Luis Barrionuevo comienza este martes un nuevo mandato como secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA), cargo que ocupa desde 1985. La reelección se produjo tras una elección interna sin competencia efectiva, en la que la histórica Lista Celeste se presentó como única opción a nivel nacional.
Con 83 años, Barrionuevo se asegura la continuidad en la conducción del sindicato hasta 2029 y, de completar el período, alcanzará 43 años ininterrumpidos al frente del gremio gastronómico, una de las permanencias más prolongadas del sindicalismo argentino.
Una elección sin competencia real
Según datos de la Junta Electoral, unos 120.000 afiliados participaron de los comicios sobre un padrón estimado en 350.000 trabajadores, lo que representa una participación inferior al 40%. La ausencia de listas alternativas fue consecuencia del rechazo, por parte de la Junta Electoral dominada por el oficialismo, de una nómina opositora que no logró reunir los avales exigidos por el estatuto.
La falta de competencia interna volvió a poner en discusión el funcionamiento democrático del sindicato y la concentración de poder en la conducción nacional, que se mantiene sin alternancia desde mediados de los años ochenta.
Judicialización y una interna con ribetes familiares
El proceso electoral estuvo atravesado por una fuerte judicialización y una disputa política que también tuvo un componente personal y familiar. Las elecciones, previstas originalmente para septiembre, fueron suspendidas por una medida cautelar dictada por la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, a partir de un amparo presentado por sectores opositores encabezados por Dante Camaño, exsecretario general de la seccional Capital Federal y excuñado de Barrionuevo.
Camaño, con quien el líder gastronómico mantiene una histórica ruptura política y personal, denunció irregularidades en la conformación y el accionar de la Junta Electoral, además de cuestionar el rechazo de la lista opositora encabezada por Juan Castro.
En un primer momento, la Justicia le dio la razón al dirigente opositor y habilitó la participación de esa lista, lo que llevó a la conducción nacional a suspender las elecciones en todo el país, incluso en seccionales donde varios dirigentes buscaban su reelección.
Fallos cruzados y elección confirmada
Posteriormente, la misma Sala VI revirtió su decisión, avaló el accionar de la Junta Electoral y habilitó la realización de los comicios, dejando fuera de carrera a la oposición. Sin embargo, el proceso volvió a quedar envuelto en la polémica cuando, sobre el cierre, un juzgado laboral de Córdoba dictó una nueva cautelar que intentó frenar nuevamente las elecciones.
Pese a ese nuevo intento de suspensión, la conducción de la UTHGRA decidió avanzar con la votación, amparada en la habilitación de la Cámara. Desde el sector opositor, Camaño llamó públicamente a los afiliados a abstenerse de votar, aunque la elección finalmente se llevó adelante.
Un revés local y continuidad nacional
Más allá del resultado nacional, el oficialismo sufrió una derrota en Catamarca, ciudad natal de Barrionuevo, donde la lista Gris-Naranja, encabezada por Abel Castillo, se impuso a la Celeste del barrionuevista Fabián Vega por 131 votos contra 98.
Pese a ese revés local, Luis Barrionuevo inicia un nuevo mandato al frente de la UTHGRA, consolidando un modelo de conducción prolongada que vuelve a abrir el debate sobre la renovación dirigencial, la democracia sindical y el futuro del gremio gastronómico, en un contexto complejo para el sector.