Con Milei, casi el 20% de los jubilados argentinos se ve obligado a trabajar para poder sobrevivir

La continuidad laboral se convirtió en la única alternativa de subsistencia. La situación expresa una reforma jubilatoria de hecho. 

Martes, 07 de octubre de 2025 13:04

La crisis económica causada por las medidas del presidente de la Nación , Javier Milei, pega de lleno a los adultos mayores de nuestro país, de tal manera, que casi el 20% de esa población debe trabajar y prolonga su actividad laboral para poder subsistir.

Precisamente,  el INDEC indica que el 17,1% de los hombres y mujeres de 60 a 74 años, quienes en su mayoría cuentan con el derecho adquirido de la jubilación, pero no tienen garantizadas las condiciones económicas dignas, aunque hay un porción muy reducida que lo hace por satisfacción, ya que les permite mantener una rutina y sentirse útiles.

Como se mencionó anteriormente, los bajos ingresos son unas de las razones por las que deciden mantenerse ocupados, aunque hay otras que afectan bastante: la desigualdad de género y la discriminación de la sociedad por edadismo.

Pero además uno de los golpes más duros que recibieron los jubilados durante el Gobierno de Javier Milei fue la quita de la cobertura del 100% en algunos medicamentos que ofrecía el PAMI y las mayores restricciones para acceder a los que continúan con ese beneficio.

Se agrega al impacto de los servicios y el transporte en sus presupuestos para dramatizar el estado de carencia en que están sumidos los que perforaron los límites de la pobreza.  

Los números no acompañan

Los ingresos para la población en retiro son realmente paupérrimos y las estadísticas así lo demuestran ya que en el caso de los 4,5 millones de jubilados que cobraron en septiembre el haber mínimo de $ 390.214, con bono incluido, y que no cuentan con ayuda familiar o ahorros, apenas cubren la tercera parte del costo de una canasta básica que releva la Defensoría de la Tercera Edad, que en octubre alcanzó los $ 1.514.074.

Con respecto a los beneficiarios de la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM) y los que perciben pensiones no contributivas, que el mes pasado cobraron 326.222 pesos, con el bono de 70.000 pesos incluido.

A pesar de las dolencias, de no tener las mismas fuerzas que antes, no tienen otro margen que continuar ocupados, no importa si lo hacen en negro o con escasa cobertura social, necesitan el dinero para afrontar los $ 402.880 que la canasta específica estiman en medicamentos; $ 348.000 en gastos de alimentación y $ 107.444 en limpieza. Aquellos que no tienen vivienda, la estadística les asigna un costo adicional de $ 294.000 más.

La encuesta se lleva a cabo trimestralmente en la CABA, el conurbano bonaerense y en las ciudades de Mendoza, Córdoba y Rosario.
Asimismo, los pobres se ha duplicado en un año, llegando a casi el 30% en el primer semestre de 2024.

En tanto, un informe de la ONG HelpAge International dio cuenta de que el 73% de los adultos mayores se encuentran bajo la línea de pobreza.

El 47% de los 6,12 millones de beneficiarios del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) cobra haberes menores o iguales al mínimo, el 17% entre una y dos jubilaciones mínimas y el 36% restante tiene ingresos iguales o mayores a dos haberes mínimos.

La precarización avanza

Los jubilados con ocupación son blanco de la precarización laboral, la cual en el segundo trimestre llegó al  al 43,2 %. En ese marco, aguardan por los resultados electorales varios proyectos de ley para ser tratados por el nuevo Congreso que proponen cambios, incluyendo la gradual elevación de la edad jubilatoria a 70 años para todos en 2030 y la creación de una Prestación Básica Universal (PBU) y una Prestación Proporcional (PP).

También se busca eliminar el requisito de 30 años de aportes para acceder a la PBU y se prevén ajustes en la movilidad de los haberes. 

El sistema previsional de reparto fue diseñado para una época en la que la expectativa de vida era mucho menor.

Otra estadística que condiciona esta situación es que uno de cada diez adultos mayores carece de cobertura previsional y, entre quienes acceden a una jubilación, los haberes resultan insuficientes para cubrir el costo de vida.  A eso se suma una brecha de género persistente: las mujeres perciben, en promedio, un 27% menos que los varones.

Las reformas estructurales que se ciernen en el horizonte abarcan los frentes impositivo, laboral y previsional, pilares sobre los que se apoya el estímulo fiscal a las inversiones contenido en el RIGI, que no termina de arrancar.

Por decisión propia

Asimismo,  están los que eligen continuar: profesionales que mantienen su práctica, docentes que siguen enseñando o emprendedores que se niegan a soltar su proyecto. En esos casos, el trabajo no es una condena sino un sostén de identidad, vínculos y sentido de utilidad.

"Cuando el trabajo es una elección, puede tener efectos positivos en la salud física y emocional. Estimula la mente, favorece los lazos sociales, aporta propósito. Pero cuando se convierte en una obligación para sobrevivir, lo que aparece es desgaste, angustia y cansancio mental”, advierten desde el equipo de psicología del Centro de Cuidado Hirsch.

De acuerdo con datos del INDEC, tanto en los hogares más pobres como en los más ricos, la tasa de trabajo en la vejez es mayor que en los sectores medios.