Habiendo pasado seis años extremadamente difíciles para quienes trabajan, se observa con gran preocupación que continúa postergada la agenda de la clase trabajadora por parte del gobierno que encabeza el presidente Alberto Fernández.

Problemáticas que vienen de larga data, sin respuestas de nuestros gobernantes.

Necesitamos definiciones concretar y contundentes, en temas tales como:

PARITARIAS: Durante mucho tiempo, millones de trabajadores han tenido irrisorios aumentos salariales (convirtiendo así al salario, en la principal variable de ajuste de una política claramente antiobrera del gobierno anterior).

También hubo actividades que directamente no tuvieron paritarias, un hecho inaceptable por donde se lo vea.

La mayoría de las paritarias perdieron contra una inflación elevada y estructural, de dos dígitos.

Por tal motivo, es necesario que el Estado no impida directa o indirectamente las paritarias libres, y que se incorporare nuevamente la cláusula gatillo. Es una herramienta que le permite a los trabajadores no seguir perdiendo poder adquisitivo, hasta tanto quienes nos gobiernen le pongan freno a una inflación que va por el ascensor, mientras que los salarios van subiendo las escaleras de rodillas.

Desde las bases de los sindicatos argentinos, hay que exigir a las conducciones de los gremios, que incorporen nuevamente la cláusula gatillo en todas las discusiones salariales.

No nos beneficia la cláusula de revisión. Sólo nos hace perder año tras año salario con relación a la inflación.

La cláusula de revisión, además, beneficia a la patronal.

La cláusula gatillo beneficia a quienes trabajan.

CREACIÓN DE FUENTES DE TRABAJO: Durante la gestión del gobierno nacional anterior, se perdieron miles de puestos de trabajo y se vieron afectados sectores de la economía que son quienes crean la mayor cantidad de puestos de trabajo, como por ejemplo las Pymes. Para ello, hay que inyectar dinero en el bolsillo de trabajadores y de los jubilados, disminuir la presión tributaria, y controlar la inflación con un plan serio y sin parches provisorios.

La economía argentina vive prácticamente de su mercado interno.

El pueblo argentino quiere trabajar, y no quiere más planes sociales.

El pueblo argentino quiere comer en su casa, y no quiere tener que asistir a comedores para poder alimentarse.

Tienen que implementarse políticas de creación de fuentes de trabajo genuino, y acabar con modelos propios de Estados que apoyan formas de flexibilización laboral (esclavitud laboral moderna).

VIOLENCIA LABORAL: Se cuentan con innumerables proyectos de leyes presentados para prevenir y sancionar la violencia laboral en el Congreso.

Es necesario que se traten, se mejoren, y se apruebe la ley por consenso.

Muchos trabajadores (hombres y mujeres), se enferman y otros mueren por este flagelo.

Hay que actuar ya mismo.

La adhesión al Convenio 190 de la O.I.T. sobre violencia laboral es importante, pero ahora hay que ir por la ley nacional contra la violencia laboral.

IMPUESTO A LAS GANANCIAS: El Estado debe   terminar definitivamente con este saqueo al bolsillo de trabajadores (y también de los jubilados). 

Hablamos de un impuesto nefasto, confiscatorio y regresivo.

El salario y la jubilación, no son ganancia.

Que sí se lo paguen, aquellas actividades que ganan millones de dólares en nuestro país.

Es hora de que se tome la decisión política que tanto venimos reclamando.

Nunca más deben pagar el impuesto a las ganancias quienes trabajan y quienes se han jubilado.

Actualmente, el impuesto a las ganancias es otra forma de ajuste y de empobrecimiento, para quienes trabajan y para quienes están jubilados.

 VIVIENDAS POPULARES: Se tiene que poner en marcha la construcción de planes de viviendas populares para quienes trabajan.

Ejecutarse un plan de viviendas nacional, pero bien federal.

La clase trabajadora quiere llegar a su casa propia y pagarla, pero hasta ahora solo funciona como una fábrica de inquilinos, ante un Estado que le da la espalda a esta necesidad.

Recordemos que el derecho a la vivienda, está previsto en la propia constitución nacional.

No basta con anuncios o con la construcción de pocos miles de viviendas.

Hay un déficit habitacional gigantesco en una Nación como la nuestra donde sobra la tierra, y en la que la ciudadanía quiere pagar su casa propia (que no aspira a que nadie se la regale).

OBRAS SOCIALES SINDICALES: los trabajadores deben poder contar con las obras sociales sindicales, que cuenten con los fondos que les corresponden para brindar atención de calidad no solo a los afiliados, sino también a su núcleo familiar.

Las obras sociales, deben ser estrictamente controladas, para que se cumplan con los marcos legales vigentes en Argentina en materia de prestaciones médicas para quienes están afiliados.

Hay que ponerle fin también, a la intervención indefinida de obras sociales gremiales.

Las mismas, deben volver a ser administradas por los propios trabajadores y tienen que recuperar una mirada social, en vez tener una mirada exclusivamente económica simplemente (como sucede en varios casos de obras sociales sindicales intervenidas).

Las mismas, funcionan gracias a los aportes de los afiliados (aunque algunos de olvidan).

RESABIOS DE MODELOS DE FLEXIBILIZACIÓN LABORAL: Todavía hay actividades que funcionan en nuestro país, que tienen a sus trabajadores en situaciones de semi esclavitud y que no cumplen con las obligaciones establecidas en los marcos legales laborales argentinos.

El Ministerio de Trabajo de la Nación, debe intensificar sus inspecciones para velar por el cumplimiento de la ley y para aplicar las sanciones correspondientes a los infractores.

Asimismo, hay que apuntar a que, en los ámbitos laborales del propio Estado, solo haya trabajadoras y trabajadores de planta y reducir drásticamente el número de contratos, pasantías y becas. Esas últimas figuras, también han funcionado como formas de flexibilización laboral, afectando los ingresos de las cajas jubilatorias provinciales y nacionales (al no aportar al régimen jubilatorio).

SALARIOS Y JUBILACIONES POR DEBAJO DE LA CANASTA BÁSICA TOTAL: El Congreso, debe avanzar en la aprobación de uno o más marcos legales que garanticen que en Argentina, ningún trabajador y ningún jubilado puedan tener ingresos por debajo de la canasta básica total, para así garantizar que no existan activos ni pasivos, que vivan en la pobreza y en la indigencia.

El salario mínimo, vital y móvil por ley, debe ser equivalente al monto de la canasta básica total para una familia tipo (actualizarse de forma automática, con la inflación existente mes a mes).

Pasan los gobiernos, y muchos dirigentes políticos que dicen ser peronistas en nuestra Nación.

Es tiempo de que el peronismo, deje ser usado sólo para discursos electoralistas demagógicos, y que pase a traducirse en hechos concretos que mejoren la vida de los trabajadores y que vuelva a garantizar el derecho a la movilidad social ascendente.

Sr. Presidente Alberto Fernández, se acabó el tiempo de hacer diagnósticos. Es tiempo de gobernar y de demostrar todo lo que puede hacer por el pueblo que depositó su esperanza en Usted, especialmente las trabajadoras y trabajadores argentinos.

Debe atender con carácter de urgencia nuestra agenda, la agenda de los jubilados, y también la de los sectores más vulnerables. 

Depende de su gestión, que no volvamos a tener en 2023 nuevamente un gobierno nacional de derecha en nuestra querida República Argentina.