Alberto Fernández es el primer presidente desde el regreso de la demoracia sin paros generales: algunos gremios plantean una autocrítica

Según un informe, el mandatario saliente es el primer del 83 a la fecha que no tiene una protesta nacional en su mandato. Entre las centrales admiten que esto pudo ser un error.

Con una serie de entrevistas y un brindis con la prensa acreditada en Casa Rosada, Alberto Fernández comenzó esta semana a despedirse del poder. Corrido durante la campaña electoral, eligió hacer algunas declaraciones a modo de balance, sin mayor profundidad, y se estima que en breve se radique en España, según sus propias palabras. Su gestión está marcada por muchos aspectos, comenzando con varias catástrofes inusuales, como la pandemia, la sequía y la guerra en Europa. También por la pelea interna y el descalabro económico, que le abrió la puerta al triunfo de Javier Milei. Además, se va con un impensado récord si se piensa las dificultades afrontadas: es el primer presidente desde la vuelta a la democracia en 1983 que no sufrió ningún pa

ro nacional. Su buena relación con los líderes de la CGT y el contexto de desmovilización por las restricciones que generó la crisis del coronavirus explican en parte esta situación. Además, hubo una decisión de las centrales obreras en sostener esta postura, que hoy genera autocrítica entre la dirigencia. Si bien hubo protestas de los sectores menos alineados del movimiento obrero, el casi ex presidente salió airoso en este ítem, aunque en muchos momentos de su gestión hubo presiones para tomar esta medida.

El dato curioso lo aportó el Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral, que analizó el recorrido de los paros nacionales en los 40 años de democracia desde la última dictadura militar. La entidad recordó que desde el 83 a la fecha hubo 42 protestas generales y nacionales, llamadas por las centrales obreras, en especial la CGT. “De un total de 42 paros nacionales, 26 paros generales se concentraron en tres presidentes no peronistas: Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri, dos de ellos con mandatos parcialmente ejercidos y sólo uno con mandato completo”, destacó el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial.

En tanto, hubo 16 paros generales a cinco presidentes de origen peronista: “Carlos Menem (dos mandatos), Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner (dos mandatos), y Alberto Fernández, que sumaron en conjunto seis mandatos regulares más un mandato especial”. En términos porcentuales: “62 por ciento por ciento a fuerzas no peronistas versus 38 por ciento a fuerzas peronistas”, resaltó el trabajo elaborado por Marcelo Bermolén, responsable del sector. El dato es que a Alberto Fernández no se le hizo ninguna de estas protestas.

Alberto Fernández consigue el récord de ser el primer presidente -sin reelección- de la nueva democracia, en culminar su mandato sin paros generales”, recalcó el informe. “Lo obtiene, llamativamente, en un contexto de debilidad económica, altísima inflación, escasez de reservas, aumento de la pobreza y de la indigencia, dificultades para la importación de bienes, distorsión de precios relativos y de complicaciones en las condiciones de vida de buena parte de los argentinos”, se agregó. “Más allá de las responsabilidades propias que les toca a los mandatarios no peronistas a la hora de gobernar y de lo duro que resulta tener al justicialismo en el rol opositor, resulta evidente que la actividad sindical materializada en huelgas más frecuentes y más severas para los gobiernos de signo diferente, explican una porción de las dificultades históricas para gobernar que han encontrado los presidentes no peronistas. De hecho, Macri fue el único que pudo completar su mandato, luego de las fallidas gestiones de De la Rúa y Alfonsín”, analiza el informe.

Autocrítica

Durante los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, la mayoría de los espacios sindicales apoyaron su gestión, con algunas críticas. Pero nunca plantearon formalmente una protesta. En 2021 hubo versiones de que podría llamar a una protesta nacional, y algunos grupos como los transportistas enrolados en la UGATT lo reclamaron a la conducción de la CGT. Pero no hubo consenso. La posibilidad más fuerte se dio luego del intento de atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, en septiembre del 2022. Pero fue descartado por la mesa chica. “Tiene que haber otros fundamentos, como necesidades de los trabajadores”, justificó a los pocos días del hecho Andrés Rodríguez.

Parte de la autocrítica que nos debemos hacer la dirigencia sindical es no haber realizado una protesta fuerte al gobierno de Alberto Fernández”, admitió un dirigente de la CTA Autónoma, ante la consulta de Data Gremial. Esa central realizó un paro nacional en junio de este año, con asambleas y movilizaciones, pero su impacto fue relativo. Además, al no afectar servicios esenciales o básicos, no tuvo impacto para ingresar al informe mencionado. “Cuando hacemos medidas nos dicen ‘no tensionen, no le hagan el juego a la derecha’. Resulta que no paramos y ganó la derecha, entonces ahora sí quieren que salgamos a la calle”, reflexionó el mismo dirigente consultado.

Otros detalles

En el análisis de la Universidad Austral se destaca que Macrifue el único presidente no peronista que pudo transcurrir un año de mandato, 2016, con la misma suerte que Fernández en toda su gestión”. Pero fue solo una rareza estadística: “recibió en los tres años restantes un total de cinco paros. Con todo, es el expresidente no peronista que menos paros sufrió”.

Al igual que Fernández, Cristina Kirchner pudo concluir su primer mandato sin ninguna protesta sindical, pero tras su reelección en 2011, debió enfrentar cinco paros generales cuya convocatoria difería del resto de los paros”, recordó el informe. Esas protestas “nuclearon a tres corrientes sindicales que en aquel entonces se encontraban divididas: la CGT - Azopardo, conducida por Hugo Moyano; la CGT Azul y Blanca, cuyo jefe era Luis Barrionuevo; y a la CTA Autónoma, bajo el mando de Pablo Micheli”. El informe señala, además, que si Milei logra avanzar con sus proyectos de reforma, “dentro de los cuales se encuentra una flexibilización laboral, cabe esperar que el comportamiento de los sindicatos sea más parecido al que mantuvieron con Alfonsín que al que tuvieron con cualquiera de los otros presidentes”.