La histórica Unidad Turística de Embalse, uno de los principales íconos del turismo social argentino, atraviesa momentos críticos. Desde el 4 de marzo, el complejo permanece cerrado por decisión del Gobierno Nacional, lo que dejó en la incertidumbre laboral a más de 120 trabajadores y encendió las alarmas sobre el posible avance hacia su privatización. En este contexto, dirigentes de ATE Córdoba se hicieron presentes en la localidad para respaldar a los empleados afectados y defender la continuidad del complejo bajo gestión estatal.
El Secretario Gremial de ATE Córdoba, Jorge Chalup, visitó Embalse junto a Federico Mina, integrante de la Junta Interna de CONICET, para llevar la solidaridad del sindicato y el mensaje de apoyo del Secretario General, Federico Giuliani. En declaraciones, Chalup explicó que “no solo venimos a defender los puestos de trabajo de las y los compañeros, sino también venimos a defender a Córdoba, porque este es un ataque que están realizando a nuestra provincia”.
El dirigente sindical cuestionó con dureza la inacción política ante esta situación: “Qué importante sería que hoy estén concejales, legisladores, diputados nacionales y funcionarios del gobierno defendiendo la Unidad Turística de Embalse. Lamentablemente no es así. Ojalá que el gobernador Martín Llaryora defienda a los cordobeses y a las cordobesas”.
Desde ATE advierten que este cierre forma parte de la profundización de la política de ajuste amplia implementada por gobierno nacional del libertario Javier Milei. “El conflicto que están llevando adelante los compañeros en Embalse lo vemos replicado en distintas dependencias del Estado, tanto nacionales, provinciales como municipales. Hay un gobierno liberal que lo único que busca es ajustar, y siempre lo hace sobre las espaldas de los trabajadores”, afirmó Chalup.
Rechazo a la privatización y defensa del turismo social
A lo largo de los años, el complejo de Embalse fue sinónimo de turismo accesible para familias de sectores populares, jubilados, estudiantes y sindicatos. Sin embargo, el cierre reciente ha dejado desactivado un espacio que, en su momento de esplendor, llegó a albergar hasta 3.000 visitantes por jornada. La comunidad local, trabajadores y organizaciones sociales advierten que su clausura deja un vacío difícil de llenar, no solo desde lo laboral, sino también desde el acceso igualitario al descanso.
A este panorama se suma la polémica declaración del intendente Mario Rivarola, quien expresó que “no podemos seguir igual, no podemos seguir solo con el tema del turismo social, es necesario privatizar”. Sus dichos generaron una fuerte reacción, obligándolo luego a aclarar que podría mantenerse parte del complejo bajo control estatal y concesionar algunos hoteles a inversores privados.
Ante este escenario, la postura de ATE fue categórica. “La Unidad Turística de Embalse no se cierra y no se vende. La Unidad Turística de Embalse se defiende”, remarcó Chalup en su intervención, acompañado por trabajadores que continúan en lucha por la reapertura y la preservación de sus fuentes de empleo.
El respaldo gremial busca no solo frenar los despidos, sino también visibilizar la necesidad de preservar el complejo como un símbolo del derecho al turismo para todos. En una época de ajuste y recorte, Embalse se convierte en un punto de resistencia frente al avance de políticas que, denuncian, buscan desmantelar lo público en favor de intereses privados.