El conflicto universitario aparece como una de los focos de resistencia a las políticas libertarias, pero no es el único. En otras áreas los trabajadores se organizan para frenar las transformaciones que intenta imponer Javier Milei, y que en la mayoría de los casos están vinculadas con el ajuste y el achicamiento de la participación pública. En el sistema sanitario, hay varios colectivos en “pie de guerra” contra la gestión gubernamental, que recientemente cambió de responsable. En ese sentido, la llegada de Mario Lugones dinamizó el sector, y se avanzó en poco más de un mes en la desregulación que pretende la Casa Rosada. Ante esto, este martes habrá una “marcha blanca” de distintos gremios y organizaciones de salud que pedirán por una mayor inversión, ante la crisis que se vive en el sistema público. Entre los convocantes a la jornada de lucha están los profesionales y empleados del Hospital Garrahan, que vienen reclamando mejoras salariales para frenar la sangría de personal que se vive este año. además, estarán los despedidos del Hospital posadas, principal centro asistencial bajo la órbita nacional que sufre una nueva ola de cesantías.
La “marcha blanca” comenzará a las 14 de hoy martes 22 de octubre, y unirá el Congreso con Plaza de Mayo. La convocatoria la hacen unas 30 organizaciones gremiales, sociales y estudiantiles, y promete ser “una contundente respuesta a los recortes presupuestarios y la falta de aumentos salariales”. En este tiempo, el gobierno inició un achicamiento de la salud, comenzando con el cierre del Hospital Claudia Bonaparte de salud mental. En este punto, fuentes consultadas por Data Gremial confirmaron que la idea de la gestión libertaria “es transferir los nosocomios nacionales a las provincias”, algo que comenzó en los 90 y ahora Milei quiere completar.
Esto, agregaron las fuentes, es “un nuevo golpe al sistema nacional, ya que se están cerrando o desfinanciando programas nacionales, que son la forma de intervenir desde Nación en la atención, que está bajo tutela de las provincias”. Participarán de la jornada de lucha los trabajadores y médicos del Garrahan, la Asamblea de Residentes, el Hospital Bonaparte, CICOP y varias seccionales del Hospital Posadas. También se espera una amplia participación de estudiantes universitarios de la UBA y del conurbano bonaerense.
“En los últimos meses, han renunciado más trabajadores de la salud que en los últimos nueve años. Esta preocupante realidad refleja el desgaste de los profesionales ante la falta de respuestas salariales y la sobrecarga de tareas”, dijo Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan (APyT). El Garrahan, uno de los hospitales pediátricos más importantes del país, y según el gremio “enfrenta un escenario de crisis sin precedentes”. A principios de mes, el Consejo de Administración otorgó un bono de 500 mil pesos a los trabajadores, un paliativo que terminó por desatar un conflicto aún mayor.
Según Alejandro Lipcovich, secretario general de ATE en el Garrahan, el reclamo principal gira “en torno a una recomposición salarial del 100 por ciento, ya que los trabajadores del hospital han perdido poder adquisitivo desde agosto de 2023 hasta la fecha”. Además, exigen “un salario inicial de 1.400.000 pesos, acorde al costo de la canasta básica, y el rechazo al Impuesto a las Ganancias”.
Plan de lucha
Los trabajadores de la salud aprobaron en distintas asambleas una serie de reivindicaciones, que incluyen no sólo mejoras salariales, sino también “la defensa del sistema público frente al ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei”. “El recorte de presupuesto está desmantelando los hospitales y las universidades públicas”, denunciaron. Entre los puntos clave de la protesta se destacan: “Recomposición salarial del 100 por ciento; salarios iniciales de 1.400.000; rechazo al Impuesto a las Ganancias; aumento en el pago de las guardias hospitalarias; defensa del sistema de salud y educación pública”. Los gremios advierten que, sin respuestas concretas, “el plan de lucha se profundizará en las próximas semanas”.
“Defender el Garrahan es defender la salud y la vida de millones de niños”, aseguró Lezana, destacando la importancia de esta movilización para el futuro de la salud pública en Argentina. La concentración culminará con la instalación de una “carpa blanca” frente a Plaza de Mayo, donde los gremios esperan visibilizar aún más sus demandas.
Despidos en el Posadas
De la marcha participarán despedidos del Hospital Posadas, que la semana pasada sufrieron nuevas bajas con al menos 20 despidos. Según denunciaron desde FESPROSA, se trata de “una nueva ofensiva contra los trabajadores y la salud pública, exige la inmediata reincorporación de todos los despedidos y compromete su participación en la movilización de hoy martes 22”. Más de 20 trabajadores del nosocomio bajo órbita nacional fueron cesanteados, como viene ocurriendo en los últimos años. Este centro de salud, ubicado en Morón, es fundamental para la comunidad de la zona oeste del conurbano. El pasado viernes, se realizó una asamblea en el hospital donde se decidió un cese de actividades programado para el martes.
La asamblea del hospital determinó una ronda al mediodía en la entrada del hospital y marchar del Congreso a Plaza de Mayo desde las 14 horas, junto a los hospitales Garrahan, Bonaparte, con la participación de los residentes y otros colectivos de Salud. Jimena Lettieri, una de las afectadas con 23 años de servicio en el hospital, afirmó: “Reclamamos de forma urgente nuestra reincorporación y pedimos el apoyo de todos, trabajadores, estudiantes, organizaciones sociales, de derechos humanos, sindicales, asambleas populares, dirigentes, personalidades. Esta táctica del gobierno de despidos a goteo es parte de su política de ir desmantelando la salud pública nacional”.
Lettieri subrayó el carácter precario de las contrataciones en el hospital, advirtiendo que “un hospital que es un sostén muy importante para la salud de toda la comunidad y miles de trabajadores y sus familias no puede ser desguazado de esta forma”. Además, denunció un enfoque persecutorio en los despidos, dirigido especialmente a activistas históricos en defensa de la salud pública.
En julio, el gobierno nacional ya había despedido a 88 trabajadores del hospital. Luis Sucher, un administrativo con 25 años de experiencia y también entre los despedidos, declaró: “Se trata de trabajadores que cumplen tareas destacadísimas en áreas muy sensibles, cuyo despido no solo es un ataque a nosotros y nuestras familias, sino a la salud pública de toda la población, sobre todo de los sectores que menos tienen y que acuden al hospital público”. Sucher agregó que “todos los que cumplimos alguna tarea en el hospital estamos lejos de sobrar como quiere hacer creer el gobierno”, y acusó a la administración de desestimar la importancia de la salud pública.