Por segunda vez en el año, la compañía Scania paraliza su producción y suspende a sus 600 trabajadores directos y 110 tercerizados, debido a la crisis económica por la atraviesa el sector automotriz: esta vez la medida contempla 15 días, entre este último domingo y el 20 de julio y, como en la anterior oportunidad, abonarán el 75% de los salarios.
En lo que va del año, la multinacional ya alcanzó los 21 días de interrupción en sus labores, de los 40 acordados con el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA).
La última pausa que concretó fue en el periodo del 16 al 22 de junio con excusa de que la coyuntura internacional generó una “disminución temporal en la demanda de producción”, especialmente en los mercados de exportación.
Se trata del establecimiento de Colombres, en el que fabrican cajas de cambio, ejes y otros componentes, y sus envíos al exterior representan alrededor de un 15% del total de las exportaciones tucumanas.
“Scania mantiene su compromiso con el diálogo permanente, el respeto por las personas y la sostenibilidad de su operación en el país”, indicaron en un comunicado oficial.
Retiros voluntarios y cesantías
El secretario general de SMATA, Luis Diarte, lamentó que “se paraliza la producción hasta el 20 de julio” y manifestó que “esto nos trae preocupación, incertidumbre”.
“Estamos mirando el día a día cómo evoluciona el mercado externo”, remarcó el dirigente al tomar el argumento de los directivos de la compañía.
También, sé sinceró al comentar que “a veces esto nos molesta, nos duele, pero se han logrado estos convenios porque hay una familia detrás de cada trabajador”.
Además, reveló que hubo retiros voluntarios y cesantías recientes. “Sabíamos que esto iba a llegar si no mejoraba la demanda externa. Tratamos de paliar la situación con suspensiones para evitar el mal mayor”, declaró.
Panorama desolador
Diarte analizó la situación actual de la industria automotriz al repasar que “Volkswagen ya despidió, General Motors también está ahí. Córdoba perdió puestos de trabajo”.
En otro orden, apuntó: “El Gobierno abrió las importaciones y pasan estas cosas. Nosotros ya vivimos estos momentos en los 90. Abrimos la importación y destruimos la industria”.
Además, alertó que en todo el país podrían perderse entre 25.000 y 30.000 empleos industriales si no se revierte la tendencia.
Más tarde, llamó a “proteger la industria nacional. Son las generadoras de empleo. Hay que industrializar la Argentina de norte a sur y de este a oeste”.
Por último, Diarte descartó un posible cierre de la planta tucumana, aunque admitió que la situación es crítica. “Tucumán no es una isla. Si esta política continúa, la situación se va a seguir agravando”, expresó.