Con la llegada de Macri al gobierno nacional, empezaron a desembarcar plataformas extranjeras de transporte de personas en nuestro país.
En el año 2019, arribó la primera de ellas a Córdoba. Su llegada disparó las alarmas en el sector del taxi.
Fue entonces cuando el Sindicato de Peones de Taxi, con su Secretario General Héctor Miguel Arias, junto a agrupaciones de taxis de la ciudad de Córdoba, iniciaron un plan de lucha en las calles cordobesas que logró frenar el avance de estas aplicaciones.
Con el actual gobierno nacional, se anunció la desregulación del transporte público, lo que en la práctica significa su destrucción y desaparición.
Lamentablemente, gobernadores de distintas provincias, intendentes y concejales han sido funcionales a la política libertaria que pretende arrasar con todo lo público, en este caso el transporte.
Ningún gobernador puede hacerse el desentendido, menos aún cuando intendentes de su mismo signo político son los principales promotores de lo que denominan “la legalización de las apps extranjeras”.
Vergonzoso es el papel que están cumpliendo muchos intendentes al respaldar este modelo en sus ciudades. Ni hablar de algunos concejales, que lejos de representar al pueblo, dan la impresión de haberse convertido en CEOs de estas multinacionales del exterior.
Hoy tenemos cipayos y antipatria disfrazados de representantes del pueblo argentino. Parecen buenos alumnos del topo que destruye el Estado desde adentro.
Cualquier representante del pueblo debería anteponer siempre los intereses de la Patria por sobre los intereses foráneos.
Apps, gobiernos cómplices y cesión de soberanía
Permitir el desembarco masivo de estas aplicaciones y dejar que comiencen el camino hacia la desaparición del taxi y el remis sería, en alguna medida, traicionar los intereses de la Nación.
¿Hacer ingresar estas plataformas extranjeras para que, en el corto o mediano plazo, controlen el transporte local, no es acaso una forma de cesión de soberanía estatal?
¿Cuál es la verdadera razón por la que los políticos las impulsan?
Que no sean demagogos diciendo que “la gente lo pide”.
¿Con ese criterio, si la gente les pidiera que renuncien y se vayan, lo harían?
¿Van a legalizar también, con ese mismo razonamiento, la instalación masiva de manteros para fundir a todos los comerciantes del microcentro de Córdoba?
¿Qué más sigue?
¿Qué tienen en la cabeza?
De chofer registrado a esclavo moderno
Estas firmas del exterior fugan capitales hacia sus casas matrices, no invierten en la República Argentina, tienen reclamos por evasión tributaria desde hace años y aún hoy mantienen a sus trabajadores bajo un sistema de esclavitud moderna: los obligan a inscribirse como monotributistas sin estar registrados conforme a las leyes laborales argentinas.
Sus términos y condiciones perjudican a los usuarios, nadie controla el uso que hacen de los datos personales, no tienen la cobertura de seguro adecuada en caso de siniestros, y son el ejemplo más claro de precarización laboral y competencia desleal que existe hoy en nuestra Nación —y en todo el mundo—.
¿Para qué las queremos?
En la ciudad de Córdoba se apunta, entonces, a que aumente el número de choferes de aplicaciones (monotributistas), mientras desaparecen los choferes de taxi y remis (trabajadores en relación de dependencia, con vacaciones, aguinaldo y demás derechos laborales que no tienen quienes manejan para estas plataformas).
Más trabajo esclavo y menos trabajo digno.
Esto es fomentar la informalidad laboral.
Esto es fomentar la regresividad en materia de derechos.
Esto es absolutamente inconstitucional.
Días atrás, en un noticiero, entrevistaban al dueño de un establecimiento textil que prácticamente se fundió por las políticas nefastas del gobierno nacional.
¿Saben qué hace hoy para subsistir?
Se convirtió en chofer de aplicación.
¿La política cipaya que tenemos desea fervientemente que todos los trabajadores argentinos sean Uber?
¿Quieren a todos los trabajadores precarizados, pobres y sin derechos?
Ha llegado el tiempo de que Dios y la Patria empiecen a demandar a la dirigencia cipaya y antipatria, que aspira a destruir la República Argentina para convertirnos en una colonia o factoría.
Es momento de que el taxi y el remis luchen con todas las herramientas legales disponibles por la continuidad de sus fuentes de trabajo. Porque, de lo contrario, terminarán extinguidos como actividad.