Minutos pasadas las 16.30, el microestadio de Obras Sanitarias saludó al nuevo triunvirato de la CGT. Con una abrumadora mayoría de votos, la lista de unidad consagró a la nueva conducción de la principal central obrera del país, que negoció hasta último momento para dejar afuera cualquier diferencia. La confirmación de los tres nombres que estarán al frente de la entidad se negoció de antemano, y confirmaron las versiones circulantes. Así, Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (trabajadores del vidrio) y Octavio Arguello (camioneros) estarán al frente de la nueva comisión directiva, que trae algunas novedades en la estructura interna, pero que mantiene el delicado equilibrio interior. La jornada no estuvo exenta de tensión, ya que el espacio que lidera Luis Barrionuevo intentó primero volver al unicato, y fracasada esta medida se retiró del lugar. Pero salvo la UTA, los gremios no rompieron la unidad alcanzada. Tampoco hubo lugar para una mujer en ese tridente, lo que generó malestar entre la dirigencia femenina, que cantó en contra de esta medida. El clima general de la jornada fue de confianza, y hubo discursos alertando al gobierno que no aceptarán la reforma laboral, su primer gran desafío. Pero esto no implica una CGT “súper combativa”, como soñaron algunos. El gran triunfo del oficialismo en las legislativas terminó de configurar el nuevo espíritu que asumirá esta dirigencia. La tensión constructiva.
La cumbre de la CGT contó con el calor de siempre, y los congresales estuvieron desde temprano con sus estandartes, dándole clima a una elección muy conversada en la previa. Se sabía que Sola y Jerónimo eran número puesto para el triunvirato, mientras la continuidad de Argüello era moneda de negociación. Ese puesto era disputado por varios espacios, pero el peso de Hugo Moyano, revitalizado por su rol dentro del acercamiento de la central obrera al gobernador Axel Kicillof y el nexo que hace con varios espacios del peronismo, fue suficiente argumento para ratificar al dirigente del oeste del conurbano bonaerense. Así, el acuerdo logró un contundente número de votos: 1.604 votos a favor sobre un total de 1.639 delegados. Para llegar a esto hubo un amplio abanico de respaldos. Jerónimo, por ejemplo, tuvo muchos encuentros previos para apuntalar su candidatura. En uno de ellos, junto a su “padrino” Gerardo Martínez recibieron el apoyo de las 62 Organizaciones Peronista que conduce José Ibarra. Junto a Ángel García, titular del gremio de los vigiladores privados UPSRA, el espacio le dio “músculo” a la candidatura, que además tuvo acompañamiento de sectores combativos y de dirigentes de otros grupos.
Antes de confirmar la votación, el espacio que lidera Luis Barrionuevo pidió votar a mano alzada la vuelta al unicato para conducir la central obrera. La idea de conseguir un único secretario general se manejó en las últimas horas, y fue reclamada por este espacio que tiene unos 40 gremios agrupados. La moción la pidió Omar Maturano, de La Fraternidad, que pidió votar a mano alzada la posibilidad.
Esto se hizo, y se perdió por una amplia mayoría. Esto no evitó el enojo del gastronómico y sus aliados, como Roberto Fernández de la UTA, que se retiraron del lugar antes de que se confirme el nuevo triunvirato. Esto hizo pensar en un quiebre. “No rompimos”, le dijo a Data Gremial un referente del entorno de Barrionuevo, sobre su salida de la cumbre cegetista. “Se planteó la vuelta al unicato, no se aprobó, y listo, se siguió adelante”, agregó la misma fuente. Como confirmación de esto, gremios de la ex CGT Azul y Blanca son parte del Consejo Directivo, empezando por Argentino “Tito” Geneiro, dirigente gastronómico que estará a cargo de la secretaria de Formación y Capacitación. El único que salió del esquema es el líder colectivero. “Ahí hay un enojo más personal, Roberto no quería a Jerónimo en el triunvirato por su cercanía con Pablo Moyano, que apoyó a la agrupación opositora en su gremio”, explicó el mismo dirigente consultado.
Perfil en disputa
Una característica del cónclave fue que la unidad alcanzada mostraba matices, algunos incluso contrapuestos. Un símbolo de esto fueron los cantos tradicionales, y algunas estrofas de la marcha peronista, en un estadio donde sonaba Babasónicos. Una idea de transición entre una generación y otra. Héctor “Gringo” Amichetti, titular de la Federación Gráfica Bonaerense, afirmó que su expectativa era “que se discutiera y aprobara un programa de clara confrontación al modelo libertario”. Si bien esto no terminó de definirse, el referente de la Corriente Federal de los Trabajadores destacó que am menos “se logró un consenso generalizado en la mayoría de las organizaciones para una conducción unificada, pero sin programa”.
En diálogo con Data Gremial, Amichetti lamentó que no se llegara a esa síntesis, “ante los planteos sumamente delicados del gobierno, que es un ataque abierto a los derecho de los trabajadores y sus organizaciones”. “Mantener una unidad con una mayoría de los gremios está bien, pero falta lo más importante, que es definir cómo vamos a actuar con esta amenaza del gobierno”, insistió, y marcó que además de hablar con gobernadores “hay que tener mucha presencia en las calles”.
El pedido de Amichetti no fue el único de ese estilo, y fue formulado claramente en la previa al confederal por los sectores más combativos. Pero el triunfo electoral del oficialismo le restó fuerza, al punto que no lograron un lugar en el nuevo triunvirato, como pretendían algunos. Para definir el perfil de la nueva CGT, Sola usó un concepto que dará que hablar: “tensión constructiva”. “No le vamos a escapar el conflicto porque el conflicto en algún momento requiere una solución, pero rechazamos el enfrentamiento… el enfrentamiento lo que pretende es destruir al que está enfrente”, explicó el dirigente en su discurso.
Para Amichetti, esto no termina de definir “cómo vamos a actuar” en este tiempo, pero volvió a darle valor “a que no haya una fractura”. Sobre la reforma laboral, dijo que “debemos dar un fuerte debate interno para frenar esta ida que el propio gobierno admite busca romper las estructuras sindicales”.
Desafíos
Una vez confirmada la dirigencia, y sostenida la unidad, hubo tiempo para la reflexión, y para adelantar los grandes desafíos que se vienen. “Me parece importante el proceso que se logró para confirmar esta nueva CGT”, recalcó Daniel Ricci, titular de la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN).
En diálogo con Data Gremial, expresó que “el desafío principal es enfrentar la reforma laboral de Milei, que viene a recortar derechos a los trabajadores”. En particular, Ricci apuntó a “la destrucción de los convenios colectivos de trabajo”, que el intento del gobierno nacional de habilitar los acuerdos por empresa puede generar. “Sabemos que el gobierno va por esa carta, por eso esta nueva dirigencia debe ponerse enfrente de la defensa de los derechos laborales”, agregó el titular de FEDUN, que en la previa se mostró con Jerónimo en una actividad donde apoyo su candidatura.
En el plano político, la CGT deberá reinsertarse en un peronismo que sufrió una dura derrota en las últimas elecciones, y que viene perdiendo terreno más allá de lo electoral. La unidad que se logró con el Frente Patria, a diferencia de la alcanzada entre los gremios, no permitió instrumentar una victoria electoral, y en pocos días se revivieron los enfrentamientos entre las partes.
Por eso Ricci subrayó que este nuevo triunvirato deberá aportar para “la reconstrucción del campo nacional y popular”. “La CGT conjuntamente con otros sectores de la sociedad debe ayudar a rearmar una propuesta política, social y laboral para el 2027”, adelantó el titular de la FEDUN.
Si bien el tema no fue parte de la discusión general, el tema se viene metiendo en las distintas agendas de debate en el movimiento obrero, en especial desde que la conducción saliente fue parte de la campaña del peronismo, marcadamente cerca del gobernador Axel Kicillof. Esto, y las críticas a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de Héctor Daer, suponen un posicionamiento que la nueva dirigencia deberá ratificar.
“Si el peronismo quiere volver a gobernar, debe dejar de mirar para atrás”, le dijo a Data Gremial un dirigente cercano a los “gordos”, que junto a los “independientes” son los grandes ganadores de la disputa interna. En este sentido, recordó que la CGT “recorre todo el país, tiene representación en todo el territorio”, lo que le da mucho peso en esta interna. “Si gobernadores que al principio de la gestión le votaban todo al gobierno lo único que no avalaron fue la reforma laboral, fue por la estrategia de la CGT”, agregó el mismo dirigente, marcando que el rol en el plano político es “sumar a quienes se fueron” del espacio.