Cela confesó que la ObSBA podría quebrar “en dos meses” y Amor prometió a los trabajadores una reunión con “soluciones” pero no se presentó

El miércoles pasado, empleados de la obra social tuvieron una reunión con el titular de la ObSBA y el número dos del SUTECBA. Lejos de hacerse cargo por el desfalcó que viene sufriendo la prestadora médica, Cela les echó en cara “el cobro de horas extras”. La frase desató la ira de los presentes, que cobran sueldos que rozan la línea de la pobreza. Para colmo, Amor se comprometió a realizar nuevo encuentro el viernes pasado para atender los reclamos y no apareció.

Por Redacción

17 de julio de 2022

Cada semana que pasa, la crisis de la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (ObSBA) se agudiza más y se estaría muy cerca de lo que anunció Data Gremial en marzo de este año: cumplir el objetivo del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta de cerrarla definitivamente. En ese sentido, este portal accedió en exclusiva al audio de una reunión que tuvo lugar el miércoles pasado entre trabajadores y el actual titular de la ObSBA, Juan Carlos Cela, donde el directivo confesó que “si esto sigue así”, en “dos meses quiebra”.

Para colmo, lejos de hacerse cargo de las maniobras de vaciamiento atribuidas a funcionarios, pretendió insólitamente culpar a los empleados por la situación de la obra social. Entre otras cosas, les echó en cara el cobro de “horas extras”, como si eso tuviera algo que ver con el desfalco que la prestadora médica viene sufriendo hace años.

Los dichos despertaron la ira de los trabajadores presentes. Y no era para menos: la mayoría cobra entre $70.000 y $100.000 con un promedio de antigüedad que va entre 15 y 20 años, mientras se sabe que hay “contratados de la política” que ingresaron a trabajar apenas cinco meses atrás en distintas dependencias del Gobierno de la Ciudad y tienen sueldos que superan los $200.000.

En ese momento, el número dos del sindicato SUTECBA, Alejandro Amor, quiso intervenir para calmar los ánimos. El también legislador porteño del Frente de Todos –cuestionado por su vínculo de cercanía con Rodríguez Larreta- se comprometió a brindar soluciones y generar una nueva reunión el viernes pasado para tratar cada uno de los reclamos. Pero llegó el día, e incumpliendo su palabra, Amor no apareció.

Bronca en aumento

La frase de Cela fue muy poco afortunada, teniendo en cuenta que los trabajadores están al tanto de que la situación financiera de la obra social (superaría los $ 7.000 millones) se debe, mayormente, a contrataciones fantasmas promovidas por la gestión anterior del directorio, integrada en un 50% por funcionarios larretistas.

Para colmo, tal como informó Data Gremial, en los últimos meses se produjeron una serie de gastos superfluos e injustificables en esta situación de crisis, que desató aún más furia.

A saber: Agustina Olivero Majdalani (ni más ni menos que la hija de la polémica ex Subdirectora de la AFI Silvia Majdalani, acusada en las causas de espionaje ilegal), se hizo autorizar $300.000 para la reforma total del despacho que ocupa.

Cabe recordar que Olivero Majdalani asumió tras la renuncia de quien era sindicado como uno de los principales responsables de su situación actual: Walter Correa.

El ex chofer y puntero de Rodríguez Larreta tuvo varios períodos en el directorio y es señalado como uno de los ejecutores de las graves irregularidades que le atribuyen a la obra social y la empujaron a su situación actual.

También están al tanto que Cela, autorizó de “excepción” y de manera exprés al miembro del directorio larretista y DJ Santiago Sánchez Vigo, a realizarse una cirugía no urgente de cataratas y presbicia por un total de $ 1.331.000.

Dardos contra Cela y Amor

Con bronca acumulada, la réplica a Cela y Amor fue inmediata. Una de las trabajadoras presentes les espetó: "Ponemos la cara ante los afiliados. Nosotros no tenemos la culpa que se hayan robado todo. No nos alcanza la plata. Estamos por debajo de la línea de pobreza”.

Otra empleada, indicó: “En mi caso que trabajo en el Área contable. Ustedes no tienen en cuenta que por ahí pasa todo. Hay plata para algunas cosas y para otras, no. Gente a la que se ponen implantes pagados por nosotros”, arremetió en alusión a la polémica operación que Cela le autorizó a Sánchez Vigo.

Paradójicamente Sánchez Vigo se encontraba en la reunión acompañando a Cela y Amor, pero no intervino. Ni se hizo cargo de la alusión a su cuestionada intervención quirúrgica, teniendo en cuenta que cuenta con cobertura médica de la prepaga OSDE.

Amor, por su parte, antes de comprometerse a dar soluciones y proponer un nuevo encuentro, intentó deshacerse en excusas con los trabajadores. “Vengo a pedir disculpas por un montón de cosas que han pasado a lo largo del tiempo y hay que resolverlos. Y la verdad, como dice Juanca (por Cela), y los que estamos acá, somos los que lo tenemos que resolver".

Acto seguido, aseguró: “Vamos a sentarnos en la mesa y hablar de todo. En 24 horas no vamos a solucionar todo”, advirtió. Lo que generó un nuevo arranque de furia en los trabajadores.

Una empleada lo increpó: “Estamos cansados. Esta vez no nos vamos a ir con la cabeza para abajo. Nos echan la culpa a nosotros. Que se bajen el sueldo los del directorio”.

Los principales puntos del reclamo

Los trabajadores le pidieron a Amor y a Cela una urgente recomposición salarial. “Quedaron congelados nuestros sueldos”, expresaron.

“Cualquier empleado del GCABA gana más que un administrativo de la ObSBA con 30 años de antigüedad. Ayer le hice una afiliación a una persona que trabaja en el GCABA, que entró en febrero de 2022 y gana $220.000 en mano. ¿Eso quién lo explica? Yo trabajó hace 17 años acá y ganó $92.000”, cuestionó otra trabajadora.

Además de una impostergable recomposición salarial, los empleados de la ObSBA pidieron que les restituyan el extra por refrigerio que recibían antes de la pandemia y nunca les fue restituido, a pesar que la mayoría viene desarrollando tareas presenciales hace meses. También reclamaron el descongelamiento del monto por título: actualmente –aseguraron- reciben la mísera cifra de $1.000 por ese ítem.

La promesa incumplida de Amor

Al recibir el petitorio de los trabajadores, Amor aseguró: “Estoy acá y me hago cargo”. Y propuso una nueva reunión: “¿El viernes les parece mal?”, preguntó.

“Yo voy a estar acá a las 12. Vengo yo”, prometió el secretario adjunto del SUTECBA.

“Queremos que te comprometas a venir y traer soluciones”, le replicó uno de los trabajadores.

“Y que sepas que si esta obra social funciona es gracias a nosotros”, añadió otra empleada.

Llegó el viernes, las horas pasaron, y Amor jamás apareció. Los trabajadores todavía aguardan su respuesta a los reclamos que le hicieron llegar.