La decisión de cerrar la planta bonaerense de Color Living ya era conocida. Pero ahora, lo que emerge con fuerza es la explicación cruda y directa del propio dueño, Omar “Polo” Gardinelli, un industrial pyme con más de 50 años en el sector, que describe un escenario que, según él, dejó a la industria nacional “peor que en 2001” y sin posibilidad de sostener la producción.
La compañía —productora de juegos de living y muebles, con su base histórica en Villa del Rosario, Córdoba— decidió concentrar toda su actividad en esa provincia y desactivar su establecimiento de General Pacheco, donde trabajaban 50 operarios. La caída abrupta del consumo, la falta de crédito y los costos financieros, aseguró Gardinelli, hicieron imposible seguir.
“Estamos desesperados: hace tres meses trabajamos a pérdida”
Consultado por BAE Negocios, Gardinelli no esquivó la situación:
“El mercado está tan caído que estamos trabajando hace tres meses a pérdida. No damos más: o paro una planta y cierro la más chica o me fundo y cierro todo”, explicó. La fábrica bonaerense venía produciendo un 60% menos, según el sindicato de la madera de zona norte.
El empresario sostuvo que la empresa atraviesa un cuadro límite: “Estamos desesperados. Queremos aguantar todo lo que podamos, no queremos cerrar todo. No hay crédito, lo poco que hay es carísimo. Nos están matando. No se vende nada”.
Según datos del CEPA, entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 cerraron unas 30 pymes por día, en un patrón que repite las mismas causas: desplome del consumo interno, competencia desmedida de importados y costos financieros imposibles.
Milei, la devaluación y la caída de ventas del 50%
El industrial vincula la crisis directamente con el cambio del esquema macroeconómico. “La venta cayó un 50% cuando asumió Javier Milei. Hubo una devaluación y tuvimos que pedir un Procedimiento Preventivo de Crisis”, recordó.
Desde mitad de año, dijo, la situación se volvió insostenible: “Estoy cada día un poco peor, sacando créditos, vendiendo cheques. Los bancos cobran entre 43% y 55% para descontar valores, cuando la inflación es del 30%. Me están arrancando la cabeza. A las industrias que damos trabajo y la estamos pasando muy mal, no nos ayudan”.
Denunció además una desconexión total entre la política macro —que accede a financiamiento internacional— y la realidad cotidiana de las pymes manufactureras: “La industria está abandonada por los bancos”, afirmó.
Un recuerdo del 2001 y un mensaje para el Presidente
Para dimensionar la situación, Gardinelli no dudó en compararla con el colapso de hace más de dos décadas: “Desde el 2001 no estábamos tan mal. En esa época también tuvimos PPC y nos achicamos. De 300 trabajadores pasamos a 180”.
Si pudiera hablar con Milei, asegura que le pediría tres medidas urgentes: “Bajar tasas de interés, crédito accesible para la gente y seguridad jurídica”.
Y añadió: “Si no nace nada de la macro, Juan Pueblo —como yo llamo a la gente, de la que vivimos quienes no exportamos— no puede comprar. La gente tiene miedo, no confía y sólo compra lo esencial”.
“En Argentina hay dos países”
Gardinelli sintetiza el panorama social en una frase que grafica la fractura del mercado interno: “En Argentina hay dos países: los que viajan al exterior y llenan los restaurantes caros; y Juan Pueblo, con sueldos bajísimos y miedo a gastar porque no sabe si lo van a echar”.
En este contexto, la demanda de muebles cayó al piso: “Nadie compra un juego de living ni locos”.
Indemnizaciones, cuotas y el obstáculo final: la homologación
Aunque mantiene 350 trabajadores en la planta cordobesa, la empresa avanzó con 40 despidos en Pacheco. Según el sindicato, el Grupo Color ofreció más del 100% de la indemnización, pero en cuotas.
Los acuerdos avanzaron rápido:
- 100% en 18 cuotas pasó a 120% en 18 cuotas
- 15 cuotas bajaron a 12
- 12 cuotas bajaron a 9
- 7 cuotas bajaron a 3
El mayor escollo hoy es que Trabajo no homologa convenios con tantas cuotas, aun cuando empresa, delegados y trabajadores estén de acuerdo.
“La empresa tiene toda la predisposición para pagarle todo a los trabajadores. Pero es difícil negociar con la heladera vacía”, dijo un dirigente del Sindicato Maderero.
Un cierre que sintetiza la crisis pyme
A días de las fiestas, los operarios despedidos aún no logran reinsertarse laboralmente. El gremio admite que no hay trabajo en la zona.
El caso Color Living condensa la situación que vive buena parte del entramado industrial argentino: consumo frenado, crédito inaccesible, caída de ventas, costos financieros impagables y un clima de incertidumbre que paraliza al mercado interno.
En palabras del propio empresario: “Queremos aguantar, pero estamos al límite. Si esto no cambia, Juan Pueblo no compra y nosotros no podemos sobrevivir”.