Ascensos exprés, sueldos millonarios y cargos a dedo: el caso La Greca sacude a Vialidad Nacional

Una investigación en la Dirección Nacional de Vialidad expone una trama de favoritismos, irregularidades  y designaciones arbitrarias. En el centro del escándalo, Cecilia La Greca: una ex secretaria administrativa convertida en funcionaria de alto rango sin título universitario ni experiencia técnica. Cobra un sueldo 30% superior al de gerentes con cuatro décadas de carrera y formación de posgrado.

Viernes, 13 de junio de 2025 20:15

En el corazón de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) se cocina un escándalo de proporciones. Cecilia La Greca, quien ingresó en 2016 como secretaria administrativa sin formación profesional, se convirtió en una figura clave dentro del organismo mediante una sucesión de ascensos meteóricos y presuntamente ilegales. Su caso encarna lo que muchos dentro del ente describen como una “estructura podrida”, donde los vínculos personales superan al mérito, a la ley y al sentido común.

Ascensos sin respaldo, sueldos de élite

La Greca comenzó su carrera como asistente del Licenciado Diego Riveira, actual responsable del área de Recursos Humanos. Sin contar con estudios superiores ni experiencia técnica, fue ascendida en octubre de 2023 a la categoría de Técnico Grado Especial 4, con un incremento salarial del 200%. Lo llamativo es que, según reveló el portal El Grito del Sur, este ascenso se produjo sin expediente, sin dictamen jurídico, sin informe de desempeño ni constancia alguna de funciones técnicas.

Apenas siete meses después, en julio de 2024, La Greca volvió a ser promovida, esta vez al cargo de Profesional Extraordinario Grado 6, con un salario que superó los $6.200.000 mensuales. La decisión, que no pasó por los canales formales ni fue respaldada por las actas paritarias correspondientes, fue calificada por voces internas como un “caso extremo de arbitrariedad administrativa”.

Una red de poder y privilegios

La situación no se limitó al salario. En plena transición institucional y con la cúpula de Vialidad en reacomodamiento, La Greca fue nombrada Subgerente de Administración del Personal, un cargo estratégico desde el cual pasó a controlar haberes y asistencia de todo el personal del organismo.

El problema surgió cuando se descubrió que el nuevo puesto tenía un salario menor al que ella ya percibía. La respuesta fue inmediata: según fuentes de Vialidad que prefirieron no dar su nombre por temor a represalias, Riveira intervino personalmente para que La Greca conservara su salario inflado, en una decisión sin precedentes que violó los procedimientos establecidos.

Hoy, cobra un sueldo 30% superior al de gerentes con cuatro décadas de carrera y formación de posgrado. Además, según los mismos informantes, embolsa más de $3 millones adicionales en horas extras “fantasma” que no pueden ser justificadas por tareas específicas o asistencia efectiva.

Un símbolo de descomposición

El escándalo no se detiene allí. También se investiga la presunta incorporación de familiares de La Greca —incluido su hermano— a través de convenios con la empresa concesionaria AUSOL, en un entramado que combina nepotismo, tercerización opaca y complicidad institucional.

“La corrupción no tiene ideología, pero sí aliados silenciosos”, escribió recientemente El Grito del Sur, señalando que estos mecanismos de favoritismo trascienden gobiernos y gestiones.

Lo que genera mayor preocupación en el personal de planta es que mientras proliferan los ascensos sin mérito, se multiplican las amenazas de despidos para trabajadores técnicos y administrativos calificados. “Acá el que estudia y trabaja con honestidad está en peligro; el que acomoda y manipula, asciende y se enriquece”, expresó con indignación un agente del área técnica.

Silencio oficial y descontento interno

Por ahora, el Administrador General, Ing. Marcelo Campoy, no ha tomado ninguna medida pública respecto al caso. Para varios sectores sindicales y técnicos dentro de la DNV, su pasividad equivale a complicidad.

“El caso La Greca no es una anécdota: es un símbolo”, afirman trabajadores con años de servicio, que ven en esta situación un reflejo de cómo se desmantela la carrera administrativa, se vulnera el orden institucional y se margina a quienes mantienen en pie, con esfuerzo, una de las áreas más estratégicas del Estado.