En la primera semana de noviembre la CGT renovará conducción: crece la idea de un único secretario general

El fin de semana circularon versiones sobre la fecha de las elecciones de la central obrera, que deben renovar su consejo directivo. Además, comenzaron a conocerse los nombres de los candidatos a reemplazar el actual triunvirato.

Lunes, 11 de agosto de 2025 11:59

Este año, la CGT debe renovar las autoridades de su conducción, y todo indica que se buscará que sea un único secretario general el que tome la posta, dejando atrás dos períodos de triunvirato. Por lo pronto, en medio de la danza de nombres, se confirmó que el confederal que elegirá los dirigentes que lleven adelante esta nueva etapa será antes del fin de año. Es que durante la primera semana de noviembre, los delegados de más de 220 gremios que tiene la CGT deberán definir el nuevo consejo directivo.

El ideal es llegar a ese día con acuerdos previos que no necesariamente se cumplen a rajatabla. Nombres de posibles sucesores hay, pero antes se debe definir si se continúa con una conducción tripartita o se retoma la histórica fórmula de un secretario general. En rigor este tema es casi secundario porque, como reconocen algunos dirigentes sindicales, es preciso definir el tipo de CGT que necesita la Argentina.

En la mayoría de la dirigencia sindical hay una especie de consenso sobre la inconveniencia de continuar con el triunvirato. Las experiencias no han sido buenas y no solo por renuncias de alguno de los triunviros sino porque en el fondo lo único que se buscaba era tener una CGT unida aunque no se supiera para qué. Héctor Daer de Sanidad, Abel Furlán (UOM) y Andrés Rodríguez (UPCN), entre otros, son los que consideran que es preciso volver al esquema de un secretario general. Hay otros, como el propio Hugo Moyano y Gerardo Martínez (UOCRA), que siguen insistiendo con el triunvirato. Para ambas alternativas hay candidatos.

Candidatos

Uno de los que suena es el propio Furlán. Los que no lo quieren lo limitan como un sindicalista kirchnerista. Sin embargo, en este último tiempo no solo sumó el apoyo de la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), sino también tiene respaldo de buena parte de los gremios de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que lidera Juan Carlos Schmid. También confluyen detrás del metalúrgico la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA), que dirige el lucifuercista Guillermo Moser. No solo eso, Furlán, como secretario de Interior de la CGT, normalizó las 77 regionales que tiene la central obrera. Es un dato a tener en cuenta a la hora de pensar el armado político de un secretario general de la CGT.

Entre los aspirantes a conducir la central obrera está también Jorge Sola, del gremio de Seguros y actual secretario de Prensa de CGT, quien dejó trascender que cuenta con el respaldo de Daer y Rodríguez para aspirar a ese puesto. Por ahora sus supuestos padrinos no abrieron la boca. El dirigente gremial es uno de los que abreva en la tesis del diálogo con el gobierno libertario.

El otro nombre que suena es el de Cristian Jerónimo que dirige el Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y ocupa la secretaría de Salud Laboral de la CGT. En la sede de Azopardo lo vinculan con el grupo Rocca y hasta destacan su condición de haber sido el único sindicalista que participó de un encuentro que realizó la entrometida Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham).

Relación con el gobierno

Con la llegada de la nueva conducción, se espera que se defina una de las polémicas que gira en torno de la CGT: el diálogo que mantiene con la gestión libertaria. Es verdad que en un comienzo hubo medidas de acción directa, pero a pesar de que los problemas no solo no desaparecieron sino que se profundizaron, la conducción cegetista guardó en un cajón cualquier plan de lucha. Se limitó, que no es poca cosa, a frenar cualquier tipo de avance de Javier Milei sobre los derechos laborales a través de recursos de amparo.

El punto es que el Gobierno dialoga a través del jefe de Gabinete, Guillermo Francos o el secretario de Trabajo, pero no se detiene un ápice ante su objetivo de implementar una reforma laboral que eche por tierra más 70 años de legislación laboral que protege, mal o bien, a los y las trabajadoras. Sin embargo, “gordos” e “independientes” --los sectores que se consideran mayoría en la CGT-- insisten en el camino del diálogo a pesar de que las empresas, las que venían a generar puestos de trabajo, abandonan el país lo hacen con este gobierno libertario, el que se jacta de haber eliminado impuestos, y no con el anterior.