Luego que el denominado Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos debutara con una marcha al Ministerio de Desregulación, hubo reproches dentro de la CGT por la participación de varios gremios de la central obrera. En el marco de una reunión de la mesa chica, que se realizó el lunes pasado en la sede de UPCN, se apuntó a las críticas lanzadas por varios dirigentes al accionar de la conducción cegetista. Además, hubo una muestra de apoyo al gobernador Axel Kicillof en la interna peronista.
Según varias versiones circulantes en diversos medios, la reunión fue tensa, y cargada de reproches. La cumbre, en la que participaron unos 15 dirigentes –incluidos Héctor Daer, Hugo Moyano, Gerardo Martínez y Juan Carlos Schmid– había comenzado con un balance del titular de la UOCRA sobre la primera sesión del Consejo de Mayo, el espacio impulsado por el gobierno. El informe ratificó la participación de la CGT, aunque con la condición de que cualquier planteo que haga Martínez surja orgánicamente de lo que resuelva la conducción. En ese marco, se acordó crear una mesa interna de trabajo para elaborar propuestas sobre temas clave del Consejo, entre ellos la reforma laboral.
Pero el enojo llegó cuando Héctor Daer y otros dirigentes cuestionaron con dureza a Juan Carlos Schmid, por su participación en la marcha del Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y el Salario Justo, organizada la semana pasada junto a las dos CTA y sectores del sindicalismo combativo. Según Daer, esa movilización “fue casi contra la CGT” y dejó expuesta la falta de una acción unificada en un momento político clave. Las críticas apuntaban, además, a la presión pública que sectores del sindicalismo kirchnerista ejercen sobre la CGT para que convoque a un paro general, algo que la conducción todavía descarta.
Apoyo a Kicillof
Además, la cúpula cegetista resolvió expresar su apoyo formal a Axel Kicillof en la previa de las elecciones bonaerenses y nacionales, y solicitar una reunión con el gobernador. El objetivo: asegurarle respaldo político, pero también reclamar espacios para la CGT en las listas legislativas del peronismo.
La discusión incluyó una advertencia dirigida al propio Kicillof: algunos dirigentes manifestaron su preocupación por la cercanía del gobernador con los líderes de las dos fracciones de la CTA, Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy, lo que podría obstaculizar los intentos de la CGT de negociar candidaturas propias.
Malestar
En medio de la discusión, Omar Plaini (canillitas) propuso activar el tribunal de disciplina de la CGT para sancionar a quienes se aparten de las decisiones orgánicas de la central. La tensión escaló cuando Guillermo Moser (Luz y Fuerza) sugirió que la CGT tenía “más peso político en Buenos Aires cuando Pablo Moyano integraba el triunvirato”.
También fue blanco de cuestionamientos Abel Furlán (UOM), referente del sindicalismo combativo, quien la semana pasada emplazó a la conducción cegetista a convocar de inmediato a un paro general contra el ajuste y la “prohibición política” de Cristina Kirchner. La reunión dejó en evidencia las fisuras internas de la CGT entre quienes apuestan por una estrategia de diálogo con el Gobierno, y quienes promueven una confrontación directa. La participación en el Consejo de Mayo y el respaldo a Kicillof son, por ahora, los pilares de la hoja de ruta oficial. Pero la presión desde abajo y desde los márgenes de la central sigue creciendo.