El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, reconoció abiertamente que uno de los objetivos centrales del Gobierno de Javier Milei es “desarticular la estructura” sindical argentina a través de una reforma laboral que modifique el sistema de convenios colectivos. Las declaraciones fueron realizadas este martes en Madrid, durante el Encuentro Empresarial organizado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la embajada argentina en España.
El funcionario, primer representante del oficialismo que visita España desde el triunfo electoral de La Libertad Avanza, aseguró ante un auditorio de unos 200 empresarios y funcionarios que la administración libertaria buscará cambiar el “orden de prelación” en las negociaciones laborales para priorizar los acuerdos individuales por empresa por encima de los convenios colectivos que hoy rigen en cada rama de actividad.
“Cuando se cambia el orden de prelación, es decir, si el convenio por empresa prevalece sobre el convenio que hace el sindicalismo a nivel nacional, se desarticula esa estructura. El orden de la prelación cambia totalmente el poder. Por eso, vamos a tener que bailar si queremos hacer esto”, dijo Sturzenegger, al responder una pregunta sobre cómo reaccionarían los sindicatos ante una eventual reforma.
El ministro presentó la modificación como un paso “imprescindible” para avanzar en lo que definió como una “federalización de las negociaciones colectivas”, argumentando que las condiciones laborales deben fijarse “en cada lugar” y no a nivel nacional. “Todo el nordeste de nuestro país tiene problemas de empleo porque le imponen condiciones de Buenos Aires”, sostuvo.
Reforma laboral y poder sindical
Las palabras del funcionario se enmarcan en el plan del Gobierno de Javier Milei de impulsar una profunda reforma laboral. El propio Presidente ya había adelantado, tras las elecciones legislativas, que ese será uno de los ejes de la nueva etapa de gestión. El proyecto que se tomará como base fue presentado por la diputada libertaria Romina Diez, e incluye cambios en la jornada de trabajo, el régimen de indemnizaciones y la estructura de los convenios colectivos.
En los hechos, la modificación que propone Sturzenegger apunta a debilitar el rol de las organizaciones gremiales nacionales y a transferir poder de negociación hacia las empresas. De concretarse, representaría una ruptura con el modelo sindical argentino vigente desde mediados del siglo XX, basado en la negociación por rama y en la figura del sindicato único con personería gremial.
El mensaje del ministro fue recibido con atención por los empresarios españoles, que valoraron la orientación "promercado" del gobierno argentino. Sin embargo, desde los sindicatos argentinos ya anticiparon que cualquier intento de modificar la estructura de negociación colectiva encontrará una fuerte resistencia.
Una gira con guiños políticos y empresariales
Además de su participación en el encuentro de la CEOE, Sturzenegger tiene prevista una intensa agenda en Madrid, donde se reunirá con el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo; el líder de Vox y aliado político de Milei, Santiago Abascal; y la presidenta del Banco Santander, Ana Botín. También participará como expositor en la Conferencia Internacional de Banca organizada por el Banco Santander.
Durante su exposición, el ministro repasó los dos años de gestión libertaria y volvió a reivindicar la “batalla cultural” que impulsa el Gobierno. Con tono distendido, hizo referencias al “riesgo kuka” —en alusión al kirchnerismo— y elogió la comunicación directa del Presidente a través de redes sociales. “Milei nos empodera. Yo anuncio una desregulación, la posteo en Twitter y el Presidente la retuitea. Entonces, el lobby en contra entiende que ya se jugó”, afirmó.
Un mensaje que enciende alarmas en el movimiento obrero
Las palabras de Sturzenegger no pasaron inadvertidas en el ámbito sindical. La admisión de que el objetivo oficial es “desarticular” la estructura gremial confirma los temores de las centrales obreras respecto del rumbo del Gobierno en materia laboral. El modelo que impulsa el ministro implica una atomización de la negociación colectiva y un debilitamiento de los sindicatos como representantes de los trabajadores frente a las empresas.
Mientras el Ejecutivo intenta presentarlo como un paso hacia la “modernización del trabajo”, el sindicalismo lo interpreta como un ataque directo a los derechos conquistados y a la capacidad de organización de los trabajadores.
Con su discurso en España, Sturzenegger dejó en claro que el verdadero debate que se aproxima en la Argentina no es solo económico, sino político y social: el del poder de los gremios frente a un gobierno que, desde su propia voz, ya anunció que buscará desmantelar su estructura.