El Gobierno realizará esta tarde, a partir de las 13.30, la sesión final del Consejo de Mayo, el espacio creado para consolidar el paquete de reformas que el Ejecutivo pretende enviar al Congreso antes del cierre del año legislativo. Sin embargo, el clima de consenso que la Casa Rosada buscaba mostrar sufrió un golpe decisivo: la CGT resolvió no participar del encuentro y anticipó un escenario de mayor tensión política y sindical.
La decisión fue tomada por la conducción cegetista luego de analizar el borrador del documento oficial. Según la central, concurrir hoy sería equivalente a convalidar una reforma laboral que consideran regresiva y que no incorpora ninguno de los planteos que el movimiento obrero llevó a las reuniones previas.
Un gesto político de alto impacto
La ausencia tendrá un protagonista clave: Gerardo Martínez, representante de la CGT en el Consejo y uno de los dirigentes encargados de canalizar las observaciones técnicas del sector sindical. Allegados a Martínez confirmaron que el dirigente no se presentará, gesto que automáticamente arrastra a toda la central.
Para la CGT, se trata de una decisión estratégica. Interpretan que el capítulo laboral redactado por el Gobierno implica un intento de modificar pilares del modelo sindical argentino: desde los mecanismos de financiamiento hasta la negociación colectiva, pasando por elementos de la representación gremial y la estructura del empleo formal.
En la central sostienen que el Ejecutivo avanzó en soledad y sin abrir espacios reales de diálogo. La lectura interna es que el oficialismo ya tenía decidido el contenido final de la reforma y que el Consejo funcionó más como instancia formal que como ámbito de construcción de consensos.
El paquete de reformas que alimenta la tensión
El documento que el Gobierno presentará esta tarde no se limita al plano laboral. También incluye iniciativas vinculadas al Código Penal, la Ley de Glaciares, estabilización fiscal, regulaciones económicas y lineamientos para el Presupuesto 2026. Si bien algunos temas sensibles quedaron afuera por falta de acuerdo, la reforma laboral quedó firme como eje del paquete.
Para la CGT, este capítulo es el corazón del conflicto. Señalan que el enfoque oficial recorta derechos colectivos, flexibiliza condiciones laborales y debilita las herramientas históricas de organización y representación. Además, advierten que afecta la autonomía sindical al intervenir en sus fuentes de financiamiento.
Lo que la CGT prepara de cara al Congreso
Mientras la Casa Rosada ultima detalles para la reunión de hoy, en la CGT ya avanza un esquema de respuesta. La estrategia combina tres frentes: presión legislativa para frenar o modificar la iniciativa, articulación con otros sectores sindicales y sociales, y la posibilidad de activar medidas de acción directa si el Gobierno intenta acelerar el tratamiento sin negociar cambios.
La ausencia de hoy es entendida como el primer paso de una nueva etapa del conflicto. No es un portazo al diálogo, aclaran, sino la decisión de no legitimar con presencia institucional un texto que consideran lesivo para la clase trabajadora.
Una reunión que aún no empezó, pero ya tiene un derrotado político
Aunque la sesión recién se realizará a las 13.30, el principal hecho político del día ya ocurrió: la CGT se corrió del Consejo y dejó al Gobierno sin el aval simbólico que buscaba para presentar su paquete de reformas. La discusión se trasladará ahora al Congreso, donde arrancará una pulseada clave para el mundo del trabajo.