En el marco de una importante crisis del sector, la semana pasad se anunció el cierre de la cadena Start_, que de forma sorpresiva anunció que baja las persianas en sus 23 locales físicos en todo el país y solo venderá online. Esto genera el despido de unos 300 empleados, que realizaban tareas en los distintos puntos de venta. Esto marca un problema para un rubro que sufre por la apertura de las importaciones, y se suma a otra noticia inquietante: el cierre definitivo de Garbarino. La que supo ser la más grande cadena de electrodomésticos del país tendría los días contados, ya que un fallo le dio cinco días a la empresa para que formalice algún tipo de mecanismo de salvataje, sin el cual se cerrará definitivamente la firma como su área de turismo y Compumundo.
La decisión parece ponerle un punto final a un largo proceso de crisis, que comenzó en pandemia y que dejó a cerca de 4 mil trabajadores en la calle, que siguen reclamando por los salarios caídos y las indemnizaciones. Este nuevo proceso es visto como “un beneficio” para los ex trabajadores, ya que si se logra la venta de la firma se pueden incrementar los pagos que reciban. Pero no hay claridad sobre el futuro inmediato de Garbarino, que podría volver a manos de Carlos Rosales, según las versiones que circulan en estos días de definiciones inminentes.
La semana pasada, el juez Fernando D’Alessandro, titular del Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 7, abrió un período de cinco días para que nuevos inversores formalicen el salvataje de Garbarino y Compumundo; de lo contrario, decretará la quiebra y el cierre definitivo de las empresas. La resolución judicial dispone la apertura de un “Registro de Interesados” para la compra de ambas marcas.
Los potenciales adquirentes deberán inscribirse antes del vencimiento del plazo depositando 400 mil pesos en la cuenta judicial correspondiente y presentando la documentación requerida. De concretarse alguna oferta, se designará un evaluador que dispondrá de 30 días para determinar el valor real de mercado de las empresas. Si no hubiera inscriptos, todo indica que se declarará la quiebra de Garbarino y Compumundo, del mismo modo que ya ocurrió con Garbarino Viajes. La medida vence este martes, y según las versiones que circulan, se espera la definición final de la justicia para comunicarla oficialmente.
A contrarreloj, se busca una salida para evitar esta medida. Una de las ideas que circulan en los pasillos judiciales es que Carlos Rosales, el dueño de Garbarino, “recompre la empresa”, a un valor mayor al ofrecido previamente.
Así pudo saberlo Data Gremial de fuentes judiciales, que aseguraron que esta idea es hasta ahora la que más asidero tiene para evitar el cierre. La recompra se haría “por un valor mayor al ofrecido en su momento por el propio Rosales”, que fue rechazada por la justicia y los ex empleados. La decisión se tomará “entre lunes y martes de esta semana”, según las fuentes consultadas, que recalcaron que primero se buscará informar a los despedidos y otros integrantes de la causa, para luego hacerlo pública. Los empleados son uno de los acreedores más importantes de la empresa.
Además, el pasivo con organismos estatales también es considerable: según se supo, Garbarino adeuda alrededor de 6 mil millones de pesos en aportes jubilatorios y 2.500 millones en deudas posteriores al concurso. Uno de los datos que alarma es que una resolución del gobierno dejó de declarar a los trabajadores de una empresa quebrada “prioritarios” a la hora de cobrar cuando se liquidan los bienes. Esto fue criticado en su momento, porque puede favorecer a otros sectores, en especial el Estado.
Postura de los trabajadores
Garbarino les adeuda nueve meses de salarios e indemnizaciones a unos 4 mil trabajadores, algunos con más de 30 años de antigüedad, y que muchos atravesaron situaciones crítica. Ante la noticia el posible cierre definitivo o la recompra, los ex empleados esperan definiciones, y afirman que se verán “beneficiados”. “A esta altura, si se vende Garbarino es un alivio, porque de cobrar un peso vamos a pasar a cobrar dos pesos, por la empresa está toda vaciada, las firmas del sur están totalmente embargadas por otras empresas”, le dijo a Data Gremial el representante de los trabajadores, Gabriel Yapura.
El referente, ex empleado de la firma, recordó que “antes la firma tenía un valor, hoy no, se desvalorizó mucho, por el tema de la grave situación que atraviesa Tierra del Fuego por la quita de los aranceles para la producción de electrodomésticos y otros aparatos tecnológicos”. En ese contexto, los empleados denunciaron que en las plantas –que es el capital más importante que tiene hoy la empresa –no se les hizo el mantenimiento necesario, pese al esfuerzo de sus trabajadores, unos 250 que también esperan definiciones
Según los datos que tienen el grupo de trabajadores en lucha, más de 1.876 empleados de Garbarino fueron cesanteados, de los cuales entre 1.200 y 1.300 pertenecían a la provincia de Buenos Aires y el resto a distintas provincias del interior. Muchos esperan cobrar los sueldos caídos y las indemnizaciones. En este tiempo, se intentó evitar que la empresa venda sus activos, que son la única fuente de ingresos para el pago de esta deuda. “Garbarino es una cáscara vacía, lamentablemente se llevaron todo lo que pusieron, como el depósito de Tablada, que la justicia quiere recuperar y que ingrese a la convocatoria, para tener más recursos para el pago”, explicó Yapura. Otro ejemplo de esto es la sucursal de Cabildo, en la Ciudad de Buenos Aires, un bien que ya en 2018 fue sacado de la empresa.
“Es decir que la empresa se ‘auto alquilaba’ ese local, esa es la información que nosotros tenemos”, recalcó el referente de los despedidos, que esperan hasta “último momento” si van a cobrar algo más de lo adeudado.
Antecedentes
La situación actual tiene como precedente inmediato la quiebra de Garbarino Viajes, decretada el pasado 17 de junio por el mismo magistrado.
En su fallo, D’Alessandro ordenó mantener la inhibición general de bienes de la firma y dispuso consultas a diversos registros para identificar posibles activos que permitan cubrir, aunque sea parcialmente, las deudas con los acreedores. Garbarino Viajes era una de las unidades de negocio que, junto con la financiera Fiden y las plantas Tecnosur y Digital Fueguina –estas últimas radicadas en Tierra del Fuego y actualmente paralizadas–, formaban parte del conglomerado adquirido en 2020 por Carlos Rosales, en plena pandemia de Covid-19. Desde entonces, la empresa no logró revertir la caída de ventas ni adaptarse a la acelerada transformación del mercado.
Para Yapura, la responsabilidad no recae solo en el actual dueño, Carlos Rosales, sino también en la familia fundadora, Omar y Daniel Garbarino, y la cúpula directiva, a quienes acusa de haber iniciado un vaciamiento desde años antes de la venta. “El trabajador cumplió, pero los dueños no pagaron por la tarea realizada”, afirmó.
En estos años, los despedidos fueron recibidos una sola vez por la justicia, cuando pudieron verse con Rosales cara a cara. Además, fueron denunciando el posible vaciamiento, ya que muchos activos de la firma, que podrían vender y engrosar los “pronto pago”, no se están teniendo en cuenta, o se intentas desviar para otros fines. En 2024, se vendieron por primera vez cinco vehículos de la flota de la empresa, para poder engrosar esos ingresos. Pero esa modalidad no se volvió a realizar.