para otro— desató una crisis que excede el ámbito laboral. Según denuncian los trabajadores y el SECZA, la empresa pretende abonar solo el 50 % de las indemnizaciones. Para el sindicato, eso es inadmisible. Más teniendo en cuenta que, más allá de despidos en distintos puntos del país, la compañía se mantiene operativa.
El cierre de la sucursal marplatense no fue un caso aislado: en los últimos días Caromar bajó persianas también en San Justo, Burzaco, José C. Paz, y Rosario. En total se calcula que unas 78 personas quedaron en la calle entre esas sedes afectadas.
Clientes que exigen explicaciones: mercadería pagada, pero retenida
Lo que comenzó como un reclamo de los trabajadores —salarios, indemnizaciones y estabilidad— creció hasta involucrar a los clientes. Numerosos consumidores denunciaron que habían realizado compras y pagado mercadería antes del cierre, y que ahora no pueden retirarla: está retenida dentro del local clausurado, bajo llave y sin presencia de la empresa.
“Soy cliente de Caromar… o era. Hice compras y tengo mercadería adentro del establecimiento. Cuando vengo a buscarla, me encuentro con que la empresa cerró sus puertas y dejó a toda la gente afuera”, relató uno de los afectados. Otros afirmaron que completaron su cuenta corriente, abonaron los productos y ahora reclaman respuestas.
Este nuevo actor en la disputa —los compradores perjudicados— pone en evidencia el alcance social del conflicto: no solo se vulneran derechos laborales, sino también se afecta el derecho del consumidor. Algunas de esas personas evalúan iniciar acciones colectivas para recuperar lo pagado.