La crisis industrial golpea al sector energético: crecen los conflictos por despidos y suspensiones

El rubro es uno de los grandes ganadores del modelo libertario. Pese a esto, hay problemas en empresas subsidiarias de Vaca Muerta e YPF, como sucede en Secco y Astra Evangelista. La crisis laboral se extiende como una “mancha de aceite”.

Por Diego Lanese

Redactor de Data Gremial

Martes, 29 de julio de 2025 12:05

El modelo libertario sigue afectando a más sectores vinculados con la producción, que sufren las consecuencias de las políticas fijadas por el equipo económico. Como sucede en muchos rubros, en el sector energético las grandes compañías tienen ganancias extraordinarias, a costa de un aumento en el valor de los distintos productos que recae en la mayoría de la sociedad. Además, los conflictos laborales se multiplican, ya que algunos focos de crisis se resuelven con suspensiones y despidos. Uno de datos claves es la situación de Vaca Muerta, el complejo tantas veces promocionado como el salvavidas de la economía argentina. El valor del dólar y otras situaciones, afirman los expertos, están provocando despidos, y afectando de forma directa e indirecta al entramado productivo. Uno de los casos más notables es Industrias J.F. Secco,  una de las empresas metalmecánica y de servicios eléctrico más importantes del país, que despidió recientemente a 30 empleados altamente calificados, bajo el argumento de la falta de avance de varios proyectos en megayacimiento de la cuenca neuquina. Algo similar sucede en Astra Evangelista (AESA), una empresa subsidiaria de YPF, cuyos trabajadores lanzaron un paro por tiempo indeterminado en su planta de Canning, por unas 40 cesantías. Pese a estos ejemplos, el sector de la energía es uno de los grandes ganadores del modelo de Javier Milei, según un informe.

Un ejemplo de cómo los problemas estructurales del sector energético están afectando a las empresas se da en Canning, en la planta de Astra Evangelista (AESA). Esta empresa subsidiaria de YPF anunció el despido de al menos 40 operarios hace unas semanas, bajo el argumento de una baja en la actividad. Si bien el accionar de la Comisión Interna logró su reincorporación, a partir de la conciliación obligatoria, pero luego de que esta venciera volvieron a cesantearlos. Ante esto, el viernes pasado se lanzó “un paro por tiempo indeterminado”.

Así se lo confirmó a Data Gremial el delegado Alfredo Martínez, que afirmó que en todo este tiempo “la única solución que propuso la empresa para que sigan todos trabajando es bajar los salarios más del 40 por ciento”. Ante esto, se decidió la medida de fuerza, que es acompañada con un acampe que se realiza hace nueve días en la puerta de la sede fabril, en el sur del conurbano bonaerense. Hoy martes frente a la fábrica se desplegó un importante operativo policial. “Enviaron las fuerzas de choque de Infantería, seguramente buscarán reprimirnos”, alertó Martínez, que aseguró que “resistirán cualquier provocación”.

Seguimos con la medida de fuerza, porque la empresa mantiene la misma perspectiva: mantenerlos despidos y el intento de baja salarial”, agregó Martínez. En este sentido, adelantó que esta semana habrá una nueva audiencia donde se buscará destrabar la situación, y si no hay avances los trabajadores definirán como sigue la pelea, y no descartan profundizar el plan de lucha. Según explicaron desde la empresa de soluciones energéticas, el despido de los operarios se hace en la búsqueda de “competitividad y eficiencia” aunque los trabajadores aseguran que pasa en un contexto de resultados operativos favorables. “La empresa tiene más de 75 años y esto nunca ha pasado. Es una vergüenza que tomen medidas drásticas de esta manera. No somos nada para la empresa, pero se olvidan que tenemos familia”, dijo Martínez, que lleva 10 años trabajando en el lugar. La propuesta hasta ahora es clara: Para la reincorporación hay que acordar una baja de salarios.

Conflictos varios

En tanto, desde hace varios meses las empresas energéticas Camuzzi Gas y Secco enfrentan crecientes conflictos con sus trabajadores, que alertan sobre los riesgos y problemas que conlleva su achicamiento para los usuarios. Ambas empresas experimentaron, de la mano de los aumentos de tarifas que la administración libertaria autorizó al sector, una importante mejora de su rentabilidad, que es la contracara del impacto de las facturas de servicios en la economía familiar. Sin embargo, la primera se niega a actualizar salarios y la segunda intenta deshacerse de sus trabajadores, para contratar una nueva plantilla, más chica y con menos derechos. Es lo que los referentes sindicales denominan “reforma laboral de hecho”, amparado en el clima de época y la connivencia con los funcionarios nacionales.

En el caso de Industrial Secco, son más de 30 trabajadores eléctricos, del área de emergencias, que fueron despedidos “ilegalmente”, según denuncian los referentes sindicales, que son parte de un colectivo con otros cesanteados del sector industrial, que vienen llevando adelante una campaña de reinstalación. En este contexto,  la semana pasada realizaron una protesta en la Autopista Camino del Buen Ayre, pidiendo “la reincorporación inmediata de todos los despedidos porque quieren volver a trabajar”. Estuvieron acompañados por otros despedidos, como los de la alimenticia Georgalos, que respaldaron su pedido. En el acto central de esta jornada, los trabajadores de Secco plantearon que “desde hace un mes y medio estamos enfrentando los ataques de esta patronal”. “Toda esa fuerza que fuimos sumando es la fuerza de todos los que no vamos a resignarnos, de todos los que estamos en las calles enfrentando los ataques, de los que estamos enfrentando los despidos y el ajuste”, concluyeron.

Grandes ganadores

Los casos de Secco y AESA son ejemplo de cómo las consecuencias de la crisis productiva se aplica sobre los trabajadores, pese a que a grandes rasgos el sector sigue generando grandes ganancias. Según el último reporte del Instituto de Pensamiento y Políticas públicas (IPyPP), que analizó los balances de 31 grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en el primer año de gobierno libertario, determinó que el sector Energía, gas y agua tuvo un incremento del 375 por ciento, sólo superado por el rubro Agroexportador. La rentabilidad, explicó el trabajo al que tuvo acceso Data Gremial, “no surge de mayor actividad ni ventas, sino de tenencia de activos dolarizados y deudas en pesos, reacomodamiento de precios relativos a favor del capital, y mecanismos contables y financieros, como LEFI, liberalización cambiaria, ajustes tarifarios y diferimientos fiscales”.

Durante el primer año de gobierno de Javier Mileise consolidó un nuevo régimen económico regresivo, donde el brutal ajuste fiscal, la liberalización de precios, la reconfiguración del esquema cambiario y la licuación del salario y de los ingresos populares repercutieron negativamente en el aparato productivo, pero permitieron una extraordinaria valorización del capital concentrado”. El estudio de los balances de las principales firmas bursátiles muestra resultados contundentes: Ganancia neta promedio 300 por ciento, y rentabilidad operativa promedio 141 por ciento. El sector energético estuvo por encima de este promedio. Para el IPyPP, el régimen económico del gobierno nacional inaugurado en 2024 “no apuntó a reactivar la economía ni a dinamizar el aparato productivo, sino a facilitar la valorización patrimonial de los grandes grupos empresariales”. “El resultado fue la consolidación de una economía de enclave, financierizada, extractiva y excluyente, funcional a los actores que la diseñan y se benefician de ella”, concluyó la entidad.

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