En el marco de los datos de baja de la actividad industrial, una constante desde que asumió Javier Milei, se supo que la industria química es una de las que más cayó, según los datos oficiales. Esta realidad complica a sus trabajadores, que deben enfrentar esta recesión con el fantasma del desempleo, y la retracción salarial. “El sector no escapa a la realidad de toda la industria”, aseguró Facundo Aveiro, titular del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQYP). Si bien se suele decir que este es un rubro que tiene un impacto “más suave o tardía” de estas crisis, el dirigente admitió que “los procesos se han acelerado”.
Según los datos de la Cámara de la Mediana Empresa Argentina (CAME), el sector químico y petroquímico tuvo un retroceso del 15 por ciento, luego de un “veranito” productivo. “En los últimos meses tuvimos suspensiones varias, pero en julio hubo una vuelta a la actividad, con una mejora de las ventas. pero agosto volvimos a caer”, dijo Aveiro, en una entrevista con el programa Mañanas libres, en el canal de streaming de Data Diario. Esta crisis por ahora no generó despidos, pero el gremio espera que haya nuevas suspensiones como las que se dieron ante de julio.
La industria química es un termómetro de la industria, ya que casi toda la actividad pasa por sus manos, por eso se la conoce como “industria madre”. “En otros países por esta centralidad los salarios de los trabajadores son muy buenos, hoy nosotros comparados con el mundo tenemos ingresos bajos, aunque estamos por encima de la media del país”, dijo el referente sindical. Esta comparación, recalcó Aveiro, “si se hace con otros sectores pasa lo mismo, los trabajadores argentinos tienen salarios bajos”. “Nadie debate hacía qué tipo de salario queremos para los argentinos, si es uno de subsistencia o de suficiencia, como fue en alguna vez en el país”, dijo.
Techo salarial
En este contexto donde los salarios se deprimen y las ganancias de las empresas crecen, Aveiro consideró que el movimiento obrero organizado debe “urgentemente centrarse en pedir aumentos para todas las actividades, porque cuando vamos individualmente te encontrás con un techo, de las empresas y del ejecutivo que dice que no va a homologar subas por encima de determinado nivel”.
En este sentido, el dirigente químico marcó que “entiendo que la pérdida salarial no se corrige con el decreto de un presidente, que dijo por muchos lugares que una vez que se acomoden los precios los salarios iban a subir ‘como pedo de buzo’, y pasaron nueve meses y los salarios siguen congelados”. Por eso, pidió a la CGT que “lleve adelante un reclamo de aumento salarial para todos los sectores y todos los trabajadores, pero por ahora no se instaló ese debate, ni lo plantearon”. “La CGT es responsable de esto, pero acompañó al gobierno anterior, que hoy le reclama por la situación que pasa, es un poco contradictorio”, agregó.
Renovación sindical
Aveiro, con 34 años, es uno de los dirigentes jóvenes que comenzaron a plantear algunos temas y debates que hasta ahora estaban un poco ausentes en la agenda de los gremios. “Creo que es necesaria la renovación de la dirigencia sindical, pero no debe ser forzada desde la política, antes de discutir este tema deberían hacer una reforma de su actividad”, recalcó Aveiro. Para el dirigente, hay un “problema de fondo para la renovación, y es que los trabajadores jóvenes en el país tienen una visión totalmente ‘anti sindical’, por eso necesitamos una juventud que quiera ocupar esos cargos y responsabilidades, y hoy no pasa”.
Pese a esto, Aveiro defendió el modelo sindical argentino que se instaló en el país con la aparición del peronismo. “Nuestros gremios son únicos en el mundo, nos quieren decir que antes del peronismo éramos potencia, pero hay que ver cómo vivían los trabajadores, estaban explotados en condiciones inhumanas. Para terminar con eso surgieron los gremios, pero para organizar todo eso hubo un líder, que supo canalizar la idea de sindicalizarse y pelear por sus derechos”, analizó. Por eso, anticipó Aveiro, la reforma laboral, que traerá “más desocupación y precarización va a hacer que esos mismos trabajadores que hoy rechazan los gremios se vuelquen a la lucha obrera”.