En el marco de la discusión interna que se vive dentro de la CGT, ya se comienza a pensar en la futura conducción. La central obrera debe elegir sus nuevos conductores, y ya hay una verdadera danza de nombres. Abel Furlán, actual secretario general de la UOM, fue postulado en los últimos días como representantes de los sectores combativos de la central obrera. Además, se sabe que Héctor Daer no buscará un nuevo mandato, y los dialoguistas pondrán a jugar a José Sola, actual secretario de Prensa.
Ese respaldo llegó desde otro dirigente con predicamento, con materias aprobadas en cuanto a resistencia frontal ante gobiernos liberales; no proviene del ala industrial del sindicalismo, sino de la conducción del Frente Sindical de Lucha: Pablo Biró. “Furlán sería mi candidato para dirigir la CGT, con los ojos cerrados”, afirmó el titular de APLA (pilotos) en declaraciones radiales. No es menor señalar que el propio Biró es considerado por sus pares como una alternativa legítima para llegar algún día al secretariado general de Azopardo.
Más allá de que esa declaración del piloto constituye un título periodístico en sí misma, su valoración va acompañada de pensamiento crítico. Biró, desde coincidencias políticas que no son imprescindibles, sostuvo una visión que Furlán ya había manifestado al inicio de su mandato en la UOM: consagrar una dinámica gremial federal, que hoy se potencia frente a las políticas antiindustriales del gobierno libertario y a las presiones que enfrenta el gremio metalúrgico, acusado de ser una organización sindical “K”.
Danza de nombres
Por el momento no está definido si la CGT pasará del actual triunvirato “moderador” a una conducción unipersonal, lo cierto es que la UOM sostiene desde Azopardo una labor interna constante, difícil de construir, y plagada de escollos. Uno de ellos: la normalización de las CGT regionales. Una tarea que en la actual estructura y con el membrete de la Secretaría del Interior cegetista, coordina el dirigente Horacio Otero.
En las últimas semanas, se supo que Daer y Carlos Acuña, integrantes de los dos últimos triunviratos, no serán parte de la carrera por la nueva conducción. Así comenzó a sonar el dirigente de los Seguros Jorge Sola como alguien de consenso, pero hasta ahora no hay mayores definiciones.
Reclamo abierto
Sea cual sea el devenir de la renovación de autoridades en la CGT, la UOM ya sentó precedentes, tanto en la construcción propia como en la intersindical. Su posicionamiento público del miércoles 18 de junio lo documenta: “La CGT debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política”. Con el agregado de la visión metalúrgica: “Es tiempo de transformar la preocupación en acción colectiva, y es el movimiento obrero quien debe estar al frente”. Son textuales que vuelven redundante cualquier intento de subtitular sus manifestaciones.
Ante la consulta sobre si “integrar el círculo de confianza de Cristina Fernández le juega en contra a Furlán a la hora de pensar en la CGT”, desde el secretariado nacional de la UOM, con sede en Alsina casi Bolívar, las fuentes consultadas desarrollaron su posición con metáfora política y lenguaje de época: “No solo en las apps, también en política las fotos tienen movimiento. La política está obligada a tener ritmo si pretende sobrevivir al desprecio libertario”.
Y añadieron: “Furlán y nosotros, la UOM toda, asumimos el respaldo. Lo retribuimos. No solo a Cristina, también al gobernador Axel Kicillof. No se olvide que él dijo cosas relevantes en nuestro último Congreso de Delegados en Mar del Plata”. En ese marco, acotaron que confían en que incluso navegando las agitadas aguas del peronismo todavía les permiten soñar “con días más amables para los trabajadores y trabajadoras”.