El Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQYP) expresó un contundente rechazo a la propuesta salarial presentada por la CIQYP (Cámara de la Industria Química y Petroquímica) en el marco de las negociaciones paritarias para el período 2025-2026. La oferta, que contemplaba un aumento del 1% mensual, fue desestimada por el gremio, que la calificó de “alejada de la realidad que vive la clase trabajadora”.
La posición sindical fue debatida y respaldada en el plenario de delegados realizado esta semana, donde el secretario general del SPIQYP, Facundo Aveiro, explicó los motivos del rechazo. “No vamos a convalidar acuerdos que nos hagan retroceder. No está ni cerca de los números que arroja el índice de precios al consumidor”, afirmó.
El impacto de la inflación y la demora en homologaciones
Durante el encuentro, los delegados analizaron el comportamiento de los precios en los últimos meses y las dificultades que enfrentan los trabajadores. “Desde la vuelta de las vacaciones hasta hoy, muchos productos esenciales aumentaron entre un 8 y un 12 por ciento. Basta con ver lo que pasa con la carne, los lácteos o los huevos”, señaló Aveiro, cuestionando también la precisión de los índices oficiales respecto a la inflación real en los hogares.
Otra preocupación central fue la recurrente demora en la homologación de los acuerdos salariales. Desde el SPIQYP recordaron que, según lo establecido por la Ley 14.250, el Ministerio de Trabajo debería responder a las solicitudes en un plazo razonable, generalmente considerado de 30 días hábiles. Sin embargo, en la práctica, los convenios suelen quedar sin oficializar durante semanas o meses.
“Pretenden ponernos entre la espada y la pared. El mensaje es: si no firmás lo que quieren, no homologan y los trabajadores no cobran. Juegan con la necesidad para que aceptemos migajas de aumento”, denunció Aveiro, señalando también la falta de voluntad gubernamental y la contradicción de su discurso. “Desde el gobierno libertario existe libertad total para las empresas a la hora de imponer condiciones y subir precios sin justificación. Pero no hay libertad para que los salarios crezcan, incluso cuando los propios empresarios están dispuestos a firmarlo”.
Defensa de la cláusula por inflación vencida
El gremio destacó que, hasta ahora, los salarios del sector se actualizaban mensualmente en base a la inflación vencida, un mecanismo que permitía mantener los ingresos por encima del IPC oficial. Sin embargo, la CIQYP propuso abandonar este esquema en favor de aumentos fijos que quedarían por debajo del índice inflacionario.
Aveiro advirtió que este cambio sería perjudicial no solo para los trabajadores, sino también para la economía en su conjunto. “Todos sabemos que trabajadores mal remunerados y con salarios de subsistencia no motorizan la economía. Se destruye el mercado interno, perjudicando no sólo al trabajador que recibe un bajo aumento, sino también al comerciante, que ya no podrá vender los mismos artículos porque el trabajador le comprará menos”.
El impacto negativo alcanzaría diversos sectores, desde el comercio minorista hasta las propias industrias productoras, generando un ciclo de retracción económica.
Resolución unánime y logros recientes
En este contexto, el plenario resolvió —por unanimidad— no aceptar propuestas que impliquen retroceso salarial. “Preferimos esperar más tiempo por una homologación que firmar algo que a la larga hunda nuestros ingresos. Ya lo demostramos: mientras otros aceptaron aumentos del 1% porque se homologaban rápido, nosotros conseguimos el 3,7%. Y ese porcentaje quedó incorporado al salario”, remarcó Aveiro.
Con este ajuste, el salario básico del sector asciende a $1.131.000 mensuales, consolidando al convenio como uno de los más sólidos del entramado industrial. A esto se suma una bonificación anual de $472.193.
Desde el SPIQYP recordaron que la cláusula de actualización por inflación vencida no ha sido objetada legalmente en el pasado y, aunque su homologación fue demorada en ocasiones, siempre terminó siendo reconocida por las autoridades.
Un mensaje claro
El gremio cerró filas en la defensa de los ingresos de sus trabajadores. “Defender el salario es defender el poder de compra, la producción y la cohesión social”, afirmaron.