Esta semana, el INDEC confirmo que en octubre la inflación fue del 2,3 por ciento, y superó los 30 puntos en la proyección anual. El dato oficial generó cierta alarma, ya que mantiene la tendencia alcista, ya que volvió a ser superior al del mes anterior. Esto habla que la baja pronunciada de otros momentos del año se detuvo, y hay un incremento bajo pero sostenido de los precios. Incluso en el análisis de la composición del Índice de Precios al Consumidor (IPC), hubo subas por encima del promedio que preocupan a la Casa Rosada, como lo sucedido en transporte y en las canastas que mide el organismo. A pocos días del triunfo electoral y el acuerdo financiero con Estados Unidos, el anuncio no tuvo mayor impacto, y pasó bastante por lo bajo en la agenda mediática. Pero a los gremios el tema los hizo reaccionar, ya que vienen poniendo la lupa en la veracidad del índice con una realidad que parece mucho más compleja que una tasa de poco más de dos puntos. “No refleja la realidad que viven nuestras economías familiares”, dijo de manera tajante la Mesa Sindical, espacio de más de 40 entidades que vienen trabajando en diversos temas, como el impuesto a las Ganancias y la Inflación. En el último caso, el grupo se viene pronunciando contra la forma en que se mide el IPC, que según el propio gobierno anunció que se actualizará en 2026, aunque hoy hay muchas dudas.
Mediante un documento difundido este jueves, la Mesa Sindical volvió a cargar contra el gobierno de Javier Milei por el último dato de la inflación, como hizo durante todo el año. “Miente, miente que algo quedará”, fue el título del documento del grupo, que denunció “inflación trucha, salarios y jubilaciones a la baja”, y reclamó por “un fin de año con aumento y sin reforma laboral”. La Mesa Sindical recordó que la inflación subió por quinto mes consecutivo y “ya no pueden ocultar que crecieron los rubros en los que gastamos los trabajadores/as y nuestras familias: transporte, alimentos y bebidas no alcohólicas, vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles, prendas de vestir y calzados, cuidado personal y protección social”. “A pesar de los esfuerzos por maquillar la realidad se devela que aumenta la pobreza y la indigencia. Son datos duros de la realidad, no interpretaciones”, recalcaron en el texto, al que tuvo acceso Data Gremial. Sin embargo, recalcaron que en el gobierno “insisten en que ambos rubros mejoraron: que hay menos pobres. Insólito pero real”. En el año el espacio también puso en duda el dato de pobreza, que se difundió en octubre pasado, y que hizo jactar al oficialismo de haber sacado 12 millones de personas de esa condición: “Basta de maquillaje estadístico”.
El problema fundamental de este retraso, que el gobierno promete solucionar en 2026, es que estos índices “maquillados” congelan las paritarias. “Negociamos con un freno de mano, o como le gusta al gobierno decir, con un ancla”, le dijo Data Gremial una fuente del sector, que marcó que este IPC maniqueo es “junto con el techo salarial, responsable del ajuste que está haciendo caer los salarios brutalmente”. Como ejemplo de esto, la misma fuente sostuvo que “pese a tener el IPC ‘pisado’, el propio INDEC admitió que los ingresos cayeron en octubre”. Por esto, la Mesa Sindical mantuvo todo este año el reclamo de “una reparación salarial del 20 por ciento para todos los trabajadores/as y jubilados/as porque el gobierno toma mal los datos de la inflación real debe transformarse en una campaña nacional”. “Tan fuerte como el rechazo a la reforma laboral depredadora y retrógrada. Los trabajadores/as sabemos que los intentos por quitarnos derechos conquistados van de la mano con la pretensión de pulverizar los sueldos para imponernos una vida mínima”, alertaron. La otra cara perversa de esta política descarada son “los despidos y las suspensiones”. “Darle batalla es nuestro derecho colectivo. Para enfrentar la política de una vida mínima: unidad sincera, estrategias claras y un fin de año a favor de las mayorías en Argentina”, concluyó este espacio, formado por una amplia representación sindical.
Aceleración de la inflación
Esta semana, el INDEC informó que IPC correspondiente al mes de octubre volvió a subir, registrando un incremento de 2,3 por ciento respecto del mes previo, especialmente debido a los aumentos en tarifas de servicios y transporte. Además, la canasta básica subió por encima del promedio, un 3,1 por ciento, casi un punto por encima del dato de inflación. El organismo estadístico también confirmó que en septiembre “los salarios perdieron otro 1 por ciento respecto de la evolución del IPC”. El dato inflacionario de octubre se incrementó 0,3 por ciento respecto del 2,1 por ciento del el mes previo, ubicándose como el dato más alto desde el 2,8 por ciento de abril, con una dinámica de aumentos sostenidos en los últimos cuatro meses. En lo que va del año acumula un 24,8 por ciento. Entre los rubros que más incidieron en esta nueva aceleración se destacaron “Transporte (+3,5 por ciento) y Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (+2,8 por ciento)”. Alimentos y bebidas, el rubro de mayor incidencia en el promedio del IPC, registró una suba de 2,3 por ciento.
El dato más importante está en rubros muy sensibles para los asalariados. Tanto la Canasta básica alimentaria (CBA) como de la Canasta básica total (CBT) avanzaron 3,1 por ciento en octubre, ubicándose por encima del promedio de inflación, con uno de los registros más altos del año después del 5,9 y 4 por ciento del mes de marzo. La CBA, que se usa como referencia para establecer la línea de la indigencia, “marcó que para una familia tipo necesita ingresos de por lo menos 544.304,40 pesos”. La CBT, límite de la pobreza, estableció que para que el mismo grupo “no sea considerado como pobre se requieren al menos 1.213.798,81 pesos”.
Actualización
Los datos inflacionarios oficiales del INDEC vienen siendo cuestionados hace meses por distintos sectores sindicales, con este espacio como estandarte. La principal crítica es los problemas metodológicos que implica mantener una ponderación pensada para un contexto económico como el de 2015, completamente diferente en cuanto al peso que, por ejemplo, tenían las tarifas de servicios públicos y los alquileres en los salarios. Este problema está la base de las diferencias cada vez mayores entre las mediciones del INDEC y las de que realiza el instituto estadísticos de la Ciudad de Buenos Aires, que cada mes suele ubicar el dato inflacionario varias décimas por encima. En ese marco, el titular del organismo, Marco Lavagna viene anticipando la posibilidad de una actualización de las fórmulas de medición inflacionaria, pero todavía sin plazos para su implementación, debido a una resistencia del oficialismo a la implementación de mediciones que esmerilen su principal logro económico, mostrando datos inflacionarios mucho más elevados que los registrados hasta el momento.
Ante las críticas durante el año, el INDEC confirmó que el nuevo IPC, elaborado con base en la Encuesta de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017-2018, comenzará a difundirse en febrero del 2026 con el dato correspondiente a enero de ese. La decisión fue comunicada tras conocerse el dato de inflación de septiembre, cuando ya se hacía sentir la aceleración de la inflación. Según informó el organismo, implementar el nuevo esquema a partir de enero aportará beneficios técnicos relevantes, como el cumplimiento de estándares internacionales y una mejor “interpretación y análisis” de los datos para las comparaciones interanuales y acumuladas. “La implementación de la metodología de cálculo del Índice de Precios al Consumidor con base en la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares 2017-2018 se comenzará a difundir con los resultados de las variaciones de enero de 2026”, comunicó oficialmente el INDEC.