La cantidad de empresas de capitales extranjeros que apagaron sus máquinas ya es incalculable. Si bien dentro de la industria autopartista registra un proceso de achicamiento desde hace casi 15 años, una de las empresas del rubro confirmó que dejará de fabricar en Argentina y continuará con el abastecimiento al mercado con productos de importación.
La compañía estadounidense DANA, que posee su planta en localidad de Naschel, provincia de San Luis, comunicó que despedirá a más de 60 operarios. Su tarea era producir piezas para transmisiones, suspensiones y frenos para el mercado de reposición.
La firma norteamericana emitió una comunicación interna a los proveedores y clientes en la que señaló lo siguiente: ´´Nos dirigimos a ustedes con el fin de informar sobre la reconfiguración de nuestro negocio impulsada por nuestra casa matriz en Estados Unidos. Como resultado de este proceso que atiende a cambios de orden global, la compañía ha tomado la decisión de discontinuar las actividades productivas de nuestra planta ubicada en Naschel, provincia de San Luis, con efecto a partir de hoy”
Además, manifestó que era consciente del carácter sorpresivo de la determinación al sincerar que “comprendemos el impacto que este tipo de anuncios puede generar, por lo que deseamos transmitirle total tranquilidad y certeza respecto a la continuidad de nuestra relación comercial y suministro de productos”.
La bronca de los trabajadores
En ese marco, los empleados realizaron una protesta en la entrada de la fábrica, mientras en el Municipio un representante de la firma informaba —solo de manera verbal— los detalles de la medida y del esquema indemnizatorio que se aplicará.
Al respecto, el secretario general de la UOM, Víctor Gómez, cuestionó la idea de una “reconversión” y sostuvo: “Acá lo ideal hubiese sido mantener la fuente de trabajo. Esto no solo golpea a los más de 60 trabajadores directos, sino también a quienes brindaban servicios: seguridad, transporte, limpieza, comida”.
En tanto, Walter Aguilar, secretario general de ASIMRA, también mostró su descontento con la decisión: “Muchos dejaron su vida en la empresa. No puede ser que de un día para otro cierren la fábrica. Es una falta de respeto hacia los trabajadores y hacia Naschel. Las instituciones deberían haber sido parte de una solución”.
El contexto de la industria es lamentable debido a los problemas de competitividad, falta de inversión y reestructuraciones globales que realizan las casas matrices. Por este motivo, en los últimos 15 años se fueron del país más de 50 empresas.
Por eso, el presidente de Toyota Argentina, Gustavo Salinas, explicó que una de las causas de la demora de proyecto para producir la nueva Hilux en la planta de Zárate pasaba por la dificultad para nacionalizar piezas a través de autopartistas argentinos.
Las nuevas tecnologías, el avance de China en el reparto de este millonario negocio y la estrategia que adopta cada compañía están configurando un nuevo mapa para este sector. En el caso argentino, las industrias instaladas en el país se mueven desde hace años baja la protección del paraguas que significa el régimen común con Brasil, pero, producto de un mundo globalizado, comienza a astillarse, aún más por cuestiones internas.
El contexto
De hecho, desde hace tres lustros, se fueron 50 empresas y hubo 63.555 En el mismo período, el empleo directo del sector cayó de 63.555 puestos de trabajo, en 2013, a 51.286 en 2024. Ahora se está profundizando.
En un comunicado difundido en julio, titulado “El ingenuo espejismo numérico de los vehículos ‘Made in Mercosur’”, la asociación que agrupa a los autopartistas (AFAC) planteó la situación que se presenta con vehículos producidos en el Mercosur, pero que tienen, en realidad, un alto nivel de componente chinos.
“Lo que se exporta como un vehículo Mercosur es, en un número creciente de casos, un ‘Frankenstein automotriz’ con un corazón asiático y con un futuro principalmente chino”, explicó.
En el documento, señaló que “la mecánica es perversa en su simplicidad”, al repasar que las terminales automotrices pueden importar componentes claves (desde sistemas electrónicos complejos hasta partes más standard) desde mercados de bajo costo como China, y que, al ensamblar estos componentes en Argentina o Brasil, “el vehículo resultante, con apenas un 20% de contenido local o regional del total de las piezas, obtiene la ‘certificación’ de origen Mercosur”.
La entidad también informó, esta semana, los datos de la balanza comercial de su sector con un elevado déficit, un problema crónico de esta industria.
El informe señala que la balanza comercial de piezas registró un déficit de u$s6.085 millones durante los primeros 8 meses de 2025, lo que implica una suba de rojo comercial de 6,7% respecto al mismo periodo de 2024.
Las exportaciones, en ese período cayeron 0,3%, con sólo u$s861 millones operados, mientras que las importaciones aumentaron 5,8% y ascendieron a u$s 6.946 millones.