Dialoguistas versus combativos, la interna que se reactiva en la CGT de cara al segundo paro nacional

El moyanismo volvió a reunir al Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) para llevar a la próxima reunión de la central obrera la posibilidad de un segundo paro nacional. La conducción mantiene su rechazo a la protesta.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, luego de aquella jornada ya histórica donde la CGT perdió su atril, se comenzó a perfilar una interna en la central obrera que se mantuvo abierta toda esa gestión. La división entre los dialoguistas, representados por los grupos internos conocidos como “gordos” e “independientes”, y los combativos, integrados por el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) y la Corriente Federal de los Trabajadores entre otros, tuvo siempre al borde de la ruptura a la principal entidad del movimiento obrero organizado. El alineamiento al gobierno del Frente de Todos salvó esa ruptura, pero en tiempos de gobierno libertario volvió a instaurar la tensión interna, y el “súper clásico” cegetista se comenzó a reeditar. Esta semana, de la mano de la idea de llamar a un nuevo paro nacional, Pablo Moyano reactivó su FRESIMONA con una reunión donde se habló de llevar a la próxima reunión del 11 de abril de la CGT la idea de una protesta general, o una gran marcha para conmemorar el Día del Trabajador.

La idea es resistida por la mayoría de la mesa chica de la central, que además tienen los gremios mayoritarios. En el gobierno vieron esta brecha como una oportunidad, y a partir de la homologación selectiva de acuerdos salariales quiere meter una cuña entre las partes en disputa.

La reactivación del espacio que lidera Pablo Moyano, que nuclea a los dirigentes y gremios más combativos, fue un anticipo de lo que puede pasar esta semana cuando se discuta la continuidad del plan de lucha iniciado con el paro nacional del 24 de enero. A través de un comunicado, el FRESIMONA destacó que la reunión contó “con la presencia de destacados líderes sindicales y representantes de distintos sectores”, entre ellos el diputado nacional Mario “Paco” Manrique. “Se realizó un análisis exhaustivo de la situación actual del país. Se abordaron temas como las medidas del gobierno frente a los despidos en el sector público, el retroceso económico y el constante ataque a los sectores más vulnerables”, informó el espacio.

Asimismo, se indicó que durante la reunión “se planteó la necesidad de que la CGT lleve adelante una medida de fuerza en contra de las medidas de Javier Milei” y anticipó que “en los próximos días se llevará a cabo un plenario general del Frente Sindical para discutir y definir las acciones a seguir”.

La postura del espacio es ir a la reunión del 11 de abril con la moción de un segundo paro nacional contra el actual modelo libertario”, le dijo a Data Gremial un destacado dirigente del espacio, que participó del encuentro. En la reunión, se insistió con la necesidad de “convencer a la conducción de llevar adelante una nueva protesta, que incluya una masiva movilización”.

En este punto, hubo coincidencia según lo consultado respecto de tratar de forzar la medida de fuerza, en momentos que la conducción dialoguista mantiene su postura. Como sucedió varias veces en este tiempo, los que quieren evitar la protesta y el enfrentamiento directo son mayoría, ya sea si se cuentan en afiliados como en cantidad de gremios. “El malestar está creciendo, hay que escuchar a las bases”, afirmó el mismo dirigente consultado sobre esta situación, y la posibilidad de torcer esta cuestión.

Reforma laboral

Las diferencias entre estos dos grandes grupos de la CGT vienen de largo tiempo, y se reavivan en estos momentos donde el gobierno libertario avanza en el ataque a los gremios, como sucede en el estado nacional. Pero sólo el potencial segundo paro nacional a la gestión Milei no es un parteaguas en la central obrera. la reforma laboral que plantea la Casa Rosada tiene su peso en la disputa, y es quizá más importante.

Es que los sectores dialoguistas iniciaron conversaciones informales con referentes del oficialismo en el Congreso para saber su opinión sobre el nuevo proyecto que pretende mandar el presidente en reemplazo del capítulo laboral del DNU 70, que suspendió la justicia por inconstitucional. Esto puso de manifiesto la estrategia dividida con los combativos del moyanismo y aliados.

El proyecto fue adelantado a los gobernadores de Juntos por el Cambio en la reunión de la semana, donde además se confirmó que se intentará volver a imponer el Impuesto a las Ganancias como antes de la ley que impulsó el exministro Sergio Massa, fuentes cercanas al encuentro le confirmaron a Data Gremial que la iniciativa del gobierno tendrá como eje “el sistema de capitalización individual para los casos de despidos, similar al que rige en la UOCRA, y que ya acordaron negociar ara el sector de comercio y algunos convenios de Sanidad”.

Además, se buscarán eliminar “las multas por irregularidades en la contratación, como la no registración”. Esto no es “especialmente atractivo” para los gobernadores, pero el gobierno necesita de los votos de sus legisladores, y si pueden mostrar “respaldo de algunos gremios” la negociación será más sencilla.

La estrategia del gobierno

Ante la vuelta de la tensión interna de la CGT, en el gobierno encontraron la cuestión como una oportunidad para meter una cuña en la conducción de la central obrera. Y lo hicieron a partir de la nueva estrategia utilizada para esmerilar a los gremios: la homologación de acuerdos salariales. Por eso, el viernes pasado circuló que la secretaría de Trabajo al mando de Julio Cordero decidió homologar el acuerdo paritario de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) para empleados de laboratorios, y mantener el suspenso el de Camioneros, pese a la amenaza de paro lanzado por su secretario Adjunto. Así, busca diferenciar a Héctor Daer de Pablo Moyano, conductores de la CGT, ya que Carlos acuña fue desplazado virtualmente luego de que su referente Luis Barrionuevo pidiera la renuncia de la conducción cegetista.

La cartera laboral dejó de homologar convenios que están por encima de los parámetros que busca establecer el Ministerio de Economía, como contó Data Gremial. De esta forma les pone un techo a las negociaciones, que en abril estaría en un solo dígito. Pero en el caso de FATSA parece hacerse una excepción, vinculada a la estrategia de división. Daer acordó para el Convenio Colectivo 42/89 que lleva a 1.300.000 pesos el salario inicial.

En cambio, el acuerdo de Camioneros, que acordó con las cámaras empresarias 45 por ciento de incremento dividido en dos tramos (25 por ciento en marzo y 20 por ciento en abril), lo que podría terminar en un paro general este lunes. “No se va a mover una hoja, una pluma en todo el país”, adelantó Pablo Moyano. Además, esta maniobra apunta a romper con la conducción de la CGT, en el camino al nuevo paro nacional.