La Asociación Bancaria intensificó esta semana las protestas contra el Banco Santander en rechazo a “despidos sin causa, presiones para firmar desvinculaciones y el recorte sistemático de derechos laborales”.
El conflicto tuvo su punto más álgido este jueves con una multitudinaria movilización hacia la Embajada de España, ubicada en avenida Figueroa Alcorta al 3100, donde los trabajadores entregaron un documento que detalla los reclamos y solicitaron formalmente una audiencia con el embajador Joaquín María de Arístegui Laborde para que intervenga frente a las autoridades del banco.
En ese marco, según pudo averiguar Data Gremial, la nutrida manifestación generó preocupación en las autoridades de la sede diplomática española.
En un comunicado, apenas terminó la marcha, la Bancaria denunció “el destrato del Banco hacia los trabajadores, las malas condiciones laborales, el incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo 18/75, prácticas desleales, hostigamiento, despidos sin causa y una metodología de ajuste permanente”.
Los sindicalistas señalaron que estas prácticas violan derechos laborales fundamentales y exigieron a la Embajada que tome cartas en el asunto. “Solicitamos que esta Delegación Diplomática intervenga frente a una de las entidades privadas con mayor rentabilidad en el sistema financiero como lo es el Banco Santander”, subraya el escrito firmado por el secretariado nacional del gremio encabezado por Sergio Palazzo.
Una escalada que ya se sentía en las sucursales
El malestar de los trabajadores ya se había manifestado los días previos con asambleas en las últimas tres horas de atención al público en todo el país, en el marco del estado de alerta y movilización. La Bancaria había advertido que, de no abrirse un canal de diálogo para resolver el conflicto, las medidas de fuerza se intensificarían la semana próxima.
Para el gremio, las autoridades de la casa matriz en España impulsan la llamada “reconversión laboral” y el “progreso de las personas”, pero “en realidad están profundizando una política de achique que afecta a los trabajadores y hace oídos sordos a nuestras demandas”.
En ese sentido, los dirigentes sindicales criticaron las declaraciones de la presidenta ejecutiva del Santander, Ana Botín, quien había expresado que la misión del banco era “ayudar a las personas a mejorar y reciclarse”. Según el gremio, en la Argentina la situación es diametralmente opuesta: “Acá no solo aprietan para que trabajadores y trabajadoras firmen desvinculaciones, sino que despiden directamente sin causa mediante telegramas”, acusaron.
Una protesta con eco en Latinoamérica
La Bancaria también destacó que las protestas contra el Santander no son exclusivas de la Argentina, sino que se están replicando en toda Latinoamérica en rechazo a lo que definieron como “una política de ajuste salvaje e intento de quebrar la voluntad de los trabajadores bancarios”.
Palazzo aseguró que el gremio no se dejará intimidar: “No nos quebró ningún gobierno y contra todos hemos luchado cuando han atacado a los trabajadores. Esta no va a ser la excepción y vamos a defender a cada compañero con firmeza y dentro de la legalidad”.
Por su parte, la secretaria general de la seccional Buenos Aires, Alejandra Estoup, advirtió sobre la imposibilidad de entablar un diálogo productivo con las autoridades del banco: “Es imposible sentarnos en una mesa de negociación con quienes, cuando nos sentamos, nos entregan un listado de despedidos”, lamentó.
La Bancaria dejó en claro que, de no obtener respuestas favorables, profundizará el plan de lucha para que el Santander garantice todos los derechos laborales y cumpla con el convenio colectivo conquistado hace medio siglo. El mensaje que dejaron en la Embajada fue contundente: “Basta Santander, con los trabajadores/as no”.