En el marco de la declaración del “estado de alerta y movilización”, la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA) comenzó con las primeras medidas de “acción directa” para reclamar el cumplimiento de “paritarias justas para el sector asistencial”. En este caso, el plan de lucha consto de concentración de trabajadores en el Hospital Alemán y movilización en la clínica Otamendi, entre otros centros de salud.
Aún sin respuesta a los incrementos de salarios, el gremio que conduce Héctor Daer aumenta la presencia gremial en hospitales y sanatorios de la Ciudad de Buenos Aires, para poner en marcha la “radicalización de las acciones sindicales aprobadas por la organización, para, al mismo tiempo de presionar a las patronales de la actividad”, evaluar consensos necesarios entre los trabajadores para radicalizar la protesta, si es que cuentan con el acuerdo necesario en los ámbitos laborales.
De hecho, hasta aquí ATSA pone como objetivo “visibilizar la negativa del sector empresario a ofrecer una recomposición salarial acorde a la inflación”. Los convenios colectivos del sector asistencial se encuentran vencidos y, según el gremio, las cámaras empresariales cambiaron de postura de forma unilateral, alegando presiones del gobierno nacional para imponer un tope salarial del 1 por ciento, una cifra calificada como “absolutamente inaceptable” por la dirigencia gremial.
Reclamos
“El pluriempleo en el sector y la aceptación de una flexibilización de tareas que se produce de hecho, dificulta alcanzar los consensos necesarios para enfrentar la intransigencia y mezquindad empresarial”, denunciaron desde ATSA, que aseguraron que estas cuestiones “sólo profundizan el deterioro del poder adquisitivo de quienes todos los días sostienen el sistema de salud”.
El sindicato afirma que las “acciones continuarán con fuerza y organización en cada lugar de trabajo, como expresión del rechazo colectivo a esta situación inaceptable”, aunque como sucede en muchas otras actividades de servicio, comercio, industria y logística, entre otras; la administración libertaria viene ganando la pulseada con su política de cierre de puestos de empleo y pérdida de poder adquisitivo, al exhibir índices inflacionarios estabilizados, aunque se sostengan en una disminución de la calidad de vida de amplios sectores de la sociedad.
Alerta y movilización
Hace unos días, el gremio denunció la presión del gobierno nacional para imponer un tope salarial del 1 por ciento y declaró “el estado de alerta”. La entidad advierte que, sin mejoras urgentes, iniciará un plan de lucha en todo el sector asistencial, y calificó de “crítica” la situación de los salarios.
En un duro comunicado, el gremio se declaró el “estado de alerta” tras un plenario del sector asistencial que reunió a delegados y delegadas de toda la ciudad para debatir la crítica situación salarial en el sector salud. La organización denunció “la falta de avances en las negociaciones paritarias” y advirtió que si no hay respuestas inmediatas de las cámaras empresariales, se iniciará un plan de lucha con acciones gremiales en toda la región.