Sectores de derecha política partidaria y empresarial, vuelven a la carga con su agenda de la reforma laboral, que pretende quitar derechos a los trabajadores.

Hablar de reforma laboral, no es malo, siempre y cuando se persiga con ello, mejorar las condiciones dignas de trabajo, incrementar notablemente salarios (y por ende jubilaciones), recuperar así el poder adquisitivo destruido por negativas medidas económicas de diferentes gobiernos de turno, bajar el elevado número de trabajadores no registrados,  generar nuevas fuentes de trabajo registradas, proteger los trabajadores de los despidos masivos,  incentivar la firma de mejores convenios colectivos de trabajo, en definitiva a reducir la pobreza y mejorar la vida de los activos en la Argentina.

Sin embargo, en la práctica, la derecha quiere llevar a la clase trabajadora argentina, a un modelo de esclavitud laboral moderna.

En su momento, la reforma jubilatoria terminó siendo un recorte en los  haberes de los pasivos (una verdadera injusticia).

Por el contrario, lo que se pretende con esta reforma laboral, es claramente recortar derechos adquiridos de los trabajadores, y conquistas sindicales alcanzadas por el movimiento obrero argentino a lo largo de la historia.

No son casuales las insistentes campañas que se llevan adelante por estos mismos impulsores, en las que se cuestiona a dirigentes sindicales, a los convenios colectivos de trabajo (modelo en el país), y a conquistas alcanzadas por sindicatos (muchas de los cuales terminaron costando la propia vida de dirigentes sindicales y de trabajadores).

Se ataca a los sindicatos, porque ellos son en definitiva, la principal barrera de defensa que tienen los trabajadores frente a los intentos de flexibilizar el trabajo que existen en Argentina, y que se buscan poner en marcha a partir de Diciembre de 2023 por parte de sectores que se autoproclaman como liberales.

Parte de la lucha de quienes trabajan, es la incansable búsqueda de mejores salarios, y lograr condiciones de trabajo dignas, a través de convenios colectivos de avanzada.

Entonces, como pueblo y fundamentalmente ante un escenario electoral en el que se definen los próximos años del mundo del trabajo de esta amada Nación, no seamos funcionales a ciertas maniobras políticas y comunicacionales que se hacen sobre nosotros para dividirnos, para así reinar ellos.

El trabajo hormiga para convencer a la población de que esta reforma laboral a la baja es buena (cuando no lo es en realidad), se viene reavivando durante esta campaña electoral presidencial, por la derecha que durante años, no lo pudo conseguir.

Los argentinos debemos apostar a un gobierno, que empiece a trabajar para mejorarle la vida a la población y que no apunte exclusivamente a mejorar el nivel de vida de los sectores más acomodados.

Debemos apostar a un gobierno, que no insista en seguir intentando llevar adelante políticas que quiten derechos adquiridos (como la reforma laboral de la derecha).

Los trabajadores argentinos tenemos derecho a tener mejores salarios, mejores convenios colectivos de trabajo, trabajo registrado, exigir la eliminación de políticas económicas que deriven en despidos masivos de trabajadores, y no permitir recorte  alguno de nuestros derechos, ni de los de los jubilados.

Depende de nosotros.