El empleo doméstico sufrió una debacle en su nivel de ocupación, el más bajo para la última década, incluso inferior a la pandemia: se contrajo un 12%, es decir más de 58.000 puestos menos comparado con el pico registrado en febrero del 2020, cuando superó los 500.000 registrados. Desde que asumió como presidente de la Nación, Javier Milei, se perdieron 22.000 puestos en el servicio doméstico, en un contexto de informalidad que alcanza el 77%.
Dicha situación de precarización se vio impactada por la reforma laboral impulsada por el Gobierno, que incluyó la eliminación de las multas a empleadores que no cumplían con el registro formal de los empleados; por la desactivación del programa nacional Registradas que buscaba promover la formalización en el sector y por el fin de las moratorias.
Asimismo, una de cada tres jefas de hogar con hijos tuvo que endeudarse para llegar a fin de mes en este último tiempo.
Los números en rojo
El Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) mencionó en su informe que, a marzo de 2025, el empleo en casas particulares totalizó 441.529 puestos, lo que implica la pérdida de más de 22.000 empleos solo en lo que va de la gestión de Javier Milei, cayendo así en niveles similares a la última década (en marzo 2015 eran 442.000 puestos). Como consecuencia de este derrotero, el sector evidenció una contracción de 11,7% (pérdida de más de 58.000 puestos) comparado con el pico registrado en febrero del 2020, cuando había llegado a superar los 500.000 empleos registrados.
Desde marzo del 2020, los niveles de ocupación en el empleo doméstico sufrieron el impacto negativo de la pandemia de coronavirus, con la pérdida de más de 250 mil puestos. Fue tal la contracción de que una de cada seis trabajadores empleaba en la rama en 2020, pasó de una de cada ocho en tan sólo un año.
De esa manera, los datos difundidos esta semana por la Secretaría de Trabajo nacional arrojaron el nivel más bajo de la última década y nada hace suponer que la caída se frenará en lo inmediato: en marzo pasado representaron el 11% del total del empleo destruido ese mes, con un total de puestos que se parece al registro de 2012.
El empleo doméstico tiene aún alrededor de 1.500.000 trabajadoras no registradas en el país, el 77% del total según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para 2025 y la situación podría empeorar en el marco de la actual política económica del gobierno nacional.
Sueldos bajos
En materia de ingresos, no sólo es la rama más feminizada, sino que además concentra los menores ingresos. El sueldo de junio –congelado por la falta de novedades de la paritaria sectorial- se ubicó en torno a los $350.000 (solo la canasta básica alimentaria para una familia de cuatro integrantes supera los $500.000, sin considerar otros gastos elementales). Muy lejos de otros rubros, de hecho, a modo de ejemplo, y siempre de acuerdo con datos oficiales, el ingreso promedio de un trabajador de Energía, Minería e Hidrocarburos supera en más de cinco veces el ingreso promedio de una trabajadora de casa particular.
En abril de este año, el salario real del empleo privado relevado por el SIPA (considera jornada laboral más extras) evidenció una caída mensual del 1,6%, acumulando tres meses consecutivos a la baja y ubicándose en niveles similares a noviembre de 2023, es decir, sin recuperar lo perdido en este tiempo.
De los 195.600 empleados que se perdieron durante el gobierno libertario, el 11,3% perteneció al rubro casas particulares.
Jefas de hogar más endeudadas
En el último tiempo, cada vez más mujeres se endeudan para criar a sus hijos. En varias ocasiones, lo hacen en condiciones abusivas y casi impagables. Esto se nota con más fuerza en las trabajadoras de casas particulares
Aumentó considerablemente la cantidad de las jefas de hogar con hijos e hijas que tienen que endeudarse para llegar a fin de mes. “El endeudamiento para subsistir creció de manera generalizada, hablamos de dudas con conocidos (+10%) o con entidades financieras (+6%) sin embargo, el empeoramiento de las condiciones de vida pegó sobre todo en los hogares donde se reconoce una jefatura femenina, superando el 30%”, señaló en un informe del Instituto Argentina Grande (IAG).
Según El Destape, la brecha entre hogares liderados por mujeres con hijos que se endeudan y aquellos encabezados por varones, se agrandó sistemáticamente desde que asumió la administración libertaria hasta llegar al pico de 8,5 puntos, superando incluso al cierre del 2020, con la crisis de la pandemia mundial. Por último, esto implica que, en la Argentina libertaria una de cada tres jefas de hogar con hijos tiene hoy que endeudarse para llegar a fin de mes.