La Confederación General del Trabajo (CGT) resolvió convocar a una manifestación el jueves 18 de diciembre a las 15 horas, con epicentro en Plaza de Mayo, para rechazar la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional. La definición surgió este mediodía en la reunión del consejo directivo de la central obrera, que sesionó en la sede de Azopardo y anticipó que la próxima semana el proyecto sería tratado en el Senado, según los tiempos legislativos que maneja el oficialismo.
Fuentes internas confirmaron que la CGT avanza en una estrategia de “firme confrontación” incluso después de que el Ejecutivo decidiera eliminar del texto uno de los artículos que afectaba la recaudación sindical. Para la central, se trata apenas de un gesto, ya que la iniciativa en su conjunto “quita derechos” y “debilita a las organizaciones de los trabajadores”.
Una reforma “regresiva” según el movimiento obrero
El proyecto de reforma laboral promovido por Javier Milei flexibiliza contrataciones y despidos, restringe el derecho a huelga y recorta facultades históricas de los sindicatos. Entre otros puntos, redefine la base de cálculo de las indemnizaciones —excluyendo vacaciones, aguinaldo, propinas y premios— y fija límites que impiden que el resarcimiento supere tres veces el salario promedio de convenio. También establece un piso del 67% de ese valor.
Asimismo, crea el Fondo de Asistencia Laboral (FAL), financiado con un aporte obligatorio del 3% sobre las remuneraciones que se utilizan para calcular los aportes patronales al SIPA. El fondo estaría destinado a cubrir indemnizaciones por despidos, una figura que los gremios consideran un avance hacia “la mercantilización del derecho a la estabilidad”.
El texto también reduce la capacidad de acción sindical al exigir autorización de las empresas para realizar asambleas sin goce de sueldo, tipificar como infracción grave el bloqueo de establecimientos, recortar a diez horas mensuales los créditos horarios de los delegados y limitar la ultraactividad de los convenios colectivos.
Otro de los cambios centrales es la incorporación del “banco de horas”, que permitirá a las empresas redistribuir la jornada laboral según sus necesidades productivas.
Triunviros y dirigentes clave anticipan una etapa de resistencia
“Tenemos que mostrar fortaleza. Agotar las instancias con legisladores y gobernadores y empezar a construir. No creo que sea momento de un paro, pero sí de una movilización”, señalaron desde el triunvirato cegetista integrado por Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello.
La reunión contó con la presencia de más de cuarenta referentes gremiales, entre ellos Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), Héctor Daer (Sanidad), Hugo Moyano (Camioneros), Sergio Romero (UDA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Tras el encuentro se anunció una conferencia de prensa para detallar la marcha y el plan de lucha.
Al llegar al encuentro, Martínez lanzó una advertencia: “Seguramente vamos a convocar a un plenario de delegaciones regionales. Comienza una etapa de defensa, de resistencia. Nada está descartado”.
El dirigente de la construcción ya había enviado una señal política la semana pasada al ausentarse de la última sesión del Consejo de Mayo, el órgano multisectorial impulsado por el Ejecutivo. En esa ocasión se presentó un documento de lineamientos generales —incluida la llamada “modernización laboral”— que no contó con su firma.
Hacia el 18 de diciembre: unidad, presión y calle
Con la marcha ya confirmada, la CGT apuesta a consolidar una “masa crítica” de apoyo sindical y político que presione al Senado en la previa del debate. La movilización será el primer gran gesto de fuerza de la central en esta nueva etapa de tensión abierta con el Gobierno.
Si querés, puedo agregar un subtítulo más, un cierre de análisis sindical o un recuadro explicativo sobre los puntos clave de la reforma.