La industria automotriz nacional transita por un camino bastante empinado con caída en las ventas y la dificultad de exportar sus productos. En ese contexto, una de las compañías más importantes del sector activó las alarmas que evidencian esta complicada actualidad con un nuevo parate.
La compañía Peugeot, a través de Stellantis, decidió adelantar vacaciones y suspender la fabricación de rodados durante más de un mes en su planta de El Palomar, instalada en la zona oeste del Gran Buenos Aires.
La terminal le comunicó a los operarios que recién volverán a realizar sus labores el 5 de enero, en un contexto atravesado por indicadores desalentadores tanto en el mercado interno como en el internacional
En la información que le brindaron a los trabajadores, trascendió que la medida se presentará como periodo destinado a “acciones de mantenimiento”. No obstante, las cinco semanas que durará el cese se distancia de cualquier cronograma habitual y llena al futuro de incertidumbre.
Las posibles consecuencias
La planta de El Palomar es considerada una de las más importantes de la producción automotriz de la provincia de Buenos Aires. Allí, ensamblan los modelos 208, 2008 y Partner de Peugeot y Berlingo de Citröen y dependen de cientos de proveedores autopartistas.
La suspensión del proceso de trabajo amenaza con generar un efecto dominó, ya que puede impactar sobre la cadena laboral y la logística en toda la región.
Diferencias
En tanto, la otra planta de Stellantis, ubicada en Córdoba, donde se producen vehículos de Fiat y Ram, la licencia comenzará recién el 15 de diciembre, siguiendo un calendario más tradicional, lo que demuestra que el ajuste productivo recae más en el territorio bonaerense.
La crisis queda materializada en los números del mercado: en noviembre, los patentamientos cayeron 3,6% interanual y se desplomaron más de 30% respecto de octubre.
Para afrontar este camino lleno de curvas, las firmas automotrices apelaron a variadas estrategias de supervivencia, como el otorgar fuertes descuentos que comprimieron márgenes e incrementaron la tensión financiera a un rubro demasiado castigado por tasas altas y exportaciones congeladas.
Sin embargo, la rentabilidad y el consumo no repuntan, numerosas automotrices empezaron a recurrir al ajuste de turnos, paralizar líneas y revisar sus niveles de producción.
Con menor rentabilidad y un consumo que no repunta, varias automotrices comenzaron a ajustar turnos, frenar líneas y revisar sus niveles de producción.
Según los expertos, el adelanto de vacaciones surge como un mensaje de prudencia empresarial, aunque transmite también un mensaje inquietante para los trabajadores, que temen suspensiones o recortes en el corto plazo.
Desde las autopartistas remarcan que la empresa también adujo problemas en el abastecimiento de motores y componentes, recordando que la planta ya había detenido su actividad durante dos semanas en noviembre.
Finalmente, los especialistas coincidieron en la necesidad de adecuar stocks frente a una demanda que sufrió una depresión más rápida de lo previsto y que mantiene a la producción bonaerense en pausa.
Igualmente, nadie se anima a esbozar un pronóstico de lo que pueda suceder después del 5 de enero con el retorno de los trabajadores. Mientras tanto, la incertidumbre reinará.