“No hay nada más sano para una empresa que echar a un empleado”. Con esa frase, el desarrollador inmobiliario e influencer Beltrán Briones, de 25 años, encendió la polémica en redes sociales y medios. En un tono exaltado y gesticulando, sostuvo que despedir trabajadores mejora la productividad porque “los otros nueve laburan de 7 a 21 porque están cagados de miedo”.
El joven empresario —que ocupa el cargo de Director Ejecutivo Administrativo y de Finanzas de Estudio Kohon, en la empresa donde su padre, Iván Briones, es el principal ejecutivo, defendió abiertamente la idea de que el temor al despido puede ser un mecanismo de “eficiencia” dentro de las empresas. “Si vos laburás para el orto, te echo. Y sabés cómo se ponen los otros nueve: aumentan la producción”, argumentó, antes de agregar que las leyes laborales “dificultan contratar” y que “si se desregula, la economía puede volar por los aires”.
El reflejo ideológico de la reforma laboral
Las declaraciones de Briones llegan en un contexto marcado por los intentos del presidente Javier Milei de avanzar con una reforma laboral ultra flexibilizadora, resistida por todo el arco sindical. Su discurso, que asocia la productividad con la amenaza permanente de despido, se alinea con los planteos de los sectores más duros del Gobierno, que buscan eliminar indemnizaciones, debilitar convenios colectivos y facilitar la contratación temporal sin estabilidad.
Para los gremios, se trata de un retroceso histórico en materia de derechos laborales. En ese marco, expresiones como las de Briones funcionan como una justificación cultural de la precarización: un intento por legitimar el miedo como herramienta de control sobre los trabajadores.
“Lo que este joven llama ‘sano’ es en realidad un modelo basado en la inseguridad y el disciplinamiento”, señalan desde distintos sindicatos consultados. “El mensaje es claro: si no te adaptás, te echan; si te quejás, te reemplazan. Es la lógica del terror empresarial”.
De los vuelos perdidos a la apología del despido
No es la primera vez que Briones genera controversia. Apenas cinco semanas atrás, había protagonizado un video viral tras perder un vuelo de Aerolíneas Argentinas, en el que exigía a Milei que “por favor privatice la aerolínea”. “Hay que llegar a horario la próxima”, le respondieron usuarios en las redes, convirtiendo su queja en meme.
Briones, sin embargo, parece disfrutar del conflicto. En mayo, en otra entrevista, confesó: “Si vos lográs que medio país te odie, probablemente seas electo presidente”. Para él, el odio y la polarización son parte del negocio. “El hater le da más viralidad a tu video que el que te quiere. Yo necesito el hate, lo busco”, afirmó, mostrando un manual de marketing político y empresarial basado en la provocación.
Influencer del mercado y heredero del privilegio
A diferencia de otros influencers que se dedican al humor o la moda, Briones construyó su popularidad hablando de edificios, metros cuadrados y negocios inmobiliarios. Sus videos, donde mezcla consejos de inversión con discursos meritocráticos, acumulan cientos de miles de reproducciones en TikTok, Instagram y Facebook.
Sin embargo, detrás de la imagen de “emprendedor exitoso” se esconde un dato que relativiza su discurso de esfuerzo personal: Briones trabaja en la empresa familiar y no completó su Licenciatura en Finanzas. El propio influencer reconoció recientemente que “ganaba más antes” y que “todavía está aprendiendo” sobre algunos aspectos del negocio.
El nuevo rostro del discurso antiobrero
Las palabras de Briones no son un exabrupto individual, sino el reflejo de una nueva generación de voceros del poder económico que busca instalar un sentido común favorable a la desprotección laboral. Con estética de redes y lenguaje millennial, promueven ideas que naturalizan el despido como castigo y el miedo como incentivo.
Mientras tanto, los sindicatos advierten que el verdadero objetivo de la reforma que impulsa Milei es debilitar la organización colectiva y transferir poder desde los trabajadores hacia los empresarios. En ese esquema, figuras como Briones operan como influencers ideológicos del ajuste, ayudando a legitimar en el plano cultural lo que el Gobierno intenta imponer en el plano legal.
“Cuando el miedo reemplaza al derecho, lo que muere es el trabajo digno”, sintetizó un dirigente del sector bancario. La frase bien podría servir como respuesta a la “teoría empresarial” del joven libertario que considera “sano” despedir empleados desde el escritorio de la empresa de su padre.