Trabajadores despedidos de la histórica empresa gráfica Anselmo Morvillo protestan este jueves en las inmediaciones del Puente Pueyrredón, en el distrito de Avellaneda, donde hubo tensión porque los manifestantes querían cortar el enlace con la Ciudad de Buenos Aires, lo que fue impedido por el protocolo antipiquetes de la Policía Federal y la Prefectura Naval. La empresa cerró de un día para el otro dejando en la calle a sus empleados, que reclaman la reactivación de la planta y la conservación de los puestos de trabajo.
Los empleados gráficos, quienes sostienen una ocupación de la planta de la compañía desde hace 114 días, se ubicaron poco antes de las 10 en la avenida Mitre, a pocos metros del puente. En ese contexto, un delegado de los trabajadores despidos precisó: “El 25 febrero (último) ocupamos la fábrica tras un cierre imprevisto. Nos dejaron a los 234 trabajadores en la calle y sin un mango, por lo que ahora pedimos ayuda al Gobierno bonaerense”.
Agregó que podrían confeccionar manuales para los 135 municipios, boletas electorales y revistas. “Tuvimos reuniones hace 20 días con funcionarios bonaerenses pero todavía no tenemos trabajo”, manifestó.
Quiebra fraudulenta
En medio de la protesta, el mismo delegado que habló con los medios dijo que “la empresa está en quiebra fraudulenta”, producto de lo que definió como “una maniobra muy turbia” de parte de los dueños de la compañía, que tiene su planta en el partido bonaerense de Avellaneda. Y añadió: “Le pedimos también un plan de lucha a la CGT y a las otras centrales obreras porque Morvillo no es la única fábrica que cerró producto del 'industricidio' de Milei. Es una catástrofe y las centrales obreras están mirando para otro lado”.
La empresa Anselmo Morvillo inició sus actividades en 1974, cuando comenzó con el desarrollo de folletos para una compañía del rubro cosmético de venta directa y tuvo un crecimiento fuerte en años posteriores por lo que amplió su actividad, pero sus dueños argumentaron que en el 2024 se derrumbó su producción.
Sigue la toma
La toma se inició el 24 de febrero cuando la patronal, sin más, anunció mediante mensajes de WhatsApp a sus empleados que al día siguiente cesaba sus actividades. Esa fue la comunicación última de los dueños de la gráfica que desde allí no se presentó más, ni dio respuestas a sus más de 250 trabajadores, algunos de ellos con más de 30 años de antigüedad.
En este tiempo, la justicia permitió a los empleados ser “los cuidadores legítimos de las maquinarias y el edificio”. El reclamo por los puestos laborales y la posibilidad de reiniciar las máquinas “sigue intacta”. En este sentido, Sebastián Rodríguez secretario general de la Comisión Interna actualizó que el Juzgado N°12, gracias a la persistencia de la lucha, “permitió a los trabajadores ser los cuidadores legítimos de las maquinarias y el edificio”.