Desde hace muchos años, el Estado subsidia al transporte urbano de pasajeros en todo el país.

Históricamente Buenos Aires (en especial, el AMBA), es quien ha sido más beneficiado, y por ende, viene recibiendo los mayores desembolsos de fondos en materia de  subsidio al transporte.

El interior del país, percibe montos notablemente inferiores en los distintos distritos (fundamentalmente ciudades grandes, como es por ejemplo Córdoba).

Por aún ante este panorama desigual de norte a sur y de este a oeste de la República Argentina, deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Es discriminado el taxi en materia de subsidios al transporte?.

El transporte urbano de pasajeros, es un servicio de transporte público de pasajeros - colectivos -, prestados en su gran mayoría por empresas privadas.

El taxi, también es un servicio de transporte público pero automotor, y es prestado en su totalidad por privados.

En definitiva, ambos son transportes públicos prestados por privados.

Uno de ellos (transporte urbano de pasajeros), recibe suma millonarias en el año.

En uno de ellos (el transporte urbano de pasajeros), las trabajadoras y trabajadores tienen salarios dignos y reitero muy bien merecidos.

En el otro (taxi), tienen ingresos por debajo de la línea de la pobreza (no llegan a la canasta básica total para una familia tipo).

En uno de ellos (transporte urbano de pasajeros), no ven afectada su actividad por formas de precarización laboral en el servicio público que prestan.

En el otro (taxi), deben además luchar contra el transporte ilegal (en especial aplicaciones extranjeras), que compiten deslealmente, que están dejando en jaque el propio sistema y poniendo en riesgo miles de fuentes de trabajo, ante un Estado que sabe de esta problemática y que elige mirar para otro lado dándole la espalda a la familia del taxi.

Si el Estado piensa continuar asignando subsidios al transporte urbano de pasajeros, quizás deberían los sindicatos que nuclean a los taxis de todas las provincias de nuestro país, reclamarle al Estado igualdad ante la Ley (Artículo 16 de la Constitución Nacional), y también recibir subsidios al transporte.

Podría el taxi por ejemplo recibir un subsidio que en parte sea asignado al titular de la licencia (para amortiguar los altos costos del combustible, de cubiertas y otros repuestos que se necesitan ante el natural desgaste que sufre cada unidad), y otra parte del subsidio ir directamente al bolsillo de las trabajadoras y trabajadores del taxi para ser integrado a sus ingresos mensuales y sacarlos así de la línea de la pobreza en la que están.

Por estos días, da claramente la sensación de que el trato del Estado a los distintos transportes públicos existentes, no es el mismo.

Es clave el rol que tomen todas las organizaciones sindicales del taxi, para reclamar igualdad en el trato, igualdad en los subsidios, y fundamentalmente igualdad ante la Ley.

En la ciudad de Córdoba, el sindicato de Peones de Taxi, a través de su Secretario General (Héctor Miguel Arias), a comienzos de años se hizo este pedido formal.

Hasta el día de hoy no ha tenido respuesta alguna por parte del Estado.

Pero este reclamo probablemente será continuado no solo por Arias, sino que posiblemente también comience a ser elevado por muchas Secretarias y Secretarios Generales de la actividad del taxi, en otros puntos de nuestra querida Nación y en beneficio de quienes representan desde su organización gremial.