La Confederación General del Trabajo (CGT) expresó este viernes 19 su “más absoluto repudio” a la visita que un grupo de diputados nacionales de La Libertad Avanza realizó el jueves pasado a genocidas presos en el penal de Ezeiza por delitos de lesa humanidad. Además, los dirigentes sindicales alertaron sobre un “avance negacionista” en el país.
A través de un comunicado de prensa, la central obrera señaló que ese acto “pisotea la dignidad, la memoria y la gloriosa historia” del movimiento obrero argentino. “Los trabajadores y el movimiento obrero organizado fueron las principales víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura genocida”, recordaron desde la CGT.
“Esa lucha épica y de los centenares de miles de víctimas (entre desaparecidos, secuestrados, perseguido, despedidos y encarcelados) se asiente bastardeada por la actitud de estos ‘legisladores’ que pisotean la dignidad, la memoria y la gloriosa historia del movimiento obrero organizado argentino”, sentenció el texto que circuló en redes sociales.
Para la CGT, ese gesto "significa un avance negacionista que pretende avanzar en un proceso de impunidad”, y también “incluye un claro ataque a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que el pueblo argentino construyó a lo largo de estos 40 años de democracia”.
Vale resaltar que la declaración lleva la firma de los titulares de la secretaría de Derechos Humanos de la CGT, Maia Valcovinsky y Julio Piumato.
¿Quiénes son los genocidas presos?
La visita a los represores presos se llevó a cabo el pasado 11 de julio, dos días después del desfile militar que encabezaron Javier Milei y Victoria Villarruel, y estuvo organizada por el diputado entrerriano Beltrán Benedit, quien ya había visitado el penal anteriormente y ahora llevó a los legisladores Guillermo Montenegro, Lourdes Arrieta, María Fernanda Araujo, Alida Ferreyra y Rocío Bonacci.
Llamativamente, la última legisladores aclaró que aceptó el convite creyendo que iba a ser una visita para constatar la situación del complejo penitenciario, pero no para encontrarse y mucho menos sacarse fotos con represores. Por ello, según dijo, cuando en la camioneta que trasladó a la comitiva libertaria se enteró del propósito real de la actividad, decidió quedar al margen y no entrar al penal.
El polémico encuentro con genocidas por parte de este grupo de libertarios generó un fuerte revuelo interno en el bloque de La Libertad Avanza, con una mayoría que expresó su incomodidad.
Benedit, no obstante, reivindicó la decisión, y en el grupo de whatsapp interno del bloque oficialista planteó que fueron hasta allí para “ver excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista”.
Según se conoció, los legisladores estuvieron con Alfredo Astiz y otros represores de la ESMA como Antonio Pernías, Carlos Suárez Mason (hijo) y Adolfo Donda. La versión también indica que también se encontraban Honorio Carlos Martínez Ruiz –uno de los agentes de la SIDE que actuó en Automotores Orletti–, el uruguayo Manuel Cordero Piacentini –condenado por el Plan Cóndor– y el exBatallón 601 Raúl Guglielminetti.
En Ezeiza también están alojados otros represores de la Marina: Ricardo Cavallo, Jorge Radice y Alberto González. Según Cecilia Pando, el “Gato” González –que a sus perpetuas le suma una condena por delitos sexuales– es el ghostwriter de Villarruel. Otras fuentes confirmaron el vínculo que tenía la vice con González –que terminó dedicándose a la historia dentro de la Armada después de su paso por la ESMA– e incluso relataron que ella lo visitaba en el hospital cuando estaba internado.