El Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQyP) llevó adelante este lunes 11 de noviembre un nuevo homenaje a Pedro Ángel Salas, quien falleció en 2013 y es recordado como uno de los dirigentes más destacados del movimiento obrero argentino.
Desde la conducción gremial, encabezada por Facundo Aveiro, se recordó que la jornada conmemora no solo la vida y obra de Salas, sino también el orgullo de pertenecer a una actividad esencial para la producción nacional. “El 11 de noviembre es una fecha que nos convoca a reafirmar el compromiso con los derechos conquistados y con la memoria de un compañero que dio su vida por la organización sindical”, señaló el SPIQyP en su comunicado oficial.
De acuerdo al Convenio Colectivo de Trabajo 790/21, el Día del Trabajador Químico y Petroquímico se considera feriado obligatorio para el sector, y en los casos en que sea indispensable la prestación de tareas, los trabajadores deben percibir un recargo del 400% sobre el valor horario normal.
Pedro Ángel Salas: una vida dedicada a la defensa de los trabajadores
Pedro Ángel Salas nació en 1937 y comenzó su militancia gremial en los años ’60, en plena etapa de expansión industrial. Su carrera sindical se inició en la fábrica Oxígena, donde lideró una huelga emblemática que marcó el inicio de su compromiso con los trabajadores. Por su rol activo y su capacidad de organización, fue elegido delegado general de la Comisión Interna, y años más tarde, en 1975, llegó a ocupar el cargo de secretario general del sindicato.
Durante la dictadura militar (1976–1983), el sindicato fue intervenido, pero Salas decidió continuar su labor desde las bases. Siguió trabajando en la fábrica, en turnos rotativos, como gesto de resistencia y solidaridad con sus compañeros. Su coherencia y valentía le valieron un reconocimiento unánime entre los trabajadores, que tras el retorno de la democracia lo impulsaron nuevamente a la conducción del gremio, cargo que retomó en 1986.
Conquistas laborales y proyección internacional
El liderazgo de Salas se caracterizó por la defensa férrea de la negociación colectiva y por impulsar conquistas laborales históricas para los trabajadores del sector químico y petroquímico. Su gestión logró que el convenio colectivo del SPIQyP fuera reconocido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como uno de los más avanzados del mundo en materia de derechos sociales.
Además, fue pionero en la incorporación de la perspectiva de género dentro del ámbito sindical. Creó la Secretaría de la Mujer y la Familia, un espacio inédito en los gremios industriales de la época, e impulsó la ampliación de la licencia por maternidad a 180 días, una medida innovadora que mejoró la calidad de vida de las trabajadoras y sus familias.
Un referente del sindicalismo nacional
Durante la década del ’90, Salas mantuvo una posición firme frente a las políticas de flexibilización laboral y privatizaciones impulsadas por el neoliberalismo. Su oposición a las reformas que atentaban contra los derechos adquiridos consolidó su figura como símbolo de resistencia y coherencia política.
“Salas es recordado como un líder sindical valiente y solidario, un referente del movimiento obrero organizado y del peronismo de La Matanza. Sus conquistas fueron reconocidas internacionalmente y su ejemplo sigue marcando el camino de las nuevas generaciones de trabajadores químicos y petroquímicos”, expresó el secretario general Facundo Aveiro.
El legado de un dirigente que marcó una época
A once años de su partida, Pedro Ángel Salas continúa siendo un ejemplo de militancia, coherencia y compromiso con los trabajadores. Su legado se refleja tanto en las condiciones laborales conquistadas como en la conciencia sindical que sigue fortaleciendo al gremio.
“El legado de Pedro Salas está más vivo que nunca. Su lucha, su visión y su amor por la clase trabajadora son el faro que guía al gremio”, concluyó el SPIQyP en su homenaje oficial.
Cada 11 de noviembre, la historia de Salas vuelve a resonar entre los trabajadores químicos y petroquímicos, recordando que los derechos que hoy se disfrutan fueron fruto de décadas de lucha, organización y solidaridad.